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Cristian González estrenará Rojo orgásmico en Feratum; rendirán homenaje a Lorena Velázquez

A mis cintas en vez de quitarles la mugre, las ensucio más

Las hago con buenos actores que le entran porque les gusta la historia, no porque quieran sueldo, afirma el realizador

Mi público es de clase media baja: tepiteños, obreros y uno que otro coleccionista

En el cine mexicano estos personajes y relatos no existen, dice Claudia Goytia

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Lorena Velázquez y Claudia GoytiaFoto Cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 8

Desde hoy hasta el 21 de octubre se realizará la primera emisión del Festival Internacional de Cine Fantástico, Terror y Sci-fi (Feratum), en Tlalpujahua, Michoacán, el cual rendirá un homenaje a la actriz Lorena Velázquez por su trayectoria. Considerada la reina del cine fantástico mexicano, estará presente en el certamen para recibir el tributo.

También se rendirá un homenaje al director Cristian González (Tuxpan, 1958), quien ha dirigido 93 películas, y en esta edición presentará su reciente obra Rojo orgásmico. En entrevista con La Jornada el cineasta dijo: He filmado todas esas cintas contra viento y marea; tuve que desarrollar la cualidad de detectar a los productores que querían hacer un filme; lo tomé como trabajo, no como capricho.

Proyectarán 70 filmes

En el festival Feratum se proyectarán más de 70 largos y cortometrajes. Se espera la asistencia de 10 mil espectadores.

Dentro de esta oferta fílmica del género de ciencia ficción, terror y fantasía, Cristian González presentará una retrospectiva de su obra; estrenará su cinta Rojo orgásmico. Comentó que la película, protagonizada por Claudia Goytia, Luis Durán y Óscar Gómez, “es un caso de la vida real: un amigo quería hacer un documental con una teibolera y fue a conectar a una bailarina. Durante la realización de la cinta se les olvidó y comenzaron a tener una relación íntima. Cuando se da cuenta mi amigo de que esta mujer ocupa gran parte de su vida, se asusta; la chava es de otra clase social, con una forma de pensar muy diferente a la de él. En una ocasión que fue a verla, lo golpean, por lo que su mamá no lo vuelve a dejar salir; le pone un ultimátum: desayunar, comer, cenar, dormir en su casa y dejar de ver a la bailarina. Él elige quedarse en su casa, recibir su mesada y acabar la escuela.

“Pero para la bailarina no fue tan fácil: sufrió un quiebre tremendo. Ella, quien mantenía a sus cuatro hijos y estaba en el alcohol y las drogas, le dio por consumir más, se fue deteriorando; era grosera y agresiva con los clientes del table dance. Fue bajando de nivel hasta parar en los tugurios de Neza, donde finalmente la violan y la asesinan.

Cuando mi amigo me contó todo esto, le dije que él tenía la culpa de lo que le había pasado a la bailarina, porque había trastocado su realidad. Le quité la historia porque él no iba a saber filmarla y la hice con el conocimiento de causa de que tenía un gran relato, así que la hice.

Cristian González recordó cómo se metió en el ambiente del videohome. Dijo: “Cuando mis dos primeras películas, Tanatos y Polvo de luz, se estrenaron no pasó nada; sentí que no era lo mío. Entonces cambié de rumbo, me dediqué a filmar historias más netas; mi mayor éxito fue La cumbia asesina, que también tiene el título de Ritmo, traición y muerte. Los que están en el ambiente me ven como su gurú, porque llegué a un medio que era muy mocho y comencé a hacer películas con buenas historias, buena fotografía”.

