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Víctimas de redes de trata, muchas mujeres originarias de Tlaxcala y Puebla, según testimonios

Un 97% de sexoservidoras en la zona norte de Tijuana son forzadas a ejercer

Robaron mi dignidad, todas las noches lloro y vivo con miedo, dice Gloria, quien se repone en un refugio

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Elementos de la policía estatal y ministerial, durante un operativo el pasado 18 de noviembre para detectar a tratantes de personas y posesión de drogas en centros nocturnos de la ciudad de TlaxcalaFoto Alejandro Ancona
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 10 de diciembre de 2012, p. 35

Tijuana BC, 9 de diciembre. Nueve de cada 10 personas que ejercen el sexoservicio en el callejón Coahuila de la zona norte de Tijuana lo hacen forzadas, víctimas de redes de trata de personas, asegura Gloria, de 23 años, quien fue esclava sexual en una ruta que incluyó Tijuana y la ciudad de Nueva York.

“Todas las que están allí son igual que yo; nadie está por su gusto; hay señoras, niñas y todas son obligadas. Del total de las paraditas, como les dicen a las sexoservidoras en la zona norte de Tijuana, 97 por ciento no está por su voluntad”, advierte.

Gloria fue obligada a ejercer el sexoservicio con amenazas de muerte a sus familiares por una red criminal que tiene su origen en Tenancingo, Tlaxcala. Luego de seis meses retenida por una familia en Tijuana, logró escapar de sus custodios a principios de 2012.

Durante el tiempo en que fue forzada a prostituirse, Gloria vivió una vida de golpes que le provocaron incluso la interrupción de un embarazo y daño sicológico.

Desde su primer día de actividades generó al menos 10 mil pesos. Afirma que en Tijuana me robaron mi sombra, mi dignidad, mis esperanzas, la sonrisa, el alma. Estoy vacía, no tengo nada, vivo con miedo, aún tengo temor, todas las noches lloro.

Ruby, una compañera de trabajo en un negocio de comida rápida de Puebla, puso a Gloria en contacto con la red de tratantes de personas al proporcionar santo y seña de sus familiares y su dirección. Miguel Flores Flores, oriundo de Tenancingo, empezó a acecharla.

Sin saber que su compañera ofreció información sobre ella, Gloria fue a una fiesta en Tenancingo, Puebla.

En compañía de Ruby, llegó a una casa en la cual la privó de la libertad en una habitación donde le mostró fotos y datos de los padres de Gloria y su hermano.Aquí mando yo, no hay preguntas, y si te niegas puede pasarle algo malo a tu familia, la amenazó durante su cautiverio en Tlaxcala.

Después la llevaron a comprar ropa a la capital de Puebla y boletos para Tijuana al lado de su custodio, llamado Adán, quien durante su travesía dio dinero a policías poblanos para que no la revisaran ni preguntaran nada, y a su arribo al aeropuerto fronterizo le ordenó seguirlo a distancia hasta pasar la inspección de agentes de migración, de la Policía Federal y militar.

A pesar de los nervios y las amenazas, ella aparentaba ir “normal, no llevaba nada, sólo ropa, había un operativo en Tijuana, se adelantó y me dejó sola hasta que llegamos al taxi que nos llevó a las dos de la madrugada a la calle Tercera y H”.

Era la casa familiar donde Adán vivía con su esposa. “Me dijeron que me arreglara como si fuéramos a una fiesta. Dejé mi maleta y me llevó a un callejón donde había mujeres paradas, antros, bares, cantinas, borrachos y mucho ruido. Volteo a ver a Adán y le pregunto qué hacía ahí, dónde era la fiesta. ‘La fiesta es aquí y tú eres parte de la fiesta, así que se trata de que te pares’, y me ubicaron junto a una vinatería. Se me acercaba gente, chinos y americanos. Esa noche no trabajé”.

La mañana siguiente, Flore Flores habló para preguntar cómo fue su primer día de trabajo. Le dijo que la engañaron, que iría a una maquiladora, e indicó que pretendieron prostituirla. Miguel respondió: Párate donde ellos te digan. A mí no me vas a decir qué haces o no, acuérdate que sé en dónde están tu hermano y tus papás.

En su segundo día en Tijuana empezó a trabajar; su primer cliente fue un chino y allí supo que la tarifa era de 26 dólares, de los cuales cuatro se destinan para el cuarto y 20 por el servicio sexual completo. Fue un martes, empecé a las 4 de la tarde y terminé agotada a las siete de la mañana. Eran dólares y cuando los cambiaron supimos que eran 10 mil pesos. El viernes llegué a la cantidad de 20 mil pesos y el sábado 25 mil, pues hice servicios completos.

Para las fiestas patrias de México en 2011, Gloria fue enviada como mercancía a Estados Unidos, donde el padre de Flores Flores extendió el negocio y prostituye a mujeres provenientes de Tlaxcala y Puebla. Sólo estuvo una semana en Nueva York, porque los Flores tuvieron fricciones desde el principio, y de nuevo la llevaron a Tijuana.

Narró que el 8 de enero de 2012 participó en una fiesta donde ella era la única mujer. “Sólo había hombres, trabajaban para el (sistema operador de) agua (potable de Tijuana) porque así decían sus uniformes. Uno le pagó el servicio a Flores Flores y ese día estuve con 15 hombres en una casa en Playas de Tijuana. Tuve que bailar, tomar, hacer como si nada pasara y aparentar que estaba feliz, había alcohol y droga”.

El 21 de enero pasado, Gloria se desmayó al lado de la Catedral, me ayudaron policías auxiliares y quienes me vigilaban no pudieron hacer nada, pues se quedaron en la camioneta donde me llevaban.

Horas después despertó en el Hospital General, donde una médico le presentó a dos policías que la llevarían a su casa, pero al negarse y actuar nerviosa, reveló que era víctima de prostitución forzada. La condujeron a un refugio para mujeres maltratadas y a la Procuraduría de Justicia; presentó su denuncia y la trasladaron a la ciudad de México, donde se encuentra en un refugio para víctimas, donde terminó la preparatoria en seis meses.