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Ante la Asamblea General de la ONU llama a condenar la violencia y el extremismo

EU hará lo necesario para evitar que Irán tenga un arma nuclear: Obama

Aún hay tiempo para una salida diplomática con Teherán, pero es limitado, advierte el presidente

No hay video que justifique atacar una embajada ni palabras que excusen matar a inocentes, dice

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El presidente Barack Obama ayer en el 67 periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas que se desarrolla en la sede del organismo en Nueva YorkFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de septiembre de 2012, p. 31

Nueva York, 25 de septiembre. El presidente Barack Obama se presentó ante los representantes de los gobiernos del mundo en una gran sala dedicada a fomentar la cooperación y evitar conflictos bélicos, no tan lejos del mural Guernica y los símbolos pacíficos de palomas, donde en nombre de la paz, amenazó con guerra.

Ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Obama afirmó que Estados Unidos hará lo que tiene que hacer para evitar que Irán obtenga un arma nuclear, y reiteró que su país desea resolver esto a través de la diplomacia. Creemos que aún hay tiempo y espacio para hacerlo. Pero subrayó que ese tiempo no es ilimitado.

Gran parte de su discurso de 30 minutos ante este desfile anual de mandatarios mundiales lo dedicó a las tensiones dentro el mundo árabe y la respuesta estadunidense. De hecho, inició y concluyó su discurso con referencias al embajador estadunidense en Libia, Christopher Stevens, muerto hace dos semanas, junto con tres otros estadunidenses, en el ataque contra el consulado estadunidense en Bengasi. Elogió la labor de su embajador, su amor y respeto para los pueblos de la región árabe, y su dedicación a la democratización de esos países.

Indicó que Stevens estaba en Bengasi ese día para revisar la creación de un centro cultural y modernizar un hospital, y fue entonces cuando fue víctima de un atentado y abatido en una ciudad que él ayudó a salvar.

Lo que no mencionó es lo que reveló el New York Times hace un par de días, de que las instalaciones diplomáticas estadunidenses en Bengasi eran sede de una creciente y clave misión de la CIA (casi la mitad de un par de docenas de estadunidenses desalojados eran integrantes de esa misión), algo que no fue completamente revelado ni a sus contrapartes en el gobierno de Libia.

Abordando la ola de violentas protestas antiestadunidenses desatadas por la difusión de un video antimusulmán en las redes sociales, criticó el video como algo repugnante, pero ofreció una amplia defensa de la libertad de expresión y la tolerancia religiosa que, dijo, promueve Estados Unidos tanto dentro y fuera del país e invitó al mundo árabe a sumarse a este compromiso con la libertad.

Agregó que los estadunidenses han luchado y sacrificado sus vidas alrededor del mundo para proteger el derecho de todos los pueblos a expresar sus opiniones, incluso hasta con las que estamos en profundo desacuerdo. Continuó: “lo hacemos porque en una sociedad diversa, esfuerzos para limitar la expresión pueden volverse instrumento para silenciar a críticos u oprimir a minorías. Lo hacemos porque dado el poder de la fe en nuestras vidas, y la pasión que las diferencias religiosas pueden inflamar, el arma más poderosa contra la expresión de odio no es represión, es más expresión…”

Subrayó: no hay palabras que excusen la matanza de inocentes. No hay un video que justifique un ataque contra una embajada. Indicó: creo que es la obligación de todos los líderes de todos los países de expresarse firmemente contra la violencia y el extremismo. Llamó a proceder hacia la búsqueda de la cooperación y el respeto mutuo, y no caer en la división entre regiones o cultos. Afirmó que los actos violentos de las últimas dos semanas “no son sólo un asalto contra Estados Unidos, sino también contra los mismos ideales sobre los cuales se fundó la Organización de Naciones Unidas; la noción de que la gente puede resolver sus diferencias pacíficamente, de que la diplomacia puede tomar el lugar de la guerra…”

Sin embargo, el presidente no mencionó las muertes de civiles, incluidos niños, en las acciones bélicas estadunidenses por toda esa parte del mundo, particularmente las realizadas por drones (aeronaves no tripuladas a control remoto) que han operado de manera constante en Pakistán y algunos países del norte de África. También omitió mencionar un nuevo informe de investigadores de la Universidad de Nueva York y de Stanford que concluyeron que los ataques de drones aterrorizan a hombres, mujeres y niños, generan ansiedad y trauma sicológico en las comunidades civiles de Pakistán.

El presidente, empleando su gran talento retórico, también ofreció este discurso para fines políticos domésticos en esta recta final en la pugna electoral nacional. Concluyó con una reiteración de los valores estadunidenses que, como es usual, se definen como universales. “Tanta atención en nuestro mundo se enfoca sobre lo que nos divide… La gente en todas partes añora la libertad para determinar su propio destino, la dignidad que viene con el trabajo, el confort que viene con la fe, y la justicia que existe cuando los gobiernos sirven a sus pueblos, y no al revés”. Agregó que Estados Unidos siempre se pondrá a favor de estas aspiraciones, para nuestro propio pueblo y por los del mundo. Eso fue nuestro principio fundacional. Eso es lo que demuestra nuestra historia.

Sin embargo, Obama estaba ante un público que también sabe –mucho está documentado por la ONU– que Estados Unidos mantiene un campo de concentración que algunos expertos consideran ilegal en Guantánamo, que tiene la tasa de población encarcelada más alta del mundo, que el enviado especial sobre tortura de la ONU, Juan Méndez, ha reportado que el trato al soldado Bradley Manning tenía indicios de tortura y que tanto él, como Wikileaks, han sido condenados por el gobierno de Obama por difundir información oficial, que varios periodistas más han sido fiscalizados por el gobierno por atreverse a difundir información oficial filtrada, que defensores de derechos civiles aquí han denunciado la cada vez más amplia vigilancia y espionaje de ciudadanos por las autoridades y la expansión de actividades secretas del gobierno, y donde en múltiples ciudades, incluida ésta, se ha visto la intimidación, los arrestos masivos y los casos de fuerza excesiva contra manifestantes no violentos en las calles.

Como presidente de nuestro país y como comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas, yo acepto que la gente me va a decir cosas horribles cada día. Y siempre defenderé su derecho a hacerlo, afirmó Obama ante la Asamblea General.