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El entrenador de clavados planea rutinas de alto grado de dificultad

Rueda prepara a Castillo para que logre medalla en Río de Janeiro 2016
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de noviembre de 2012, p. a15

El entrenador Jorge Rueda conoce bien la estrategia para lograr una vez más la proeza de subir al podio a sus pupilos, por lo que ahora trabaja para conducir a Yahel Castillo a la obtención de una medalla en la justa veraniega de Río de Janeiro 2016.

Paciencia, trabajo intenso y una rutina con el más alto grado de dificultad son los ingredientes del plan que se ha trazado, el cual incluye el toque especial de ejecuciones de 3.7 y 3.8 grados de dificultad exigidos por la agenda del orbe que, por hoy, pueden garantizar lograr el fin anhelado ante la competencia impuesta por chinos y rusos.

Aunque será hasta la semana siguiente cuando la Federación Internacional de Natación y la nacional den a conocer el ciclo de competencias del próximo año, no hay tiempo para esperarse y desde hace unos días ya trabajamos en la preparación física general, que sentará las bases para lograr las mejores ejecuciones del clavadista.

No hay de otra, dice puntual Rueda, al añadir que en el futuro la presentación de Castillo deberá promediar por lo menos saltos de 3.7 y 3.8 en las pruebas en que se presente, como las tres y media vueltas inversa en B y cuatro y media al frente, además de dos y media al frente con tres giros y dos y media inversa con dos giros, para lo que requiere un cuerpo como si fuera de goma.

Rueda sabe que cumplir el propósito del podio olímpico no está cerca ni resultará fácil, porque si bien tiene la ventaja del potencial de Yahel, quien todavía tiene mucho que mostrar, y de sus ganas de colgarse esta vez una medalla olímpica, la parte que no puede controlar es el progreso de los clavadistas del resto del mundo, de chinos y rusos que seguro trabajarán sin descanso, no para hacer clavados inmejorables, sino cercanos a la perfección.

Recordó que en Londres 2012 Castillo tuvo una de sus mejores rutinas, pero al final falló. Le faltó cumplir con precisión “un clavado que nosotros inventamos –dos y media vuelta inversa con dos giros y medio–, que por desgracia preparó con poco tiempo, pero de haberlo puesto en su máxima expresión con nueves, n’ombre, hubiera sido de medalla”.

El creador de medallistas olímpicos y mundiales cuenta con experiencia de 30 años en estas lides.