Opinión
Ver día anteriorSábado 24 de noviembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Picasso, el niño

L

os grandes talentos suelen tener dificultades con la escuela, en la niñez. Por eso es erróneo creer que los niños de 10 son en sí los más talentosos. A veces, los de mejores calificaciones son quienes han renunciado a ellos mismos para adaptarse a la lógica adulta y a reglas escolares. Sus notas son sobre todo 10 en conducta: atención, autocontrol, memoria, disciplina.

El talento exige su propio camino. Por lo menos en la primaria debieran desaparecer exámenes y calificaciones, para que los niños desarrollen su creatividad, en vez de domesticarlos o ahuyentarlos. Fue el caso de Picasso, quien dejó la escuela a corta edad y a los 86 años reconocía no saber de corrido el abecedario, y no se explicaba cómo había aprendido a leer, a escribir y sobre todo a contar.

¿Pero qué era lo que sí llamaba la atención del pequeño Pablo? Se preguntó Alice Miller, sicoanalista suiza que dedicó su obra a estudiar el maltrato infantil y sus efectos en la vida adulta. (Sostiene, entre otras, la tesis de que los traumatogénicos métodos alemanes de crianza produjeron a un Hitler).

En su libro La llave perdida, Miller analiza que el virtuosismo temprano de Picasso hizo que la adoración de sus padres impidiera su expresión espontánea. Según el propio Picasso: Siendo niño pinté como adulto y necesité 40 años para pintar como niño.

Para demostrar el impacto de las experiencias tempranas, Miller sostiene que El Guernica, cuadro que refleja el horror de una guerra en la que Picasso no tomó parte, tuvo como fermento la vivencia de un Pablito de tres años en los brazos de su padre que corría asustado; sus ojitos ya expertos registraron el tremendo terremoto de 1884 en Málaga. Coincide José María Juarranz, estudioso del artista. Ambos citan como prueba el poema de Picasso que hace de prefacio a su obra plástica Sueño y mentira de Franco; lo escribió en enero de 1937, tres meses antes del bombardeo de Guernica, y puede verse que contiene ya la sustancia del célebre cuadro, que pintaría dos meses después del bombardeo:

Fandango de lechuzas escabeche de espadas... gritos de niños gritos de mujeres/gritos de pájaros gritos de flores gritos de ladrillo/ gritos de muebles de camas de sillas de cortinas de cazuelas de gatos y de papeles/ gritos de olores que se arañan/ gritos de humo picando en el morrillo de los gritos que cuecen en el caldero y de la lluvia de pájaros que inunda el mar/ que roe el hueso y se rompe los dientes mordiendo el algodón que el sol rebana en el plato/ que el bolsín y la bolsa esconden en la huella que el pie deja en la roca.