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Economía Moral

La medición de la pobreza en el mundo/ III

Críticas a las mediciones de la OCDE y de la Unión Europea

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n el ya clásico debate entre las concepciones absoluta y relativa de la pobreza protagonizado por Amartya Sen y Peter Townsend, Sen argumentó, con razón, que hay un núcleo irreductible de carencia absoluta en nuestra concepción de este mal social y que si hay hambre no necesitamos mirar el panorama relativo para saber si hay o no pobreza. Se refirió a las hambrunas de Holanda al término de la Segunda Guerra Mundial, haciendo notar que las posturas relativistas podrían llevar a sostener que con la hambruna disminuyó la pobreza en dicho país. Por ejemplo, con el método de la OCDE (véase la entrega del 11/1/13), que considera pobres a los hogares cuyo ingreso es menor a 50 por ciento de la mediana del ingreso de los hogares de un país, la baja en dicha mediana durante dicha hambruna pudo haber sido tan drástica que, con la nueva nano vara de medición la pobreza podría aparecer como más baja que la prevaleciente antes de la hambruna.

En el cuadro se aprecia que los resultados de estos métodos son contra-intuitivos. Se presentan datos para cinco países y para el total de los países miembros de la OCDE en dos periodos: 1985-2005, de crecimiento; 2005-2010, de crisis. En efecto, por dar el ejemplo de Estados Unidos, durante el primer periodo el PIB de este país aumentó en 81.7 por ciento y el PIB per cápita lo hizo en 45.8 por ciento, en términos reales ambos. Sin embargo, como se aprecia en el cuadro, la pobreza crece con el crecimiento (1.1 puntos porcentuales en el conjunto de la OCDE, casi 5 puntos porcentuales en Alemania y 4.1 en Holanda). En cambio, en plena crisis internacional, la pobreza en el conjunto de la OCDE permanece casi sin cambio, y aumenta muy levemente en la mayor parte de los países incluidos en el cuadro. Se cumplen así los vaticinios de Sen: la fijación de la línea de pobreza como una proporción de la mediana observada del ingreso, el relativismo total, produce paradojas.

En las tipologías de métodos de medición de la pobreza que he elaborado (por ejemplo, en un capítulo de Boltvinik y Damián, La pobreza en México y el Mundo. Realidades y desafíos, Siglo XXI editores, 2004, pp. 437-475) he clasificado estos métodos totalmente relativistas como métodos no normativos y los he dejado fuera de la descripción y crítica, por considerar que tiene escaso interés y valor. En el libro editado por Besharov y Couch que he venido reseñando en esta serie (Counting the Poor, Oxford University Press, 2012) se incluye un comentario crítico interesante a cargo de Richard Burkhauser de la Universidad de Cornell (titulado Deconstruyendo las mediciones Europeas de Pobreza) a las ponencias que explican los métodos de la OCDE y la UE, que son casi iguales como expliqué en la entrega del 11/1/13. El autor destaca una diferencia en la forma como EU calcula la pobreza en sus 50 estados, y la de la UE para el cálculo de la pobreza en sus países miembros, que considera más importante que la usualmente considerada central, que ve la medición de EU como medición absoluta y la europea como relativa. Mientras EU utiliza una LP para todos los estados, la UE y la OCDE utilizan LPs diferentes en cada país, que se derivan de las medianas del ingreso de cada uno. Las mediciones de la UE están realizadas, dice Burkhauser:

Como si cada estado fuese una entidad social totalmente separada. Por ende, el bien-estar económico de un ciudadano de la UE en un estado determinado depende de su ingreso relativo respecto solamente al de aquellos ciudadanos que viven en tal estado miembro. Aunque tal concepto relativo tiene sentido para entidades gubernamentales basadas en relaciones consanguíneas o tribales, resulta mucho menos apropiado cuando estas entidades gubernamentales han adoptado la libre movilidad del capital y el trabajo a través de sus fronteras y los mecanismos del libre mercado, lo que hará que tales relaciones arcaicas sean cada día menos importantes (p.80).

Burkhauser muestra las enormes diferencias que se derivan de usar una LP única para todos los países de la UE (como hace EU con sus estados, o México con los suyos) o usar LPs diferentes para cada país (más bajas mientras más baja sea la mediana del ingreso) como hacen la UE y la OCDE. Sus datos los he reproducido en la gráfica. He ordenado a los países con base en las incidencias de pobreza (% de la población) que resultan del uso de una LP única, calculada como 60 por ciento de la mediana del ingreso del conjunto de la UE. El dato resultante se expresa en las barras claras. Además se han incluido, para cada país, las incidencias de pobreza basadas en la LP que usa la UE (60 por ciento de la mediana del ingreso de cada país), presentes en las barras oscuras. Ilustremos el contraste con los mismos países que elige Burkhauser: Lituania, Grecia y Reino Unido. Estos están prácticamente empatados en incidencia de pobreza con el método oficial (20 por ciento los dos primeros y 19 por ciento el último). Sin embargo, usando una LP comunitaria la incidencia de la pobreza en Lituania sube hasta 68 por ciento, la de Grecia pasa a 25 por ciento y la del Reino Unido baja a sólo 4 por ciento. Mientras con el segundo método, al establecer una norma comunitaria, se destacan los enormes diferenciales en los niveles de vida (entre la incidencia de Lituania y la de Luxemburgo hay 67 puntos de distancia), en el método oficial se minimizan las diferencias entre países: el nivel mínimo (9 por ciento en Holanda) está sólo a 14 puntos del más alto (23 por ciento, Letonia). El autor presenta también datos de lo que ocurriría en EU si se aplicaran umbrales (LPs) diferentes por estado con base en las medianas observadas en cada uno. La dispersión de los niveles de pobreza, que hoy va de 6 por ciento en Nueva Hampshire a 33 por ciento en el Distrito de Columbia, disminuiría para ir de 12.3 por ciento en Dakota del Norte a 26.3 por ciento en Nueva York.

Podemos concluir, apoyándonos en las evidencias del cuadro y la gráfica, que los métodos puramente relativistas fracasan ante los retos de hacer comparables las mediciones de pobreza tanto en el tiempo como en el espacio. ¿Estaba equivocado Peter Townsend en su conceptualización de la pobreza relativa? ¿O los problemas encontrados derivan de una operacionalización simplista y mecanicista de su conceptualización?