Opinión
Ver día anteriorMartes 11 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Presupuesto 2013: el vaso medio vacío
E

l presidente Enrique Peña Nieto estableció claramente su compromiso de elevar los recursos para la ciencia y la tecnología durante su administración, hasta alcanzar uno por ciento del producto interno bruto (PIB). Este compromiso también está incluido en el Pacto por México, impulsado por él desde el primer día de su gobierno, el cual fue suscrito recientemente por los representantes de las principales fuerzas políticas del país. Uno esperaría entonces una cierta conexión entre estos propósitos y el proyecto de presupuesto para 2013 que Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entregó el pasado viernes a la Cámara de Diputados. Sin embargo, esta coherencia no existe.

En el proyecto de presupuesto de egresos para el próximo año no hay avances sustanciales que nos permitan pensar que el cumplimiento de la ley esté cercano. Sí, hay un aumento para ciencia, tecnología e innovación de 3 mil 211 millones de pesos –un incremento en términos reales de 7.34 por ciento respecto de 2012. Pero se trata de un avance muy pobre. Para evaluar la magnitud de este cambio, podríamos compararlo con el ocurrido en el último año del gobierno del licenciado Felipe Calderón. El incremento fue entonces superior al que hoy tenemos: 7 mil millones, lo que significó un aumento real de 19 por ciento respecto de 2011 (todas las cifras en pesos de 2013). En el primer año del nuevo gobierno pareciera, incluso, que vamos hacia atrás.

Lo anterior no significa necesariamente que Peña Nieto no cumplirá con lo ofrecido, pero sí que la propuesta presentada por su secretario de Hacienda compromete su palabra, pues comprime el tiempo en el cual la meta podría alcanzarse, y le imprime un riesgo adicional frente a cualquier accidente que pudiera presentarse en la economía mexicana. En los días previos a la toma de posesión del actual presidente, un calendario que parecía razonable era el de aumentos anuales equivalentes al 0.1 por ciento del PIB, lo que significaba incrementos anuales por arriba de los 10 mil millones de pesos. Pero esto no ocurrió en el actual proyecto de presupuesto, en el cual no parece existir una idea o concepción a largo plazo y es más bien de tipo inercial.

El incremento que se ofrece, en el cual la mayor parte de los recursos irán al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, permitirán hacer frente a los compromisos habituales, con magros aumentos en algunas áreas. Pero serán insuficientes para iniciar la transformación a fondo del sistema científico y tecnológico mexicano, para lo cual se requeriría iniciar ya la creación de nuevas instituciones científicas que pudieran absorber a los investigadores jóvenes, evitar la fuga de cerebros y vincularse con la solución de las necesidades que enfrenta el desarrollo del país a escala federal y regional.

Pero no todo está dicho (¿o lo está?). Se trata de un proyecto, un punto de partida para el debate en la Cámara de Diputados, que es el órgano facultado para decidir en definitiva el presupuesto de egresos de 2013. Los legisladores que pertenecen al partido del presidente Peña Nieto deben procurar que se honre la palabra de su líder. Las agrupaciones políticas que firmaron el Pacto por México deben actuar en concordancia con sus contenidos. Debe haber una mínima coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, si no los mexicanos no podemos saber a qué atenernos. Todavía hay tiempo para modificar el proyecto, y esto dependerá del talento y compromiso que tengan los diputados con el avance real del país.