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La vida precoz y breve de Sabina Rivas, mi película más difícil, afirma el realizador

Los mexicanos, verdaderos verdugos de los migrantes de AL: Mandoki

Es la historia de una mujer que lucha por un sueño y que está dispuesta a todo por lograrlo; nunca se rinde, a pesar de que se enfrenta a todos los obstáculos y a todos los infiernos, dice

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Luis Mandoki, primero de izquierda a derecha, durante el rodajeFoto Cortesía de Churchill y Toledo
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Abraham Zabludovsky y Rafael Ramírez HerediaFoto Cortesía de Churchill y Toledo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de octubre de 2012, p. 8

Como una historia insólita de amor, el director Luis Mandoki describió su cinta La vida precoz y breve de Sabina Rivas, en la que la odisea para alcanzar el sueño americano revela la realidad que viven miles de migrantes centroamericanos en la frontera de México con Guatemala.

Fue mi película más difícil, porque era muy ambiciosa, aceptó el cineasta en conversación con La Jornada.

Es una película épica: con trenes, ríos y masas. Cuenta con un presupuesto de 60 millones de pesos, muy alto para los parámetros del cine mexicano. Exigía engarzar de manera armónica todos los elementos dentro del tiempo y las finanzas del rodaje, al mismo tiempo que “mantener la esencia, la textura de la vida real con que la estás reproduciendo.

Es la historia de una mujer que lucha por un sueño y que está dispuesta a todo por lograrlo. Y de alguna manera es de una fuerza de vida impresionante, porque además no deja su dignidad tirada en el camino, nunca se rinde, a pesar de que se enfrenta a todos los obstáculos y a todos los infiernos, afirma el realizador.

La película, que se estrenará en salas nacionales el 9 de noviembre próximo, es una adaptación de la novela La mara, de Rafael Ramírez Heredia. El guión, de Diana Cardozo, se centra en el rencuentro de Sabina, quien sueña con ser una gran cantante, y de Jovany, un aspirante a pertenecer a La mara salvatrucha. La historia de amor ofrece un panorama en el que la vida se juega alrededor de la migra, la trata de blancas, los agentes gringos, el narcotráfico, las vejaciones, la brutalidad y el silbido del tren como la promesa de alcanzar una mejor vida.

El realizador mexicano, quien dirigió Voces inocentes (2004), consideró que se ha tratado mucho el tema de la frontera norte, donde los estadunidenses son los verdugos. “En esta historia se muestra cómo los verdugos somos los mexicanos frente a nuestros hermanos latinoamericanos. Y muestra todo el engranaje de la opresión y cerrazón frente a seres humanos que están buscando abrirse paso.

Es una película que puedes ver en diferentes capas: la historia de una niña y su viaje tratando de cruzar a Estados Unidos, su relación amorosa y lo que le ocurre en el camino. Por otra parte, aborda el tema de la migración, de lo que estos seres invisibles viven día tras día, ahorita, mientras hablamos. Y, también, permite ver cómo se conjugan las fuerzas, las autoridades que se supone están ahí para defender el orden y que en el fondo lo que defienden es la corrupción y la impunidad.

Mandoki afirma que lo asombró al verse rebasado por la realidad durante el rodaje de la película en Chiapas, Veracruz y el Distrito Federal. Comenta que hubo momentos en los que al leer el guión llegó a pensar: estamos exagerando. Con la cámara en acción, me sorprendió que la ficción se ve superada por la realidad.

Por ejemplo, cuenta, una escena en la que los agentes de migración detienen a La bestia, el conocido tren que cruza el país con indocumentados a cuestas. Los tienden sobre las vías, arrestan al 20 por ciento de ellos y al resto lo dejan ahí. Ese 80 por ciento, “te das cuenta, se lo están entregando a La mara. Eso me pareció horrorífico, pero exagerado. A las pocas semanas veo el reportaje sobre la misma situación, pero que sucede en Oaxaca, donde los agentes agarraron a 50 migrantes y se los entregaron a los maras. Y ahí surge la figura del padre Solalinde, quien sale en defensa de los migrantes.

Luego, en lugares como Tecún Umán, en Guatemala, “te encuentras con burdeles y prostíbulos de niñas. Está sucediendo la trata de blancas frente a tus narices. Aunque sabes que eso ocurre, verlo es desgarrador.

Ahí está la realidad, y las autoridades lo saben. Sin embargo, sigue sucediendo bajo la impunidad de las autoridades que no hacen nada, sino que participan en el negocio. Eso está en la película.

El realizador utiliza su experiencia en cine documental y de ficción, incluso de Hollywood (Cuando un hombre ama a una mujer, 1994), para hacer la historia de Sabina. Dice: “No es un documental porque estás recreando un universo, pero en locaciones reales. Estás armando todo un elenco, contando a través de un guión. Sin embargo, es una historia que está bien enraizada en la realidad. Tuvimos que buscar una estética que reflejara el contraste de los ambientes, entre la belleza de la vegetación tropical de Chiapas y el mundo opresivo en el que estos personajes se desarrollan.

Captar lo inesperado de forma instantánea es una experiencia que permite el documental, y por otro lado, con el largometraje se amalgama la construcción de escenas y personajes específicos, consideró Mandoki.

La película claramente está situada en espacio y tiempo, como al mostrar la foto del Presidente de la República en turno.

Preguntar sobre la censura es inevitable. Mandoki responde: Afortunadamente no la hubo. El trabajo más reciente de Luis Mandoki fue pensado para obtener la clasificación B-15. “Es una película muy fuerte, muy dura, pero sí, la filmé con los parámetros para lograr que fuera una película con esa clasificación, porque además no me interesaba regodearme en la sangre y la violencia gráfica. No era el estilo que buscábamos, tampoco las partes de sexualidad. Están ahí, pero no se ven.

“La filmé porque me pareció importante que el público de adolescentes y jóvenes tengan la posibilidad de ver esta temática, porque es la generación que está a punto de ser mayor de edad y la que puede participar en una transformación de México.

“Estamos en un momento en que la censura ya no es tan fácil. Hace seis años pudimos estrenar Fraude: México 2006, durante el gobierno de Calderón. Y ahora La vida precoz y breve de Sabina Rivas tiene clasificación B15, tiene la autorización y va para adelante.

Despertar la conciencia es lo que puede lograr, afirma el realizador, quien coincide con el productor de la película, Abraham Zabludovsky, al considerar que el largometraje no es un panfleto político. Es una historia que te muestra un aspecto duro de la realidad, que no aparece en los medios masivos de comunicación y ahora la gente tiene la posibilidad de verla y tomar una posición.

A punto de viajar a España para presentar la película en el Festival Internacional de Cine de Valladolid, expresa que siente curiosidad por conocer la respuesta de ese público, porque el fenómeno de la migración es una temática común en Europa y en específico en el país ibérico. Lo interesante es ver qué paralelismos se descubren, cómo golpea en sus propias circunstancias.

Mandoki considera que el fenómeno de la migración ilegal es un tema no resuelto, el regreso al Infierno, esa es una de las experiencias de la odisea de Sabina, quien mantiene la esperanza hasta el final.

La película tiene los elementos y la estructura de una historia clásica, dentro de un tema tremendamente contemporáneo y explosivo, opina Luis Mandoki.