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Todavía es posible publicar los artículos en los que hubo coincidencia en el análisis de la iniciativa de ley
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de octubre de 2012, p. 8

La minuta de reforma a la Ley Federal del Trabajo que modificó el Senado perdió definitivamente su carácter de preferente, porque el artículo 71 de la Constitución dice que la cámara de origen tendrá 30 días naturales para elaborar el dictamen, y la cámara revisora otros 30 para analizarla y, en su caso, modificarla.

El próximo martes concluirá el plazo de 60 días, y de manera natural se perderá el carácter de preferente. No obstante, sí existe la posibilidad de que la Cámara de Diputados y el Senado lleguen a un acuerdo para publicar los artículos donde hubo coincidencia en el análisis de la iniciativa de ley, y en los que se manifestó alguna diferencia se debata y se encuentre una solución legislativa mediante un dictamen que, una vez aprobado por ambas cámaras, se sume a la reforma laboral.

Los escenarios en torno a la reforma pueden ser lo siguientes: que la Cámara de Diputados rechace la minuta que regresó el Senado, y ésta regrese al Senado, lo que se había aprobado en San Lázaro.

Una segunda opción es que el Senado pueda aprobar lo que le envíe la Cámara de Diputados, y los senadores se desdigan de los cambios a la minuta en ocho artículos.

También cabe la posibilidad de que la Cámara de Diputados acepte lo que le envió el Senado y ahí concluya el trámite. De ser así se publicaría en el Diario Oficial de la Federación, siempre y cuando la Cámara de Diputados aceptase exactamente igual lo que le envió el Senado. En caso contrario, si la Cámara de Diputados modifica una coma a lo que se le envió, el documento tiene que regresar al Senado.

La tercera alternativa es la más polémica, porque la Cámara de Diputados mandaría para su publicación los artículos en los que coinciden las dos cámaras. Esto sería producto de un acuerdo bicamaral, y el articulado donde persisten las diferencias se discutiría aparte.

Y el cuarto escenario se conformaría si la Cámara continúa con el procedimiento de regresar al Senado la minuta con nuevas modificaciones. De ser así la iniciativa se va hasta el nuevo periodo ordinario de sesiones.

De hecho, la reforma ya no es preferente porque en el contexto constitucional puro no se establece un tercer momento de análisis y aprobación, y sólo se refiere que trabaje 30 días la cámara de origen, y treinta días la cámara revisora. Esa es la referencia única –en el artículo 71 de la Constitución– donde se establece la iniciativa preferente.

Así se plantea la necesaria elaboración de la Ley Reglamentaria de la Reforma Preferente. Incluso hace unos días el presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados, Carlos Aceves del Olmo, dijo que si el Senado terminara por regresar –como sucedió– la minuta con cambios, cabría la posibilidad de que se discutiera primero la Ley Reglamentaria.

Ahora que ya se encuentra de regreso en San Lázaro se espera que inicie la discusión de la reforma laboral, con objeto de incluir otras iniciativas que fueron obviadas por la premura de discutir el proyecto preferente que envió Felipe Calderón Hinojosa.

En rigor, lo que existe hasta ahora es que la Cámara de Diputados puede iniciar el proceso de regresar la minuta con cambios, y el Senado la puede regresar con más modificaciones, lo cual y provocaría que el documento se turnara en automático a la congeladora legislativa. Como existe la posibilidad de un acuerdo, la iniciativa sería aprobada parcialmente.

Lo que marca el proceso es que la iniciativa perdió su carácter de preferente de acuerdo con el contenido del artículo 71 de la Constitución.

Ahora el PAN en la Cámara de Diputados insiste en que el documento aún es preferente porque no ha concluido el plazo de 30 días que la cámara revisora tiene para aprobar los cambios en ocho artículos de la reforma.

Sobre el particular, el secretario de la Comisión del Trabajo en la Cámara de Diputados, Martí Batres, coincidió con el criterio de que en San Lázaro se puede abrir la discusión más amplia de las decenas de iniciativas que duermen el sueño de los justos en San Lázaro.

La iniciativa dejó de ser preferente en [el momento en] que concluyó la discusión en ambas cámaras [Senado y Diputados], porque no existe en la Constitución un tercer momento que dé salida a éstas. No está prevista esa posibilidad. Lo mejor para el país es que la Cámara de Diputados abra una nueva discusión de todas las iniciativas.