Opinión
Ver día anteriorJueves 27 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Equivocación en PGR

Ciudadano afectado

No más cortinas de humo

T

remendo lío se inició ayer en la Procuraduría General de la República. Resulta que el dato que se dio a conocer, respecto del nombre de una de las personas que viajaban en las camionetas rotuladas con el nombre de Televisa, no parece ser real.

Según se nos ha dicho, el joven Juan Luis Torres Torres, quien vivía en la colonia Campestre Aragón, en Gustavo A, Madero, y se le vinculó con la detención de nueve mexicanos que transportaban a bordo de las camionetas más de 9 millones de dólares, y que ha sufrido, desde que se dio a conocer su nombre y hasta su fotografía, una serie de problemas que lo llevaron a perder incluso el departamento que rentaba con su familia, no es el mismo que se halla en Nicaragua.

La confusión, que no podría estar exenta de dolo, parte de una homonimia, de la que, al parecer, no se había dado cuenta la gente de la PGR o no quiso darse cuenta porque, según se dice en la dependencia, en las investigaciones que se hicieron sí hay constancia de que existía una persona que tiene el mismo nombre del sujeto que está detenido en el país centroamericano.

Según se ha dado a conocer, Juan Luis Torres Torres, de 22 años de edad, no ha salido nunca del país y nada tiene que ver con la televisora ni con los inculpados; es más, hasta donde se dice, labora de franelero en una calle de la ciudad, lo cual lo deja fuera de cualquier posible implicación en el asunto que se investiga.

Lo que sucedió es que existe otro Juan Luis Torres Torres, que al parecer sí viajaba en la caravana detenida en Nicaragua. La diferencia entre los dos está en el registro federal de contribuyentes. Mientras el joven de 22 años tiene el registro TOTJ900523, el que está acusado en aquel país cuenta con el RFC TOTJ760307. Si los primeros dígitos del registro corresponden al año de nacimiento de cada uno de los sujetos, se podrá observar que existe entre los dos una diferencia de 14 años. El día y el mes de nacimiento tampoco se corresponden, por lo que no se trata de la misma persona.

Si, como se dice, en la PGR se tenían los datos de las personas, la pregunta es: ¿por qué se dieron a conocer solamente el de uno, y no el de los dos, haciendo la aclaración pertinente? Esa situación ya es del conocimiento de las más altas autoridades de la dependencia, y supuestamente ya se investiga por qué no se dio con toda precisión la información que se tenía.

Por lo pronto, el joven de 22 años, que enfrenta problemas de toda índole debido a la confusión, busca por todas las vías que se repare el daño que se le ha causado, porque ya no le permiten trabajar y tiene que vivir con un pariente, después de que el departamento que habitaba le fue requerido por el casero.

De cualquier forma, ya sería hora de que la PGR diera cuenta de ese error, para evitar que el joven Juan Luis siga padeciendo por un problema en el que nunca estuvo involucrado, y sobre todo para que no se sigan poniendo cortinas de humo al asunto que, en el fondo, se trata de un posible acto del crimen organizado, que no debería quedar sólo en lavado de dinero, que es el supuesto hasta ahora.

De pasadita

Nos dicen algunos líderes de sindicatos independientes y algunos diputados de la izquierda que no transa, perdón, que no acuerda, que está en manos de la sociedad en su conjunto manifestarse en contra de la ley que un día les perjudicará. Y es que, por lo que se puede ver hasta ahora, ninguna discusión, ningún argumento podría ser mayor que el compromiso de las autoridades y de los legisladores con los señores del dinero para ir adelante con esa ley que muy pronto, de ser aprobada, como todo hace suponer, será cacareada por las voces del sistema que dirán que ya hay menos desempleo en el país, aunque nunca digan que la población cada día estará más empobrecida. ¡Qué futuro!