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Presentaron libro de Nora Muñoz Ledo, ilustrado por dos caricaturistas de La Jornada

Investigadora llama a expandir la tradición oral fantástica mexicana

El volumen Supernaturalia incluye historias sobre duendes, aluxes, chaneques y nahuales

Es una veta cultural que no se ve reflejada en la literatura o el cine, expresó José Hernández

Foto
Ilustración de Antonio Helguera incluida en el capítulo Chaneco y chaneques, del libro Supernaturalia: una aventura por la tradición oral de México, publicado por Altea
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de octubre de 2012, p. 7

El imaginario mexicano aún está poblado por una nutrida diversidad de seres y lugares mágicos, fantásticos o sobrenaturales que, pese a su importancia cultural, no habían sido investigados ni mucho menos llevados a su representación gráfica y recreación artística, como sí ha sucedido con otras tradiciones, por ejemplo, las europeas, quizá menos complejas.

Ahora esa carencia ha comenzado a subsanarse con el libro Supernaturalia: una aventura por la tradición oral de México (Altea), investigación documental y de campo de muchos años de la escritora Norma Muñoz Ledo, que cuenta con ilustraciones de los caricaturistas Antonio Helguera y José Hernández, caricaturistas de La Jornada, así como un prólogo del historiador Alfredo López Austin, especialista en la antigüedad mesoamericana.

Supernaturalia fue presentado en el auditorio del Centro Cultural Bella Época la noche del martes por Helguera, Hernández, el músico y escritor Armando Vega Gil y la autora, quien compartió su sorpresa de cuando entrevistó a científicos sociales que hablaban con toda seriedad de duendes, aluxes, chaneques, nahuales, tlahuelpuchis, uays, encueraditos, catrines, charros, enanos, gigantes, brujas y sirenas.

Unos son malignos, otros traviesos y unos más bondadosos, destacó la investigadora, quien también mencionó a La Llorona, leyenda que recorre todo el país y el único de los seres sobrenaturales que ha sido más explorado. Ella es un personaje dual: un fantasma humano y una diosa prehispánica, agregó.

Muchos de los archivos que contienen historias transcritas de la tradición oral están en muy mal estado, señaló Muñoz Ledo, y agregó que sin embargo encontró más de mil pepitas de oro.

También buscó a personas que habían tenido ese tipo de experiencias de manera directa. Experimentó el asombro constante y luego, a la hora de escribir, mantuvo una lucha para que predominara lo literario sobre lo esotérico.

Dijo que las zonas con mayor riqueza de historias son la costa del Golfo de México y el sureste. Los lugares mencionados en el libro son reales, comentó, y sólo fueron sustituidos los nombres de los informantes.

Reconoció que ya no dio tiempo de explorar a fondo el norte del país, que quedó como pendiente para un próximo libro, al igual que la figura del diablo, del que tiene mucha información.

¿Qué si todo eso es verdad?, le han preguntado desde jóvenes hasta científicos, y ella sólo responde que la fantasía requiere la negación de esta realidad. Ese mundo, abundó, te mete a otro sitio, a algo luminoso. Simplemente es otro conocimiento. Hace falta expandir esta tradición fantástica mexicana.

Contaminación hollywoodense

Tras expresar su temor de que dichas historias se pierdan con el tiempo, Helguera consideró que en muchas de ellas podría existir ya cierta contaminación hollywoodense, aunque precisó que todas son originales y se nota su carácter localista.

Helguera, como Hernández, comentó que a la hora de dibujar a estos seres consideró las características humanas y culturales de la región referida por cada historia, aunque uno de los retos fue la casi inexistente información escrita y visual.

Hernández dijo que Supernaturalia es un libro complejo que contiene muchos libros, y que es a la vez novela, texto epistolar, enciclopedia, volumen clasificatorio y hasta guía para mantenerse a salvo de los seres malignos. Es una casa con muchas puertas y ventanas de la que aprendí mucho.

Agregó que toda esta riqueza cultural no se ha reflejado, por ejemplo, en la literatura o el cine, y que debía haber más información accesible en enciclopedias.

Compartió que en un primer momento le vinieron a la mente imágenes del cine de Terry Gilliam, aunque luego las exorcizó. Es una gran veta que debe investigarse más y ser explorada desde el arte, dijo.

Vega Gil consideró que se trata de un libro bien armado y enganchador, además de creíble y verosímil. Es, agregó, inspirador, revelador e inquietante.

Dijo que en varios casos se trata de seres que intentan cuidar la naturaleza que se destruye en México y expresó su deseo de que ojalá paralizaran, por ejemplo, a las mineras canadienses que dañan Wirikuta.

Se preguntó sobre la existencia de mundos sutiles y dijo: La ciudad aniquila este universo mágico, aunque antes de venir acá escuché unos ruidos extraños en mi casa.