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Los cambios a la programación, algo positivo y coherente, afirma Juan Antonio García Borrero

A la televisión cubana le falta abrir espacios al debate ciudadano

El crítico de cine destaca el acceso a los deportes, mucho tiempo satanizados en la isla, y la desaparición de la selección previa, que convertía a la censura y la subestimación del auditorio en algo oficial

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 29 de enero de 2013, p. 9

La Habana, 28 de enero. Al cambiar sus contenidos, la televisión cubana reaccionó de manera realista a la competencia, que irrumpe con nuevas tecnologías, pero a la que aún le falta abrir espacios para el debate ciudadano, dijo a La Jornada el crítico Juan Antonio García Borrero.

En su blog sobre cine cubano, La pupila insomne, que escribe desde 2007, García Borrero reunió críticas de intelectuales contra un intento de cercenar un programa televisivo, en una protesta que se convirtió, en parte, en una evaluación inicial del rumbo que está tomando la pantalla chica en la isla.

Los cambios en la televisión son algo positivo y coherente con la reforma económica, señaló el crítico, originario de Camagüey (oriente), desde donde escribe su bitácora. Lo más importante de la restructuración es que hay una voluntad inicial de abrirse al mundo, añadió. Quizás ahora mismo no es todo lo que quisiéramos, pero esto es una batalla que hay que ganar poco a poco.

El cambio de programación empezó el pasado 20 de enero e incluye más deportes, música y cine, más contenidos extranjeros y 14 horas diarias del canal Telesur, de mayoría venezolana.

Hasta antes del cambio, Telesur se captaba en el servicio de cable. En antena abierta sólo había una pequeña selección de material diferido.

García Borrero consideró que la difusión en extenso de ese canal es muy importante, al desaparecer la selección previa, lo cual convertía a la censura y la subestimación del televidente en algo oficial. El crítico también destacó el acceso al deporte profesional, que durante mucho tiempo ha sido satanizado en la isla.

Sin embargo, en los pendientes, apuntó que faltaría incentivar los espacios de debate ciudadano, en el cual pueda apreciarse la diversidad de intereses que ahora mismo mantienen en vilo a la nación. Supongo que, tarde o temprano, esa esfera pública más transparente en lo televisivo, llegará.

El analista estimó que era difícil precisar si los cambios surgieron tras la avalancha de críticas que ha recibido la televisión cubana en los años pasados.

Al estar controlada la televisión cubana directamente por los ideólogos del Estado, las decisiones que allí se tomen tendrán más un carácter político, grupal, que auténticamente democrático. Y la política siempre será eso que queda en el reino de lo invisible.

El Instituto Cubano de Radio y Televisión, entidad oficial cúpula del sector, controla ambos medios en todo el país y se subordina al Departamento Ideológico del Partido Comunista.

García Borrero hizo pública en su blog la protesta de varios intelectuales por el intento de la televisión de reducir en forma sustancial el programa sobre cine cubano De cierta manera.

Otro canal y horario

Como parte de la restructuración, se intentaba dejarlo sólo con un comentario crítico, sin el habitual largometraje semanal. Días después de las críticas, el conductor del programa, Luciano Castillo, anunció que el espacio mantendría su estructura, sólo con cambio de canal y horario.

Castillo dijo que recibió centenares de mensajes, muestras de apoyo de varias partes del mundo y de organizaciones culturales cubanas, decididos a defender que no se retrocediera en la conquista alcanzada de que el público cubano tenga acceso semanalmente a su propio cine.

En las críticas que publicó La pupila insomne, Guillermo Rodríguez Rivera deploró que hubiera espacio para futbol y no para el cine cubano. Desiderio Navarro terció, advirtiendo que incluso en ese caso la televisión omite el gusto popular, pues privilegia ese deporte –casi inexistente en Cuba hasta hace dos décadas– y en cambio omite los partidos del beisbol internacional.

Arturo Arango apuntó que en la televisión cubana “los funcionarios y los ideólogos (llamémosles de esa manera) …prefieren el adormecimiento colonizador antes que el incómodo pensamiento crítico”. El guionista y profesor de cine se preguntó por qué esta discusión se quedaba en el correo electrónico y preguntó con escepticismo: “¿Alguno de nosotros tendría la esperanza de que Granma o Juventud Rebelde (los dos diarios nacionales) acogiera el contenido de estos mensajes?”