Cultura
Ver día anteriorSábado 15 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La Sinfonietta Citadino interpretará cuatro obras del pianista y compositor en el CNA

Héctor Infanzón no desdeña ninguna música, sólo busca romper barreras

El reto es entablar un vínculo con el escucha mediante la honestidad y la sinceridad, manifiesta a La Jornada

Se trata de acercar las personas a la vertiente de concierto, no alejarlas, afirma

 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de diciembre de 2012, p. 4

Para el pianista y compositor Héctor Infanzón, la música es un terreno espléndido e inagotable. De allí que no le haga el feo a ningún género ni estilo, ni en lo que concierne su gusto como escucha ni tampoco en su trabajo como intérprete y creador.

En ese sentido, sostiene que su quehacer como autor de música de concierto está ampliamente influido y marcado por su experiencia dentro del jazz –en el que es uno de los exponentes más reconocidos en el país—, el rock, la rumba, la salsa y el pop, vertiente esta última que inclusive lo llevó a trabajar en una gira con el cantante puertoriqueño Ricky Martin.

Esas apertura y libertad musicales que ejerce el creador podrán apreciarse este sábado en la gala Sinfónicamente, que tendrá lugar a partir de las 19 horas en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (CNA).

En ella, la Sinfonietta Citadino, dirigida por Rodrigo Macías, interpretará cuatro de sus piezas orquestales, dedicadas a sendos solistas mexicanos, entre ellos el flautista Horacio Franco y la violinista Cecilia Becerra

La mía es una música muy vivencial; para mí es muy importante contar historias, explica Héctor Infanzón. Además de conjuntar géneros, uno de mis mayores intereses (como compositor) es encontrar la manera de traducir en música de concierto la experiencia de haberme formado en centros nocturno, cómo llevar esa parte callejera a la orquesta.

Y es que según cuenta en entrevista, su formación dentro de la música académica se dio a la par de su trabajo como baterista en una banda de rock y como integrante de grupos de salsa y rumba que tocaban en salones de baile y antros.

El eclecticismo me ha caracterizado toda la vida. No sólo el jazz y la música de concierto han sido mi formación, sino todo lo demás, señala.

Foto
Héctor Infanzón, en el Centro Nacional de las Artes, durante la charla con La JornadaFoto Guillermo Sologuren

Mientras en la mañana estudiaba a Mozart y Beethoven, por las noches tocaba en los clubes nocturnos de la colonia Obrera. No es casual entonces que me ponga el sombrero de hacer música de concierto, sino que es una extensión de toda la que ha sido mi formación.

Influencia de todos los géneros

El principal desafío de Héctor Infanzón, tanto como compositor como intérprete, es lograr establecer un vínculo con el escucha, para lo cual considera esencial valores como la honestidad y la sinceridad.

No le hago el feo a ninguna música. La intención de mi trabajo es romper barreras, que quienes escuchan perciban esa apertura, la influencia de todos esos géneros, la manera en cómo los he vivido y cómo los proyecto, añade.

Mi propuesta está centrada en el gusto de disfrutar la música de concierto; no es una obra pretenciosa ni complicada, aunque no hago concesiones y sí está bien escrita, desde un punto de vista formal. La idea es acercar a la gente a esta vertiente de concierto, no alejarla.

El también arreglista destaca que la improvisación es su principal herramienta para la escritura musical y se define un autor más visceral que intelectual. Finalmente, reitera, lo que más le interesa con su trabajo es establecer comunicación, lazos con el escucha.

Para mí, dentro de la composición, el aspecto más importante es la improvisación. A partir de ella estructuro mis ideas; extraigo lo que emocionalmente más puede servirme para expresar lo que soy. Y si bien me gusta también experimentar, no soy de los que utilizan fórmulas matemáticas para crear.