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El Teatro Real de Madrid cancela producción de La flauta mágica

Recortes a la cultura en España impiden montar ópera de Mozart
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 6

Madrid, 21 de noviembre. El Teatro Real de Madrid ha cancelado las tres representaciones de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, que tenía previstas para el año que viene con la Filarmónica de Berlín y su director, Simon Rattle, al no poder hacer frente al costo de la producción tras los recortes en las aportaciones públicas a su presupuesto.

No podíamos pagar, manifestó hoy en rueda de prensa el director artístico del coliseo madrileño, Gerard Mortier, quien compareció junto al director general, Ignacio García Belenguer.

La ópera madrileña mantiene la presencia de la Filarmónica de Berlín, con la que ha llegado a un acuerdo para que los tres días que debía representarse La flauta mágica, del 26 al 28 de junio de 2013, la orquesta alemana interprete la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven. Con la cancelación de la ópera de Mozart, el Teatro Real ahorrará 800 mil euros. La producción costaba en total 1.5 millones de euros.

En el contexto de la grave crisis económica que vive España y de los drásticos recortes que aplica el gobierno de Mariano Rajoy, el Teatro Real ha visto reducido su presupuesto para 2013 en 33 por ciento, hasta un total de 40 millones de euros.

Las subvenciones públicas que recibe el tradicional recinto madrileño están a la altura de las de un teatro de segunda alemán, indicó Gerard Mortier.

Además, debido a los ajustes y recortes presupuestarios, en la próximas temporadas ninguna orquesta extranjera viajará a Madrid contratada por el Teatro Real, que optimizará sus recursos. Son decisiones tomadas bajo el ejercicio de la responsabilidad, dijo García Belenguer.

Tanto él como Mortier se quejaron además del impacto de la subida del IVA que ha impuesto el gobierno de Mariano Rajoy y que desde el primero de septiembre ha elevado s 21 por ciento en el ámbito cultural. En el Teatro Real está generando una caída de público y de ingresos. Su incremento ha llevado a su máximo exponente el precio de las entradas, y se nota que la demanda tiene su límite. Cuesta vender, dijo el director general.

Las personas quieren venir al teatro, pero no tienen dinero. Nos gustaría hablar con Hacienda para buscar soluciones. No es sólo el dinero, es algo para el país, para recuperar el ánimo, manifestó Mortier.