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Presentó la traducción al español de su libro Las raíces del fracaso americano

El mundo está al borde de un abismo, sostiene Morris Berman

Permanecer durante un largo periodo en esa circunstancia es agotador, considera el historiador cultural

El derrumbe final del sistema capitalista podría ocurrir en aproximadamente un siglo, asevera

Mientras, la configuración del nuevo paradigma civilizatorio es imprecisa

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Morris Berman, estudioso estadunidense, al impartir la conferencia El largo plazo, en la Casa Refugio CitlaltépetlFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de diciembre de 2012, p. 2

El colapso final del sistema capitalista, cuyo arco viene de 500 años atrás, podría suceder aproximadamente en un siglo, mientras tanto, la configuración del nuevo paradigma civilizatorio es imprecisa, al igual que lo son los planteamientos de algunos movimientos de protesta, como Ocupa Wall Street, que, “por desgracia, quería restablecer el sueño americano, cuando en realidad ese sueño necesita ser abolido de una vez por todas”.

El presente y el futuro son complejos e imbricados porque todo está relacionado con todo y las cosas no se solucionarán en un dos por tres, observó Morris Berman, historiador cultural y crítico social estadunidense radicado en México, quien la noche del miércoles compartió una conferencia en la Casa Refugio Citlaltépetl para, así, presentar la traducción al español de su libro Las raíces del fracaso americano (Sexto Piso), tercera parte de una trilogía completada por El crepúsculo de la cultura americana (2002) y Edad oscura americana (2008).

La sicología, la economía, la crisis ambiental, nuestro estilo de vida cotidiano, la llamada estupidización de Estados Unidos, el patético fetichismo de los celulares y los dispositivos electrónicos, la aplastante deuda de los préstamos estudiantiles, la farsa de la política electoral, la gran popularidad de las películas violentas, el intento de los ricos de imponer medidas de austeridad a los pobres, las epidemias de depresión y obesidad: no estamos hablando de esferas de actividad humana separadas.

En su charla titulada El largo plazo, término de historiadores referido a las estructuras de lenta evolución, Berman recuerda que en los siglos XVI y XVII el capitalismo fue principalmente comercial; en el XVIII y XIX, industrial; y en el XX y XXI, financiero. Dinero creado por el dinero mismo y por la especulación monetaria, dijo, y agregó: A la típica usanza dialéctica, será el propio éxito del sistema el que conduzca a su extinción.

Para dar una idea, recordó cómo de la fractura del imperio romano surgió el sistema de la Edad Media, y del desmoronamiento de éste, en los siglos XIV y XV, emergió el capitalismo actual. El mundo se encuentra literalmente al borde de un abismo. Nadie sabe lo que está por venir, y permanecer suspendidos sobre el abismo durante un periodo largo es un poco agotador.

Proceso dual en el siglo XXI

Basado en planteamientos de la investigadora Naomi Klein, autora de La doctrina del shock, Berman comentó que la izquierda no comprende, como sí lo hace la derecha, que el debate sobre el cambio climático o el calentamiento de la tierra representa una amenaza para el capitalismo, pues –más allá de un capitalismo corporativo verde– implica cancelar la producción y consumo masivo, la destrucción de la naturaleza, el individualismo y dar paso a formas de vida comunitarias. Es decir, el fin de la ideología de libre mercado.

Sin embargo, aclaró, ello significa una implosión masiva del sistema, lo cual, se entiende, no sucede de manera automática y requeriría de la construcción social de ideas y prácticas alternativas. En este punto Berman retomó el caso del movimiento estadunidense Ocupa Wall Street, cuya meta, percibe, no es la abolición del capitalismo sino “un sueño americano más equitativo”, en contraposición de la percepción de Klein sobre ese movimiento.

Pese a ello, Berman precisó: “El movimiento de protesta americano se convertirá en una especie de educación continua, donde los descontentos puedan ir a aprender sobre un ‘nuevo paradigma civilizatorio’, si es que algo parecido se enseña ahí. Ésta es básicamente la ‘nueva opción monástica’ de la que hablo en El crepúsculo de la cultura americana, y refuerza la historia de la tradición alternativa marginal discutida en Las raíces del fracaso americano”.

Conforme el sistema se derrumbe, agregó, las alternativas serán más atractivas, y así como el de 2008 no es el último colapso, tampoco Ocupa Wall Street ni los movimientos de indignados en Europa serán los últimos que presenciaremos.

Berman concluyó: “Conforme muera el antiguo estilo de vida, quizá sea remplazado por uno nuevo. Sospecho que la historia central del resto de este siglo será un ‘proceso dual’”. Y citó al biólogo David Ehrenfeld: Nuestra primera tarea es crear una estructura sombra económica, social e incluso tecnológica, que esté lista a ponerse en marcha conforme fracase el sistema existente.