Opinión
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México SA

Congreso fast track

Leyes y Lupe-Reyes

Modelito agotado

C

on inaudita celeridad labora el Congreso mexicano para sacar adelante las iniciativas de reforma presentadas por el flamante inquilino de Los Pinos, así como el primer paquete económico que Enrique Peña Nieto presume de su autoría y corresponde al ejercicio fiscal 2013. Parece que los legisladores no están dispuestos a desperdiciar más días del tradicional cuan ya inaugurado puente Lupe-Reyes, por lo que han metido el acelerador a fondo con el fin de abandonar a la brevedad, aunque temporalmente, sus oficinas en San Lázaro y Reforma.

Si se trata de velocidad legislativa, parece que la reforma educativa se llevaría la medalla de oro, aunque muy de cerca le sigue la iniciativa de Ley de Ingresos, la cual, prácticamente y sin chistar, aprobaron los diputados en cuestión de horas. La única modificación aplicada correspondió al precio de la mezcla petrolera de exportación, y de allí directamente al Senado de la República, donde también se aplicaron para aprovechar al máximo el Lupe-Reyes.

Nada mal le hubiera caído a la nación que esta sorprendente celeridad del inquilino de Los Pinos, partidos políticos, diputados y senadores se hubiera dado desde muchos años atrás, porque como bien señala el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, en su momento el diagnóstico realizado por los candidatos a la Presidencia que resultaron ganadores no fue del todo incorrecto: Ernesto Zedillo puso el bienestar para la familia como su objetivo de campaña, Vicente Fox el crecimiento de 7 por ciento y Felipe Calderón, la Presidencia generadora de empleo. Si una vez convertidos en presidentes hubieran cumplido sus promesas, México no necesitaría volver a revisar sus fundamentos para ver cuáles son los pendientes históricos que debemos resolver.

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto coloca al combate a la pobreza y a la necesidad de superar los problemas de alimentación como núcleo de su estrategia, apunta el centro de investigación, simplemente señala que sus predecesores no tuvieron éxito en asignaturas tan básicas como la de lograr que la población tenga acceso a cuestiones elementales como alimentarse. ¿Dónde se encuentra el error?, porque durante los últimos años el problema no fue la falta de recursos.

Desde 2002 el país ha recibido recursos excedentes por más de 1.5 billones de pesos, fundamentalmente por el alto precio del petróleo. Tampoco lo fue la crisis de 2009, las naciones asiáticas y de América del Sur así lo demuestran. En realidad el problema de fondo se encuentra en el modelo económico, en aquel implementado desde los años noventa y el cual no ha sido capaz de propiciar un crecimiento vigoroso y sostenido. El modelo controla parcialmente a la inflación, excepto en alimentos, pero para ello debe recurrir a la contención de los salarios, en lugar de incrementos en productividad.

Para mantener finanzas públicas sanas se recurre a controlar el gasto, fundamentalmente en infraestructura, y no se observa la efectividad y eficiencia del mismo. El resultado de lo anterior es un modelo que teóricamente busca alcanzar una mayor competitividad, pero que en la práctica no es capaz de lograrlo. Para corregir este yerro sustituye producción nacional con importaciones, y con ello sacrifica al empleo para los mexicanos. De igual manera se tiene un modelo que impulsa las exportaciones como motor de crecimiento, pero donde las compras al exterior son de mayor magnitud, por lo que terminan excediendo las ventas realizadas, provocando que en términos generales la contribución al PIB del comercio de exterior sea nula. Ello es porque es un modelo de comercio que vende mucho al exterior, pero que demanda poco de empresas nacionales.

En todo lo descrito, subraya el CIEN, se ha sacrificado al sector industrial y al agropecuario, otrora vistos como pilares del desarrollo nacional, uno porque es fuente de valor agregado y de encadenamientos productivos y el otro porque garantiza lo fundamental, la alimentación del país. El modelo debería funcionar propiciando la expansión del sector servicios para compensar lo anterior; el problema es que los servicios generados son de bajo valor agregado y no tienen la capacidad de elevar la producción. Como ejemplo se tiene a la intermediación bancaria, la cual no ha logrado ser fuente de financiamiento para la economía real. Además, gran parte del aumento en el sector servicios se da en la informalidad, la principal válvula de escape para la falta de empleo que existe en México. Por tanto, la evolución del sector servicios no es una consecuencia del desarrollo industrial, sino una alternativa de menor calidad.

Además, el modelo encontró en la migración hacia Estados Unidos otra alternativa para paliar la presión social de sus desequilibrios, salida que ya no funciona por la falta de dinamismo de la economía del vecino del norte. Por ello, es evidente que el modelo administra la pobreza, la utiliza políticamente, aunque en ocasiones se llega a negar o subestimar su existencia. Ello es consecuencia de la falta de movilidad social, en parte propiciada por el descarrilamiento del sistema educativo en aras de lograr alianzas políticas que permiten ganar elecciones.

La cuestión, anota el centro de investigación, es que con lo anterior se pervierte la fuente de competitividad y productividad que debería ser motor de crecimiento para el país, y sin calidad educativa no se puede competir en un mundo globalizado de alta tecnología. Al fallar en ello se condenó al país a la aplicación de reformas como la laboral, donde se busca disminuir el costo de contratar a trabajadores, aunque ello implique menor bienestar y mercado interno. México no debería estar compitiendo en bajos costos con países como China, lo tendría que hacer en alta tecnología con naciones europeas o asiáticas como Corea del Sur y Japón.

Evidentemente liberarse de todos esos lastres reclama más que la simple elaboración de un presupuesto o la aprobación de una reforma por fast track, “pero sin lugar a dudas la tarea debe comenzar con el reconocimiento de que el modelo se agotó, de otra manera solamente se juega a cambiar para ser igual, para conservar el poder, para perpetuar el statu quo” y mantener al país a la deriva.

Las rebanadas del pastel

Dice la flamante secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu Salinas, que convertirá a México en una potencia turística. ¿Cómo?, porque desde tiempos del tío de la señora lo prometieron todos los inquilinos de Los Pinos, y nada. Entonces, ¿otra vez?