Durante años, confesó el director, “trabajé para una empresa productora estadunidense que se llamaba Million Dollar Corporation, que ya cerró. En la época que comenzó a decaer la asistencia a las salas cinematográficas, el videohome para VHS se volvió toda una revolución: hacíamos las películas no en 35 mm, sino en 16mm para que tuvieran algo de cine. Nos daban 50 o 70 mil dólares para rodar una cinta. Yo me la tomé muy en serio y me llevaba tres semanas filmarla. Muchos de los compañeros a los que invité a trabajar me voltearon a ver con cara de asco; me decían: ‘Es que a mí los nacos no me gustan’. Les respondía que eran los que tenían dinero y pagaban. Ahora algunos me llaman el amo del mexplotation, pero yo prefiero que me llamen rey del underground, ese apodo me gusta más”.

Algunos conocedores opinan que el trabajo de Cristian González ha influido a Quentin Tarantino y Robert Rodríguez. Sobre esta apreciación mencionó: “Sí, por la estética que manejo en mis películas, que ellos utilizan imaginando de lo que es México. Sin embargo, yo soy más crudo; tengo películas mucho más fuertes que las de ellos... claro, ellos tienen un público fresón, mientras a mi me toca la broza. A mis historias en lugar de quitarles la mugre me gusta ensuciarlas más. Veo Machete y me da risa. Yo hago películas con buenos actores, que le han entrado porque les gustan las historias, no porque quieran un sueldo”.

El homenaje que le harán en el festival Feratum –en el que presentarán una restrospectiva de la obra del cineasta, quien estará en todas las funciones para platicar con el público– se debe, en su opinión “a que alguien se dio cuenta de la importancia del videohome; he hecho muchos y algunos sí valen la pena, por lo que decidieron hacerme este homenaje. El curador Ariel Soto, ve mis películas a través del tiempo con otra perspectiva. Creo que por ser videohome no tiene que ser el churro mal filmado”.

Agregó: “Vivimos en un país muy mocho, donde no se permite mostrar una chaquetita, ni mental; entonces en este país los temas sexuales son muy buenos. El chiste es ejercer el oficio y para hacerlo tienes que ser modesto; yo hecho películas hasta de 50 mil pesos; he abarcado muchos géneros, como el cine negro, el thriller, el documental y hasta el cine de arte”.

El entrevistado es consciente de que “la mayoría de la crítica ve mal mi cine; piensa que no está a la altura de las grandes producciones mexicanas, que nunca recuperan la inversión, esas películas que tienen la pretensión de que todo en México es light, bonito y tiene un olor agradable, eso es lo que me molesta. A ver si no al rato nos obligan a andar con copetes y bien peinados. No, mi público es de clase media baja: los tepiteños, los obreros, a ellos les atrae. También hay algunos coleccionistas y críticos que se han metido en este ambiente y a ellos les comienzan a gustar mis películas”.

Viví en casa del director

Por su parte, la protagonista de Rojo orgásmico, Claudia Goytia, quien estará presente en el festival, dijo que su personaje fue un reto. Cristian me había buscado para hacer algo, pero no se había dado la oportunidad; cuando me propuso hacer esta cinta le dije que la hiciéramos. Fue un reto grande, me fui a vivir a casa de Cristian 15 días, porque no quería perder el hilo del personaje: es muy intenso y no tiene nada parecido a mí. Durante el rodaje viví el personaje día y noche, incluso sábados y domingos, nunca cortamos la filmación. Fue un trabajo muy entregado; me metí completamente en Wendy/Casandra.

La actriz agregó: En la industria del cine mexicano este tipo de personajes e historias no existen, por eso acepté en cuanto me lo propuso, pues sabía que no iba a encontrar un papel igual. Entré con toda la ética posible para hacer el papel de manera precisa y lo más cercano a la realidad; la estudié completamente y fluyó muy bien.

Sobre si se siente una actriz desperdiciada, Goytia mencionó: No me ofrecen muchos papeles pero no hay una gran industria cinematográfica en México como para tener variedad. Yo no me he quedado sentada y he buscado cosas. Igual no soy famosa, pero he hecho lo que he querido. En los años recientes me he madurado como actriz, me he vuelto muy apasionada con todos los personajes que interpreto.