Sociedad y Justicia
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Debe concretarse el apoyo financiero de las naciones ricas a los países en desarrollo: ONU

La cumbre climática de Doha, oportunidad para impulsar la segunda fase de Kyoto

Los acuerdos signados en Japón deben quedar como un marco mundial: Juan Elvira Quesada

 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de noviembre de 2012, p. 39

La 18 Conferencia de las Partes (COP 18) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se llevará a cabo dentro de unas semanas en Doha, Qatar, puede ser la oportunidad de impulsar el segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto y también se puede materializar el compromiso financiero de apoyo a los países en desarrollo.

Esto ha señalado en las reuniones preparatorias de la cumbre, que comenzará el 26 de noviembre, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Christiana Figueres.

Incluso el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Elvira, Quesada considera que el protocolo de Kyoto anda deambulando por los pasillos de las convenciones. Asegura que se le dará oxígeno por un año o más tiempo, pero debe quedar como un marco jurídico mundial. En la realidad se hace más que lo acordado en (los acuerdos de) Kyoto.

En tanto, analistas como Julio César Centeno, asesor de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, consideran que después de años de negociaciones no se ha cumplido el compromiso de los países industrializados de facilitarle recursos financieros a las naciones más pobres, tanto para asegurar que su desarrollo se fundamente en procesos energéticos más eficientes y menos contaminantes, como para asistir en su adaptación a los inevitable impactos climáticos que se avecinan.

Figueres estima que la oportunidad de la COP 18 es llegar al segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto para aplicarlos a partir del primero de enero de 2013, y se pueda definir la forma en que se materializará el compromiso de apoyo financiero a los países en desarrollo.

Reconoce que hay importantes cuestiones políticas que aún no se han resuelto y que no hay que subestimar el desafío. Pero esta cumbre puede ser la pauta para la aplicación inmediata de lo que ya se tiene, y al mismo tiempo dar los primeros pasos para diseñar lo que se quiere para el futuro, considera.

Señala que es la oportunidad de mostrar al mundo que el proceso intergubernamental de cambio climático ha construido una firme respuesta que ahora entra en aplicación; continúa la construcción de otras acciones con el fin de buscar la equidad, y se logre mantener el límite de aumento de la temperatura en dos grados centígrados.

Centeno, en un análisis divulgado en EcoPortal, señala que “durante años los países en desarrollo han venido solicitando, sin éxito, que las naciones industrializadas cumplan con obligaciones explícitas del Acuerdo Marco sobre Cambios Climáticos de 1992, como las relacionadas con sus desproporcionadas emisiones de gases del efecto invernadero. O las vinculadas a su mayor capacidad, tanto tecnológica como económica, para reducir emisiones”.

También piden sin éxito, que se cumplan los compromisos sobre la transferencia de tecnologías menos contaminantes, en términos preferenciales, para evitar incrementos innecesarios en las emisiones de países en desarrollo por su dependencia de tecnologías obsoletas. Agrega que las pasadas negociaciones en Durbán, Sudáfrica, sólo sirvieron para ratificar el compromiso de no rebasar los dos grados centígrados y cada país deberá presentar sus contribuciones voluntarias con dicha meta para el 2015, con el propósito de que se ponga en marcha en 2020.

El retraso en la concreción de un acuerdo internacional acelera la gravedad de la amenaza climática. Corresponde a los países en desarrollo, con la mayoría de la población mundial, la obligación de impulsar medidas de emergencia para impedir que el calentamiento global se acelere fuera de control.