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Inteligencia en entredicho

La ley castrense castiga adulterio, confraternización y conductas inconvenientes

Es poco probable que Petraeus y Allen sean juzgados por violar el código militar

La relación extramarital puede significar un año de prisión, despido y confiscación del salario

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El general John Allen en abril de 2011 durante un discurso en la Casa BlancaFoto Ap
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David Petraeus, quien la semana pasada dejó la CIAFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de noviembre de 2012, p. 35

Washington, 15 de noviembre. Adulterio, confraternización, conducta inconveniente: el Código de Justicia Militar estadunidense reacciona y reprime en detalle el mal comportamiento de soldados y oficiales, incluidos los de rango más elevado.

Sin embargo, en el caso del escándalo que sacude a Estados Unidos, y en el que están involucrados el general retirado David Petraeus y el comandante de las fuerzas internacionales en Afganistán, John Allen, parece improbable que alguno de ellos termine ante una corte marcial, estiman observadores.

Petraeus, uno de los generales más conocidos de su generación, renunció la semana pasada a su cargo de director de la CIA –que había asumido tras pasar a retiro–, como consecuencia de una relación extramatrimonial con su biógrafa, Paula Broadwell.

Por su parte, la carrera del general Allen, comandante de la coalición internacional en Afganistán, parece comprometida tras la suspensión de su designación a la cabeza del comando supremo de la Organización del Tratato del Atlántico Norte (OTAN). Allen es investigado por el Pentágono por haber mantenido un intercambio de correspondencia desubicado y haber flirteado con Jill Kelley, una mujer casada que vive en Tampa (Florida, sureste). El general niega haber tenido una relación adúltera con ella.

Las relaciones extraconyugales desacreditan a las fuerzas armadas y atentan contra su reputación, sostiene el artículo 134 del Código de Justicia Militar, que castiga el adulterio.

Incurrir en esa conducta puede significar un año de prisión, despido del Ejército y confiscación del salario.

En el caso de Petraeus, todo remite a la fecha en que empezó su relación con Paula Broadwell. A pesar de que se cuidó de hablar del asunto, sus amigos más cercanos aseguran que ese vínculo tuvo lugar cuando ya no estaba en las fuerzas armadas.

Sin embargo, Eugene Fidell, profesor de derecho militar en la universidad de Yale, citado por Time, considera que eso no lo exime de respetar las reglas del código de justicia castrense.

Los militares retirados que cobran una pensión están sujetos de por vida al código, explica Fidell, aunque según él, Petraeus no comparecerá ante la justicia: eso no ocurrirá, pero es lo que prevé el manual de la corte marcial.

De hecho, los procesos por adulterio son muy raros. David Hales, general retirado de dos estrellas, reconoció en 1999 ante una corte marcial que había mantenido relaciones adúlteras con cuatro mujeres militares. Fue condenado a pagar una multa, pero no fue encarcelado.

Para el código militar, el adulterio es diferente a la confraternización, que consistiría en un vínculo de proximidad entre oficial o suboficial y un subordinado. Sin embargo, esa conducta también es castigada en la ley castrense, especialmente cuando tiene connotaciones sexuales. Numerosos casos terminan cada año con el despido de la persona cuestionada.

Si la investigación sobre el general Allen confirma correspondencia desubicada con una mujer, teóricamente violó el artículo 133 del código, que reprime toda conducta inconveniente para un oficial y caballero, dijo un militar de alto rango a Afp.

Este artículo define la conducta inconveniente como toda acción o comportamiento que deshonre al oficial; por ejemplo, el hecho de estar borracho en público o frecuentar prostitutas.