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La computadora de su presunta amante tenía información secreta

No hay pruebas de que Petraeus haya puesto en peligro la seguridad: jefe de la Casa Blanca
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2012, p. 27

Washington, 14 de noviembre. El presidente estadunidense, Barack Obama, señaló hoy que no le consta que en el contexto del escándalo sexual que provocó la dimisión del jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), David Petraeus, se haya revelado información clasificada que pueda afectar la seguridad del país.

No tengo ninguna prueba hasta el momento de que se hayan divulgado informaciones secretas que pudieran tener consecuencias negativas sobre nuestra seguridad nacional, declaró Obama en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

En su primera aparición ante los periodistas desde que ganó la relección el 6 de noviembre, Obama señaló que se abrió una investigación sobre el caso, pero no hizo comentarios sobre los detalles de la misma.

Petraeus, general retirado, renunció la semana pasada a su cargo de director de la CIA luego de admitir una relación extramarital con su biógrafa, Paula Broadwell.

El escándalo alcanzó al general John Allen, comandante de las fuerzas de la coalición internacional en Afganistán. Su nominación al comando supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue suspendida el martes por Obama, luego de que se inició una investigación contra él por mensajes inapropiados que habría intercambiado con Jill Kelley, otra mujer involucrada en el escándalo sexual de Petraeus.

Tras aceptar la dimisión de Petraeus, Obama destacó nuevamente este miércoles los servicios extraordinarios que prestó a la nación, pero reconoció que no estuvo a la altura de los criterios necesarios para un director de la CIA.

El caso Petraeus repercute en el Congreso, donde se tienen previstas audiencias a puertas cerradas sobre el ataque que costó la vida a cuatro estadunidenses, entre ellos el embajador en Libia, Christopher Stevens, el 11 de septiembre en la ciudad de Bengasi.

Pese a dimitir, el ex jefe de la CIA aceptó declarar en este caso ante un comité del Senado, reveló el senador republicano John McCain, quien acusa desde hace semanas al gobierno Obama de haberse negado a reconocer inicialmente el carácter terrorista del ataque. La comparecencia de Petraeus será el viernes.

McCain comparó el caso de Bengasi con el escándalo Watergate y amenazó con bloquear la eventual confirmación de la actual representante estadunidense ante la Organización de Naciones Unidas, Susan Rice, al frente del Departamento de Estado.

Rice fue ampliamente criticada luego de decir después del ataque que de acuerdo con investigaciones de los servicios de inteligencia todo empezó con una protesta espontánea contra una película antislámica filmada en Estados Unidos, que acabó en un ataque a la representación diplomática.

Los intentos republicanos de centrar sus críticas en Rice fueron duramente recibidos por Obama, quien la defendió al afirmar que hizo un trabajo ejemplar y sostuvo que tratar de afectar su reputación es repulsivo.

En tanto, trascendió que la computadora personal de Broadwell contenía importante información secreta que debió haber estado guardada bajo condiciones más seguras, señalaron funcionarios de seguridad nacional.

Los contenidos del material secreto y cómo lo obtuvo la amante de Petraeus siguen bajo investigación, dijeron los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato.

Como oficial en reserva de la inteligencia militar, Broadwell –biógrafa de Petraeus– tenía autorizaciones de seguridad que le daban acceso a material secreto, señalaron las fuentes.

Dos funcionarios con conocimiento del caso dijeron que una pregunta que se hacen los investigadores es si Broadwell siguió las normas del gobierno para manejar información secreta.

La noche del lunes, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) revisó la residencia de Broadwell en Charlotte, Carolina del Norte. No está claro dónde o cómo consiguió la información secreta.

Legisladores estadunidenses exigen ser informados sobre la indagación de la FBI sobre el escándalo sexual de Petraeus y Broadwell.

El congresista republicano por Texas Lamar Smith, quien preside la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, escribió al jefe de la FBI, Robert Mueller, para pedirle que establezca una cronología en torno al desarrollo del caso y si Petraeus es centro de una investigación criminal.

Por último, el agente de la FBI que inició la investigación que llevó a la renuncia de Petraeus, fue identificado como Frederick Humphrie, de 47 años, experto en contraterrorismo, informó The New York Times.