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Amor, zombis y otras desgracias, nueva novela del sello Alfaguara

Para José Luis Trueba, los muertos vivientes constituyen la sociedad perfecta
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de noviembre de 2012, p. 8

Desde la literatura, el cine, la televisión y los videojuegos, la figura del zombi ha adquirido una presencia importante en el mundo de la ficción. Los muertos vivientes están de moda, y en este auge surge el libro Amor, zombis y otras desgracias, del escritor mexicano José Luis Trueba Lara, publicado por el sello Alfaguara Juvenil.

En entrevista con La Jornada, el autor explica su admiración por estos monstruos, cadáveres ansiosos por devorar a los vivos, caminantes que no mueren a menos que su cerebro sea destruido.

“Cuando la Cineteca de México existía en Río Churubusco y Tlalpan, yo estaba en la secundaria, y se estrenó La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, en los años 70. Recuerdo que me fui de pinta, estaba muy cerca de la Cineteca, y para mí esa película fue una revelación. Han pasado casi 40 años y he sido de una fidelidad absoluta a los muertos vivientes: me encantan.

“Creo que he visto todas las películas y he leído todos los libros, sobre el tema, que siempre me ha gustado. Mi libro, que originalmente abordaría la vida de un adolescente en la escuela, se volvió de zombis, sin querer. Al final, Amor, zombis y otras desgracias es un gran homenaje a todas las películas de muertos vivientes.”

La gran popularidad de las historias de zombis –aclara el escritor– en realidad no está vinculada con el cine de ese género, sino con la serie de televisión The walking dead, que ha provocado cosas francamente sensacionales, pero mi trabajo está más cercano al cine, porque me gustan más las películas que las series.

El volumen narra la historia de un adolescente que cambia de escuela, conoce a nuevos amigos y descubre cómo los no muertos comienzan a invadir las calles de la ciudad de México. El mérito del libro es que se trata de un gran collage de escenas y personajes de las películas de zombis.

Si revisas la novela con cuidado, en cada página sucede algo relacionado con el mundo de las cintas de no muertos. Por ejemplo, el protagonista del libro es Jorge Antonio Romero, y el director de se llama George A. Romero.

Todos los personajes salen de películas como La Noche de los muertos vivientes y Perturbados.

La historia está narrada mediante las páginas del diario de Jorge Antonio, de mensajes SMS, de Twitter, de blogs, de perfiles en Facebook y de varios videos del personaje de Alicia; al respecto, el autor comenta: “Son como siete voces en la novela; siempre quise contar una historia desde muchas voces y siempre buscaba cómo lograrlo, así que cuando empecé a trabajar en este libro y llega el momento en que él se va a la escuela, me pregunté cómo lo ven los otros, y me acordé de mis alumnos de la universidad, que todo el tiempo están enviando SMS y poco a poco se sumaron las redes sociales en la trama.

Me parece que esa parte funciona muy bien, porque tienes la historia en diversos medios, es algo parecido a lo que sucede en las películas producidas por Romero, donde te cuentan lo que pasa el mismo día en diferentes lugares.

José Luis Trueba, quien ya piensa en la segunda parte del volumen, considera que la sociedad zombi es perfecta: todos son iguales, todos se mueven igual y tienen un mismo fin, y todos son políticamente correctos.

“Me gustan los zombis porque es el retrato de lo que somos, un retrato muy torcido, zombificado, pero que en el cine muestra cómo estos no muertos hacen lo que sea con tal de salvar su piel: son capaces de comerse a los otros; lo mismo ocurre en la sociedad: para salvar su trabajo, la gente devora a los demás y hace lo peor. Me parece que es la metáfora ideal de nuestro mundo.

En un salón de clases, cuando alguien es diferente, automáticamente es agredido, atacado y tiene que volverse igual. Los zombis son la igualdad absoluta, entre ellos no hay diferencias.

Aunque admite que existen varios mitos en torno a la literatura juvenil e infantil, Trueba asegura que estamos viendo el surgimiento de una nueva generación lectora que es brutalmente apasionada.