Economía
Ver día anteriorViernes 19 de octubre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Se trata de contratos millonarios para construir embarcaciones, revela empresario español

Entra la Secretaría de Marina a negociar con astilleros gallegos

Niega vocero que la dependencia federal esté en tratos con España

Sobre el negocio con Pemex se afinan cuestiones técnicas y se avanza en conversaciones, informa director de Vallina

Foto
Un manifestante con la máscara de Guy Fawkes participa en la protesta de estudiantes en EspañaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 19 de octubre de 2012, p. 30

Madrid, 18 de octubre. La Secretaría de Marina está negociando con varios astilleros gallegos la fabricación de barcos y material naval, en los que estarían en juego contratos millonarios como los realizados por Petróleos Mexicanos (Pemex), acuerdos a los que se llegó tras una reunión secreta entre los presidentes de México y España, Felipe Calderón y Mariano Rajoy, respectivamente.

Uno de los representantes de los siete astilleros gallegos que buscan hacer negocios en México y evitar la bancarrota tras años sin firmar un solo contrato, Fernando Alcalde, de la empresa Valiña, reconoció que en su reciente visita a México no sólo se entrevistó con directivos de Pemex, sino que también negoció un posible acuerdo, ya muy avanzado con la Secretaría de Marina para construir remolcadores, gabarras, barcazas o abastecedores.

Sin embargo, en México, el vocero de la Secretaría de Marina, vicealmirante José Luis Vergara Ibarra, negó categóricamente que la dependencia esté en tratos para adquirir embarcaciones en España. Nosotros no hemos entablado ni siquiera pláticas con astilleros de ese país para la construcción de embarcaciones para la Armada de México. Nosotros no utilizamos barcazas ni remolcadores, subrayó anoche en breve entrevista con este diario.

El pasado abril Calderón recibió al mandatario español, que llegó con una nutrida delegación. Uno de sus objetivos prioritarios era impulsar nuevos contratos para los arruinados astilleros gallegos a través de Pemex, para lo que contaron con la intermediación de un poderoso empresario español afincado en México, Olegario Vázquez Raña, que maniobró a favor de su tierra natal.

Un mes después de ese encuentro, en Santiago de Compostela se firmó el documento base de ese compromiso alcanzado en México: el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, y Núñez Feijóo, firmaron un acuerdo genérico en el que se definió la nueva relación entre la paraestatal y la región del norte de España como alianza estratégica.

De ese acuerdo genérico empezaron a brotar negocios concretos. El primero fue que Pemex contrató a los astilleros Navantia e Hijos de Barreras para construir dos buques hoteles por 380 millones de dólares. El segundo acuerdo fue el asentamiento de Pemex en el puerto de Langosteira, en A Coruña, a través de un centro de almacenamiento y distribución para concentrar sus negocios en Europa. El compromiso es quedarse 35 años, para lo que ya comenzaron los trabajos técnicos para construir oficinas y bodegas, con un costo que superará los 70 millones de dólares.

El tercer convenio, todavía en fase de negociación, es la contratación de otros cinco astilleros gallegos para la fabricación de 14 remolcadores, de los cuales siete se harán íntegramente en Galicia y los otros siete de manera conjunta con empresas mexicanas. El costo de esta operación superará los 100 millones de dólares.

Pemex también se comprometió, con base en la alianza estratégica, a negociar con los astilleros gallegos para la renovación de la flota menor de la empresa, que supondrá la construcción de más de 150 embarcaciones y un contrato que superaría los 350 millones de dólares.

El mandatario español reconoció que Pemex y el gobierno de México habían dado un balón de oxígeno a uno de los sectores más deprimidos de la región, lo que además generaba más pobreza al tener una enorme ascendencia en la economía local. Así, los contratos de Pemex y sus efectos en Galicia –más de 3 mil empleos para los próximos tres años– se han convertido en el tema central de la campaña electoral para la autonomía, en la que Núñez Feijóo aspira a su primera relección.

El gobierno español y los astilleros gallegos también recibieron el aval del presidente electo, Enrique Peña Nieto, en un gesto que el mandatario gallego definió como algo atípico e inaudito.

Tras recibir estos apoyos, los directivos de los siete astilleros viajaron a México para afinar los detalles técnicos de los contratos firmados o para negociar los que están en el tintero. Las empresas son Navantia, los Hijos de J. Barreras, Freire, Valiña, Cardama, Vulcano y Metalships.

El director de Valiña, Fernando Alcalde, explicó que durante el viaje a México se entrevistó con directivos de Pemex y de la Secretaría de Marina, con los que está avanzado un posible acuerdo. El resultado todavía no está plasmado en forma de contrato, pero el trabajo está bien encauzado y abarca diferentes tipos de buques, además de remolcadores, gabarras, barcazas y abastecedores, afirmó al periódico La Voz de Galicia.

Lo novedoso de la declaración es la incorporación de la Secretaría de Marina a los negocios con los astilleros gallegos, además que hasta la fecha las condiciones se mantienen en total secreto y bajo una cláusula de confidencialidad exigida por los directivos de Pemex, quienes ni siquiera han hecho público el contrato a su consejo de administración.

En relación al negocio con Pemex, el empresario gallego explicó que estamos afinando cuestiones técnicas y avanzando en las conversaciones. Se están discutiendo los términos contractuales, pero lo más importante para nosotros es que hemos encontrado otras oportunidades de tipos de barcos que desconocíamos y, además, las conversaciones con los astilleros mexicanos nos abren las puertas a futuras demandas de Pemex.

De hecho, hoy, a sólo tres días de la jornada electoral, Núñez Feijóo volvió a prometer más contratos con Pemex en el futuro para los astilleros gallegos, tal y como hizo Mariano Rajoy hace dos semanas, cuando anunció que pronto habrá más contratos.