Mundo
Ver día anteriorJueves 27 de septiembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Dos de siete encuestas apuntan a una victoria contundente del presidente

Sondeos nutren confianza triunfalista en Chávez y optimismo de la oposición
Foto
El candidato único de la oposición (centro) participa en un mitin de campaña en el estado de YaracuyFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de septiembre de 2012, p. 28

Caracas, 26 de septiembre. Por primera vez en 14 años los sondeos están alimentando una confianza triunfal en el presidente Hugo Chávez y un optimismo desbordado en la oposición política, pero una lectura minuciosa de los datos advierte que los comicios presidenciales en Venezuela serán más peleados de lo que presumen ambos candidatos.

De siete estudios de referencia seguidos por Reuters, dos apuntan a una victoria contundente de Chávez, otros dos muestran un empate técnico con el aspirante opositor Henrique Capriles y los tres restantes dan ventaja al mandatario, pero con la posibilidad de un final ajustado. Un sondeo de Consultores 21 divulgado hoy le otorga al opositor una ventaja de 46.5 por ciento contra 45.7 por ciento de Chávez.

Ante las acusaciones de parcialidad en las encuestas, los expertos responden que son detalles técnicos como el diseño de las muestras, la estratificación, el tipo de entrevista e incluso la redacción y el orden de las preguntas lo que podrían influir en la dispersión de los resultados.

Las encuestas de confianza de Chávez, Gis XXI y Consultores 30.11, le otorgan una intención de voto de 56 por ciento, ventaja irreversible hacia un tercer mandato de seis años y llevar su revolución socialista a un punto de no retorno.

Ya todo mundo sabe lo que va a ocurrir, clamó confiado el militar retirado, quien al arrancar la campaña se declaró curado del cáncer que le diagnosticaron hace un año. Está escrito, hasta las piedras gritan: ¡gana Chávez el 7 de octubre!, insistió, pidiendo a sus seguidores alcanzar la cota histórica de 10 millones de votos, o 70 por ciento.

Capriles también está leyendo sus sondeos y apuesta a las firmas Consultores 21 y Varianzas, donde su candidatura ha ido remontando para llegar a la última milla de la elección con opciones de triunfo si se mantiene la tendencia.

Yo le creo al que nunca se ha equivocado en un resultado electoral y esa proyección va hacia un triunfo que no va a ser por un pequeño margen. Podemos ganar con más de un millón de votos de diferencia, dijo el gobernador del estratégico estado Miranda en una reciente entrevista con CNN.

Pero, con un padrón de 19 millones de votantes y una posible abstención en torno a 25 por ciento, apenas 700 mil sufragios podrían mover 10 puntos el resultado.

Para el chavismo, los estudios de Datanálisis, Hinterlaces e IVAD –que dan al presidente una consistente ventaja de dos dígitos junto con buena evaluación en variables de control como aprobación, situación del país o apoyo a sus planes sociales– confirman el escenario de un resonante triunfo.

Al día de hoy, la primera opción la tiene el presidente Chávez. Ese es nuestro escenario más probable. El escenario menos probable es el triunfo de Capriles y por brecha mínima, dijo Óscar Schémel, director de la firma Hinterlaces.

Esas mismas encuestas, miradas con los ojos de la oposición política muestran un panorama completamente distinto que les promete un final de fotografía. Su primera observación es que la intención de voto por Chávez se mantiene plana en todos los sondeos, mientras la del flaco avanza, en mayor o menor medida, en casi todas las mediciones desde que fue elegido candidato único en febrero.

Esto les sugiere que el mandatario podría haber alcanzado su techo electoral meses, antes incluso de arrancar la campaña, y que la mayoría de los indecisos se estaría decantando paulatinamente por el político de 40 años. Señalan que si bien la brecha entre ambos es considerable no supera al porcentaje de indecisos/no sabe/no contesta, dejando matemáticamente abierta la posibilidad de una carrera cabeza a cabeza el día de la elección.

Y yo sigo poniendo de primero el escenario donde Henrique Capriles gana. En ese sentido, estamos yendo contra la corriente. Pero las cifras que estoy viendo de otras empresas distintas también me están sugiriendo que Capriles puede ganar, dijo Luis Christiansen, director de Consultores 21.

En las elecciones legislativas de 2010 Chávez no logró obtener la mitad más uno de los votos, aunque el 48.12 por ciento le alcanzó para asegurarse la mayoría de los escaños. Este resultado está detrás de la distorsión en las expectativas para los cruciales comicios de este año.

La oposición cree que esos comicios fueron la expresión de un deseo de cambio ante lo que consideran la ineficiencia y corrupción de un gobierno que, tras 14 años en el poder, no da respuestas a los problemas del día a día, como la alarmante criminalidad, el empleo informal y el alto costo de la vida.

Chávez lo asumió como voto castigo con red, ya que su liderazgo no estaba en juego. Desde entonces, la economía ha ganado vuelo, el gasto público se expande y su popularidad se reforzó con las nuevas misiones sociales que prometen viviendas dignas y trabajo de calidad a los más humildes.

Ambos bandos saben que las encuestas no van a garantizarles la victoria en la mayor contienda electoral de los últimos tiempos, por lo que están volcados en motivar y movilizar a sus electores para el 7 de octubre con estrategias cuya efectividad e impacto es difícilmente mensurable en los sondeos.

Para el chavismo, la visible recuperación de su líder ha sido el mejor revulsivo. Durante sus actos, más breves y espaciados que en otras oportunidades, Chávez canta, toca la guitarra y baila por su relección, mientras a fin de mantener el ritmo se presenta en frecuentes apariciones televisivas para entregar casas e inaugurar obras de gobierno en su papel de jefe de Estado.

Puede que el huracán bolivariano esté lejos de su habitual modo de campaña, cuando aparecía hasta en cinco actos diferentes el mismo día, pero luce mejor de los que muchos esperaban tras someterse en menos de un año a tres cirugías y tratamientos de quimio y radio contra la enfermedad.