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La organización informa que hace un mes fue baleado un indígena base de apoyo zapatista

Denuncia Las Abejas la reactivación de grupos paramilitares en Chenalhó

Asegura que se reagruparon tras la excarcelación masiva de responsables de la matanza de Acteal

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 5 de octubre de 2012, p. 23

San Cristóbal de las Casas, Chis., 4 de octubre. La organización de la sociedad civil Las Abejas de Acteal denunció la reactivación de grupos paramilitares en el municipio de Chenalhó, del mismo modo que está ocurriendo en la zona norte del estado. La excarcelación masiva de paramilitares presos por la masacre de Acteal, que va del 12 de agosto de 2009 hasta la liberación de Manuel Sántiz Pérez el pasado 25 de septiembre, ha favorecido el reagrupamiento de éstos y ahora se han puesto de manifiesto en coordinación con los que no fueron juzgados, portando armas de fuego en las carreteras, los montes, el camino a milpas y cafetales.

En las comunidades de Chenalhó se ostentan armas de fuego donde sea, añaden los denunciantes y dan a conocer que hace un mes fue baleado un indígena base de apoyo zapatista: La tragedia reciente del pasado 5 de septiembre, cuando un priísta le disparó por la espalda a Manuel Ruiz Hernández, cerca de la plaza de Yabteclum, revela las acciones paramilitares y la presencia de dichos grupos armados.

La organización tzotzil, que mantiene su independencia con mucho esfuerzo desde hace más de una década, declaró: La transición gubernamental de Enrique Peña Nieto ha desatado hechos violentos que son una estrategia de amenaza para contrarrestar la protesta social, no sólo contra él, también va sobre organizaciones sociales que denuncian las injusticias y violaciones a los derechos humanos cometidos y gestionados por los gobiernos.

Estas acciones se implementan bajo la lógica de contrainsurgencia, con la finalidad de crear división y conflicto comunitario hasta causar desplazamiento forzado, para que el mismo gobierno lo administre, como ha estado haciendo el de Juan Sabines Guerrero contra las organizaciones de la zona norte (Tila, San Sebastián Bachajón) y otras regiones autónomas.

Esta actitud gubernamental, abunda Las Abejas, permitió la reactivación de los grupos paramilitares Paz y Justicia, en la zona norte, y Máscara roja, en Chenalhó.

La acción violenta del Estado no se limita a sembrar miedo: continúa la estrategia de desgaste integral con la cual ha hostigado a nuestra organización pacifista desde los tiempos de Pablo Salazar Mendiguchía. Al gobierno le da pena aceptar su derrota en 2008, cuando Felipe Calderón Hinojosa y Sabines Guerrero dividieron nuestra organización pensando que iban a desarticularnos, pero se equivocaron. Lo que hicieron nos fortaleció y definió como la organización que somos en la actualidad.

No obstante, los depredadores no dejan de hostigar. Como ya ocurrió en abril de 2010, han reactivado a sus delegados o mensajeros; ahora se disfrazan de sobrevivientes para engañar a la gente y llegan a casas de paramilitares, de priístas, de integrantes de la llamada Asociación Civil Las Abejas y de los nuestros. Invitan a formar un grupo de sobrevivientes para negociar una indemnización y solicitar programas asistenciales en nombre de los mártires.

La Organización Sociedad Civil Las Abejas y los sobrevivientes de la masacre denunciaron a personas que se dicen sobrevivientes, pero que no lo son: Juan Oyalté Paciencia, paramilitar de Tzajaluk’um; Vicente Oyalte Luna, priísta de la comunidad Acteal; Pedro Vásquez Ruíz y Juan Pérez Pérez, integrantes de la Asociación Civil Las Abejas”.

Al gobierno no le bastó con matarnos, ahora trata de comprar nuestra consciencia, concluyó este miércoles Las Abejas, quienes posteriormente emitieron un comunicado desde Acteal: “Que sepa el gobierno asesino de nonatos, de niños y niñas, mujeres, ancianos y hombres, que la sangre de nuestros mártires nunca la vamos a intercambiar por dinero ni programas asistencialistas. No permitiremos que se venda la dignidad de nuestros hermanos masacrados, y no cesaremos de señalar ni gritar ‘justicia’ contra los autores materiales e intelectuales de la masacre de Acteal”.