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La artista recibió la medalla Bellas Artes del INBA

En México encontré pintar como me gusta: Joy Laville

Casi siempre trabajo directo en el lienzo, manifiesta a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 4

Empecé a pintar en serio en México, entonces soy una pintora mexicana, expresó Joy Laville (isla de Wright, Inglaterra, 1923) en charla con La Jornada minutos antes de recibir la medalla Bellas Artes.

El martes pasado fue el único día que no pintó –sin propósito de exponer– porque hubo que trasladarse a la ciudad de México desde Jiutepec, Morelos, donde radica luego del fallecimiento de su esposo, Jorge Ibargüengoitia en 1983. En ese entonces la pareja vivía en París, allí la artista permaneció un año más antes de regresar a México, donde ha vivido 56 años.

México ha influido, obviamente, en su pintura: El paisaje, los colores, muchas cosas, pero especialmente el paisaje. No se imagina cómo hubiera sido su obra de no haber venido aquí.

Entrevistada en el camerino de la sala Manuel Ponce del Palacio de Bellas Artes, Joy Laville también habló de cómo ha cambiado su pintura: Es muy gradual, muy pequeña, casi nada. Bueno, no descubrí, digamos, mi voz, como quise pintar, de inmediato. Poco a poco intenté muchas cosas y las deseché. Finalmente, encontré pintar como me gusta.

–¿Qué es lo que le gusta hacer en un lienzo?

–Bueno, llenarlo.

–¿El lienzo en blanco representa un misterio, un desafío?

–Un misterio, no, más bien una posibilidad de muchas cosas. Finalmente, se desarrolla el reto, pero después se resuelve, si es posible, y de diferente manera.

–¿Cuánto tarda en pintar un cuadro?

–No se puede decir. Hay unos que empecé hace siglos y otros muy poco, que se van rápido.

Foto
Joy Laville (1923) al recibir la presea en el Palacio de Bellas ArtesFoto Guillermo Sologuren

–¿Trabaja en varios cuadros a la vez?

–No, uno por uno.

–¿Realiza dibujos antes?

–A veces hago pasteles, pero la mayoría del tiempo pinto directo en el lienzo.

–¿El lienzo le dicta las formas o ya trae la idea en la cabeza?

–No traigo nada, es un vacío arriba.

La crítica de arte Lelia Driben hizo hincapié en la total originalidad de la obra de Laville, quien no es deudora de ningún otro pintor, salvo una leve, levísima influencia de quien en una época temprana fue su maestro en México: Roger von Gunten.

Pero, mientras este último superpone figuras, naturaleza y manchas y está muy cerca de la abstracción, Joy, por el contrario, demuestra conocer muy bien la abstracción, pero elige una figuración muy tenue, sobria, colmada de silencios.

Encargada del texto de presentación, para Driben al ver en conjunto la producción de Joy Laville nos damos cuenta de que es una obra atemporal inserta en la modernidad y, por tanto, sus temas también son atemporales y clásicos. Un jarrón con flores como único icono de la tela tiene la misma jerarquía que una figura o un grupo de figuras. Y la arena y el mar forjan espacios abiertos que parecen extenderse más allá del horizonte. Un horizonte en calma y lleno de preguntas sin respuesta más allá de lo que se ve, más allá de esos espacios que hablan de sí mismos, que entregan la voz al vacío, a una naturaleza serena, en calma.