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México

Bancos extranjeros: ¿jugadores o conquistadores?
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Las subsidiarias mexicanas de Santander y BBVA obtuvieron los mejores resultados del sector financiero durante el primer semestre de este añoFoto Luis Humberto González y Alfredo Domínguez
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Periódico La Jornada
Martes 20 de noviembre de 2012, p. 26

Ahora que España está en el epicentro de la crisis de la zona euro, en México han resurgido los temores de que los bancos extranjeros decidan fortalecer su capitalización deshaciéndose de activos en países en desarrollo. Si bien la proporción actual de capital de 15% en el país es superior a la marca de 7% fijada por las reglas de Basilea III para enero de 2019, los informes de repatriación de ganancias por los gigantes hispanos Santander y BBVA han llamado la atención.

Al presentar el informe del sistema financiero, el primero de noviembre pasado, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, habló de la relación entre los bancos extranjeros y sus subsidiarias en México. El tema ha suscitado debate desde el verano pasado, cuando su predecesor, Guillermo Ortiz Martínez, ahora presidente de Grupo Financiero Banorte, hizo notar que esas subsidiarias enviaban proporciones cada vez mayores de sus utilidades a sus países de origen.

Luego de una serie de pruebas de estrés a principios de este año, el FMI decidió que el sistema bancario español necesitaría 37 mil millones de euros (46 mil mdd) en capital adicional para enfrentar las crecientes complicaciones económicas. Han surgido preocupaciones de que los dos principales bancos españoles en México, Grupo Financiero Santander (Santander) y BBVA Bancomer (BBVA), necesitarán capital fresco del extranjero para cubrir pérdidas en su país de origen, que continúa empantanado en la recesión y aún resiente los efectos del colapso del alguna vez boyante mercado de la vivienda.

Las subsidiarias mexicanas de Santander y BBVA obtuvieron los mejores resultados del sector financiero durante el primer semestre de 2012. En el caso de Santander, el principal grupo financiero español, América Latina provee 50% de sus ganancias, de las cuales Brasil representa 26%, seguido por México (13%) y Chile (5%). Entre tanto, la subsidiaria mexicana de BBVA, el segundo banco de España en valor de mercado, reportó un crecimiento de 5.6% en el ingreso neto por intereses. Estos resultados positivos contrastan con el fuerte descenso de sus utilidades del tercer trimestre en España, luego que se vio forzado a hacer rebajas por más de 2 mil millones de euros para cubrir créditos inmobiliarios en problemas. En 2011 las ganancias de la subsidiaria mexicana representaron 32% del total de BBVA, por encima de las del propio mercado español.

Daño potencial limitado

Los vínculos financieros entre España y México siguen siendo profundos, en especial en los sectores de banca personal y de inversión. A medida que la crisis crece en España, y el país comienza a buscar apoyo financiero para los bancos que requieren un rescate, son de esperarse mayores restricciones financieras y mayores descensos en los mercados de capitales y en la confianza. Esto exacerba las inquietudes de que los bancos españoles pudieran recurrir a extraer un valor desproporcionado de sus subsidiarias en México.

Mientras los bancos hispanos siguen encontrando en México estrategias de crecimiento futuro, Carstens ha negado que las subsidiarias transfieran recursos desproporcionados a sus compañías matrices. Aunque todos menos uno de los bancos mexicanos son de propiedad extranjera, las normas nacionales requieren que las subsidiarias se manejen por separado de sus casas matrices en lo referente a préstamos, financiamiento, capital y operaciones. Para aislar los mercados financieros mexicanos de los problemas exteriores, se han fijado nuevas reglas en los préstamos a terceros asociados, para limitar la capacidad de los bancos extranjeros de repatriar capital y utilidades a sus países de origen.

Además, no todos los bancos extranjeros en México tienen nexos con España o son afectados por los problemas de solvencia de ésta. Aun aquellos cuyas casas matrices han enfrentado crisis o emergencias financieras no parecen haberse visto afectados mayormente. Hace tres años, cuando Citigroup tuvo serios problemas financieros en EU, su subsidiaria mexicana no se vio afectada. Incluso la filial mexicana de la británica HSBC aumentó 62% sus ganancias netas en los primeros tres trimestre de 2012, en comparación con el primer periodo de 2011. El grupo indicó que sus utilidades se vieron impulsadas por la reducción de costos administrativos y de nómina, luego que fue severamente castigado en junio por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) con una multa sin precedente de 379 millones de pesos, a raíz de una investigación de acusaciones por lavado de dinero.

Otra preocupación en torno al sector financiero surgió de que muchas subsidiarias de bancos extranjeros en el país no estaban inscritas en el mercado mexicano de valores, porque se creía que los costos excedían los beneficios potenciales. En fecha reciente se han adoptado nuevas reglas para atraer a los bancos nacionales más pequeños y a las filiales extranjeras para que inscriban localmente sus acciones. Santander México, único banco mexicano registrado en la Comisión de Cambios y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y en la bolsa de valores de Nueva York, se apresuró a aprovechar la oportunidad y vendió 25% de su subsidiaria mexicana en una oferta pública por 4 mil mdd, en septiembre de 2012. Al final, fue tasada en la inscripción en dos veces su valor en libros, mientras las acciones del grupo retenedor se comercian a menos de una. La oferta pública inicial también impuso un récord como la mayor inscripción de una firma mexicana.

El último conjunto de reglas internacionales acordado por los banqueros centrales y los organismos reguladores del sistema financiero, conocido como Basilea III, se diseñó para enfrentar las debilidades expuestas durante la crisis financiera de 2008. Se puso énfasis particular en requerimientos más altos de capital mínimo y liquidez. Con base en estimaciones recientes de la CNBV, la tasa de capitalización nacional promedio sólo se reducirá de 15.72 a 15.45%, apenas 0.27 puntos porcentuales. En este contexto, las normas de adecuación de capital de México están delante de la curva, pues Basilea III no requiere que la proporción de 7% de capital principal para arriesgar activos ponderados se integre ante de enero de 2019.

En suma, si bien Ortiz y otras voces que han expresado preocupación por la repatriación de ganancias creen que existe el riesgo de una transmisión financiera de la crisis de la zona euro a México a través de las subsidiarias europeas en el país, está claro que el banco central y la CNBV han tomado suficientes precauciones para mitigar esos riesgos en el futuro previsible.

Fuente: EIU

Traducción de textos: Jorge Anaya