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Mensaje a opositores: tienen cabida en el gobierno los que quieran una patria soberana

Neoliberalismo, nunca más en Venezuela, dice Chávez al recibir constancia de mayoría

Nicolás Maduro, nuevo vicepresidente; Elías Jaua buscará la gubernatura de Miranda

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Hugo Chávez recibió ayer en Caracas el acta que lo acredita como ganador de la elección presidencial del domingo pasadoFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Jueves 11 de octubre de 2012, p. 25

Caracas, 10 de octubre. Al recibir la credencial que lo acredita como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el periodo 2013-2019, Hugo Chávez Frías dice: “Venezuela no puede volver más nunca al neoliberalismo… Este rumbo que llevamos es la salvación de nuestro pueblo, la construcción del socialismo del siglo 21”.

Lo anima un proyecto histórico, de largo aliento, cuando aprovecha la tribuna del Consejo Nacional Electoral para matar varios pájaros de un tiro: repite que está dispuesto al diálogo (no a la imposición) con sus opositores, pero en el marco del proyecto socialista; da un espaldarazo a Elías Jaua, quien deja la vicepresidencia para ir a pelear una gubernatura y anuncia un nombramiento que se sabía que tenía que hacer aunque se desconocía el beneficiario: Quiero que le demos un aplauso al nuevo vicepresidente Nicolás Maduro (hasta hoy canciller).

Miren por donde va Nicolás, el autobusero. Nicolás era chofer del Metro, y cómo se han burlado de él, la burguesía, y ahora es vicepresidente (antes del chavismo, efectivamente, Maduro era dirigente del sindicato de trabajadores del Metro).

Chávez anuncia que será breve y habla poco más de una hora. Revela nuevos planes, vuelve a prometer un gobierno más eficiente y cita al Che Guevara, a Carlos Marx, al guerrillero venezolano Alfredo Maneiro, al apóstol San Pablo y, por supuesto, a Simón Bolívar.

En el capítulo de pasajes históricos que siempre rememora en sus discursos, habla del 4 de febrero de 1992, cuando encabezó un fallido golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez (algunos de quienes lo acompañaron en ese episodio están presentes y los nombra): “De allá venimos, camaradas de armas. Todos ellos eran mis muchachos del 4 de febrero, que Dios los bendiga y que Dios nos perdone, pero no había otra, las circunstancias nos obligaron a la rebelión, sobre todo después de la masacre del Caracazo”.

Vuelve Chávez también a uno de sus temas de estos días: el diálogo con sus opositores; “Todos los sectores de la vida nacional tienen espacio en el programa de gobierno… Tienen cabida los que quieran una patria soberana”.

Luego, enuncia algunos de sus planes sin dar detalles: convertir a Venezuela en una gran potencia, en el contexto del Mercado Común del Sur (Mercosur) y echar a andar las micromisiones, a partir de la aplicación al máximo de la ley de los consejos comunales, (porque) eso está en pañales apenas.

Chávez es proclamado presidente para el periodo 2013-2019 con los datos del último corte del CNE: 8 millones 136 mil 637 de votos (55.25 por ciento). Su adversario, Henrique Capriles, obtuvo 6 millones 498 mil 776 sufragios (44.14 por ciento),

Ya metido en una nueva campaña electoral –la lucha por las gubernaturas comienza oficialmente el sábado 20– Chávez recuerda que durante la reciente contienda la oposición la campaña adversaria, burguesa, utilizó mucho el recurso de sobre dimensionar las fallas e intentó manipular al pueblo con promesas de obras y servicios. ¡Pero más de ocho millones de conciencia dijeron, no, no te creo, yo creo en el socialismo!

El discurso de Chávez es varias veces interrumpido por funcionarios del gobierno, diputados e invitados especiales. Todos ellos y una pequeña multitud reunida en una plaza aledaña corean a cada rato la consigna del momento (que ya lleva buen rato en sus bocas): ¡Uh, ah, Chávez no se va!

