Cultura
Ver día anteriorSábado 29 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Jamás pensé tener tal cantidad de lectores tan lejos de mi país, manifiesta el narrador

Escribo cuando tengo algo que decir, nunca a la fuerza: Keret

Mi humor judío es muy diferente al de América, pues aquí buscan burlarse y siempre se hiere a las personas

Por segunda vez acude a la FIL de Guadalajara; México es muy cálido, indica

Foto
Etgar Keret, escritor israelí que participó en la FIL de Guadalajara de este añoFoto Héctor Jesús Hernández
Foto
Etgar KeretFoto Héctor Jesús Hernández
La Jornada Jalisco
Periódico La Jornada
Sábado 29 de diciembre de 2012, p. 2

Guadalajara, Jal. El escritor israelí Etgar Keret (Tel Aviv, 1967) posee un sentido del humor exquisito que, junto a su narrativa, vuelven imprescindibles sus textos no sólo para los narradores, sino para los guionistas de cine y televisión que pretendan convertir lo cotidiano en una sonrisa.

Keret llega a la entrevista con humildad, y en un precario español, saluda: Hola, soy Etgar.

Participó en Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde compartió con sus lectores la charla Mil jóvenes con… Y los organizadores tuvieron que remover los canceles del salón para dar cabida a la abundante audiencia.

Al final de su disertación, que duró tres horas, Etgar Keret firmó ejemplares de sus cuatro libros traducidos al español: Pizzería Kamikaze, Extrañando a Kissinger, Un hombre sin cabeza y De repente un toquido en la puerta, el más reciente.

–¿Cómo lo trata México?

–Es maravilloso tener contacto con mis lectores. Jamás pensé que fuera a tener tantos al estar tan lejos de mi país; además, todos me abrazaban, besaban y querían tomarse fotos.

Gusto por los finales felices

–¿Cómo define el humor que utiliza en su trabajo?

–Es al más puro estilo del humor judío, es muy diferente al americano. En América buscan burlarse de algo o alguien, siempre salen heridas las personas, y mi humor es para quienes más amo.

“Mis padres me dicen que de todos mis cuentos, en la mayoría se mueren o salen como estúpidos, pero saben que lo hago porque de verdad los quiero, y es cierto.

Para hacer algún chiste es necesario ver desde fuera todo. Por ejemplo, voy a poder reírme de esta entrevista hasta que esté quizás en mi cuarto y quizás hasta se me ocurra algún chiste.

–¿Un narrador que describe lo cotidiano tiene problemas con el monstruo de la hoja en blanco?

–No, jamás he tenido ese problema; sólo escribo cuando quiero y tengo algo que decir, pues no me dedico a sacar las cosas por la fuerza. Si sale espero estar frente a una hoja y, si no, pues ya vendrán tiempos mejores para hacerlo.

“Una vez me tocó ver en la estación del autobús a un señor que cargaba bolsas en una mano y en la otra sostenía el periódico y un café. Cada vez que sorbía al café se le caía el diario, una, dos y hasta tres veces. Llegué a mi casa y platiqué a mi mujer la tristeza que sentí al ver aquello. Ella, con todo el cariño que la caracteriza, me miró y dijo: ‘pero si es un estúpido ese señor, pudo haber cambiado el periódico de mano o haber puesto el café en la banca de la estación’.

“Me sentí fatal, porque no supe cómo explicar lo que me había enternecido. Sabía que yo tenía razón, pero aún ignoro qué fue lo que pensé que me hizo sentir así.

Si tuviera las palabras correctas podría contar lo que me enternece. Sin embargo, si lo que digo es entendible para los demás, entonces no es necesario escribir. No siempre funciona así, pues a veces ni me entienden.

El autor de Extrañando a Kissinger aludió a los finales de sus cuentos, pues aunque son vivencias llevadas al extremo, acabar cada uno exige un ejercicio de imaginación imponente.

–¿Cómo define los finales de sus relatos?

–Me gustan los finales felices. La golpiza que propinaron a uno de mis personajes en el cuento Mañana saludable, no se contrapone con la felicidad. Es más, mientras es vejado se siente querido por haber llamado la atención: es lo que él buscaba.

–El próximo invitado de honor a la FIL es Israel y usted encabezará la delegación. ¿Cómo promoverá a México entre los que se dedican al arte?

–Va a ser muy alegre. Es la segunda vez que acudo a esta feria y para muchos de mis compañeros escritores será una oportunidad de darse a conocer en otras latitudes. Yo les hablaré, emocionado, de este país tan cálido.