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Casi al límite, pero Cuadras conservó el cinto plata del CMB

Zulina La Loba Muñoz, nueva monarca mundial supermosca
Foto
Zulina Muñoz (izquierda) sufrió para vencer a Maribel RamírezFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de noviembre de 2012, p. a35

Pese a que Maribel La Pantera Ramírez fue una rival emergente le complicó la pelea a Zulina La Loba Muñoz, quien finalmente se quedó con el cetro supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

La Loba sufrió para someter a su contrincante, quien mostró excelente condición física y gran idea de boxeo. La Pantera sustituyó a Shondell Alfred –embarazada– y tuvo que disputar de último minuto el título que dejó Ana María Torres, por maternidad.

En tanto, Carlos Cuadras retuvo el cinturón plata del CMB casi al límite, nervioso y en retroceso, ante el filipino Fernando Lumacad.

Cuadras salió como el niño consentido de la familia. El ex campeón panamericano tenía al público de su lado y llegó con la reputación de noqueador indiscutible, pero también con un punto vulnerable: la poca resistencia al castigo. Lo invicto le ha costado algunas caídas.

En ese tono, el mexicano salió a hacer lo que se esperaba, con un estupendo manejo del ritmo, un lujoso movimiento de cadera y la inteligencia para golpear al cuerpo sin obsesionarse con el rostro del rival. Sus golpes hicieron estragos.

En el tercer asalto, dueño absoluto del combate, Cuadras dobló a Lumacad con un gancho al hígado; la misma dosis la aplicó para el cuarto episodio.

Parecía un nocaut más en la cuenta del mexicano, pero se vació, expresión que se usa cuando a un peleador se le acaba pronto el repertorio. Así, para el quinto capítulo Cuadras empezó a perder el control.

Lumacad revivió en adelante. Peleaba a la contra, pero cada vez más seguro de que sus golpes dañaban al mexicano.

Cuadras perdió seguridad y su mánager, Ignacio Beristáin, le daba indicaciones, pero su pupilo clavaba la vista al frente, nervioso.

En el penúltimo asalto Lumacad parecía que estaba muy cerca de noquear a Cuadras, quien para ese momento sólo retrocedía desesperado, aunque en las tarjetas llevaba todavía ventaja.

El mexicano conservó lo invicto, con 26 victorias, 22 por nocaut.