Venezuela, dice la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, antes de proclamar relecto a Chávez, vive un momento brillante de su democracia que pretende empañar una minoría desfasada y violenta.

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Nicolás Maduro, en imagen de archivo, deja el ministerio venezolano del Exterior para ocupar la vicepresidenciaFoto Reuters

Y es que a los dirigentes de la oposición les está costando trabajo convencer a una porción de sus bases que acepten el resultado electoral. A toda hora, comparecen ante los medios, como lo hace hoy Leopoldo López, coordinador nacional del Comando Venezuela: “Hago un llamado al pueblo venezolano a no creer en rumores… Es importante que para la tranquilidad y la paz de nuestro pueblo entendamos que los resultados del domingo son los reales”.

Es una respuesta a miles de especulaciones que circulan en las redes sociales y que en las calles se han traducido en pequeñas protestas esporádicas.

En la labor de convencimiento participan la prensa, la radio y la televisión que divulgan entrevistas con sicólogos y terapeutas sobre el manejo del duelo.

Atemperar ánimos entre sus electores, algunos de los cuales los llaman cobardes en las redes sociales, es esencial para arrancar las nuevas campañas electorales.

Porque este mismo día Henrique Capriles, ex candidato presidencial, anuncia que buscará reelegirse como gobernador del estado Miranda, donde tendrá enfrente al hasta hoy vicepresidente Jaua.

A otra cosa mariposa, dice Capriles, pero el discurso no cala en todos sus votantes.

No entre quienes circulan mensajes como el siguiente a través de teléfonos celulares: Se acabaron los pendejos, de ahora en adelante no dar propinas ni a parqueros, ni a bomberos, ni a caleteros (cargadores), ni a los que lavan carros, ni a la señora que nos ayuda en la casa, ni a los chamos en supermercados, cero aguinaldos, no comprar a buhoneros (ambulantes), que se jodan, porque aunque siempre reciban ayuda directa de nosotros, siempre votan por Chávez. Que empiecen a sentir el impacto de sus acciones, porque todos ellos viven de nosotros y del rebusque. Se acabó la regaladera de propinas. Estamos en un país socialista y tendremos que vivir así. Pásalo.

Un tío sádico sube a YouTube un video donde le informa a su sobrino, un niño de no más de cuatro años, que ganó Chávez. El niño rompe a llorar mientras repite que ganó Capriles. Y el tío lo jode: No, ganó Chávez.

Abajo del video, naturalmente, se arma un debate salpicado de insultos. Unos defienden a Chávez y otros resumen el estado de ánimo de un sector de la oposición: Qué triste vivir en un país donde siempre sale ganando la gente más ignorante; Chavista tenías que ser y de paso marginal; Cómo no quieren que llore la pobre criatura si cada vez que prende el Wii se le va la luz.

El antichavismo, interpreta el sociólogo Reinaldo Iturriza, “se conforma con la imagen de pueblo chavista pasivo, obsecuente, inmaduro, manipulado, acrítico, ignorante, lo que le permite seguir viviendo en la burbuja de la ‘gente decente y pensante’, que asume cada derrota como el fracaso de la civilización, la razón y lo bello”.

Siguen los comentarios: El niño llora porque sabe que con este gobierno lo más posible es que nunca vaya a poder ir a Disney.

Los chavistas no se dan? cuenta que con toda la plata del petróleo podrían convertirse en un país desarrollado, pero a ellos le gusta recibir todo en bandeja de plata sin hacer ni ¡mierda!

Dan asco, vendieron el país por 500 bolívares, mantenidos miserables, mediocres, basura.

Iturriza pone el contraste: el sofocante silencio –la nota es enviada a interiores y no se menciona el dato relevante sino escondido por ahí– sobre el asesinato de siete personas a manos de un hombre que había apostado al triunfo de Capriles.