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Imponen el nombre del científico al auditorio del Instituto de Biotecnología de la UNAM

Francisco Bolívar Zapata, ejemplo de congruencia, afirma José Narro

Siempre lo han distinguido una excepcional intuición de lo que es verdaderamente importante y una perseverancia para contribuir en los temas que identificó relevantes: Xavier Soberón Mainero

 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de septiembre de 2012, p. 2

Desde ayer el Auditorio del Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llevará oficialmente el nombre Dr. Francisco G. Bolívar Zapata, en reconocimiento a los 40 años de trayectoria académica del destacado científico mexicano.

La ceremonia que sirvió de preámbulo para la develación de la placa con la que se honra al investigador fue presidida por los rectores José Narro Robles, de la UNAM, y Jesús Vera Jiménez, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, así como por Eduardo Bárzana García, secretario general de la máxima casa de estudios; Carlos Arias Ortiz, director del IBT, y Xavier Soberón Mainero, director del Instituto Nacional de Medicina Genómica.

El homenaje a Francisco G. Bolívar Zapata, investigador emérito, director fundador del IBT y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias en el periodo 1998-1999, emocionó al biotecnólogo, quien agradeció la presencia de amigos, colegas y estudiantes que llenaron el pequeño auditorio del instituto. Arropado en un ambiente cálido, el investigador dijo sentirse abrumado por el reconocimiento.

Profundo compromiso

“Lo digo con sinceridad. Es un peso bastante difícil de manejar, que produce muchos sentimientos. Por un lado, profunda alegría, ya que es el reconocimiento al trabajo conjunto realizado por esta comunidad universitaria para consolidar al Instituto de Biotecnología. También genera un profundo compromiso, por la responsabilidad que representa.

Estamos aquí festejando el aniversario del Instituto de Biotecnología de la UNAM, comunidad pujante que trabaja por la ciencia y la educación, que hace aportaciones en busca de contribuir a la mitigación de los importantes problemas que enfrenta el país, expresó el científico.

José Narro resaltó la fidelidad de Bolívar Zapata a valores y principios, como la honestidad, el trabajo, la amistad y la solidaridad. Se puede ser fiel a la ruta de la vida, a la de la profesión. Paco es un ejemplo de fidelidad a las instituciones, a la UNAM y a todos los organismos en los que participa.

Añadió que es un hombre que da ejemplo de cómo se puede tener desarrollo con consistencia y congruencia.

Narro aprovechó la ocasión para reiterar que la grandeza de una institución se construye con los aportes de sus integrantes. La UNAM tiene que ver con la aportación de muchos generadores de conocimientos y Francisco Bolívar Zapata está dejando huella. No hay duda de que este homenaje es más que merecido.

El acto en el que se reconoció la trayectoria de uno de los científicos mexicanos más prestigiosos a escala nacional e internacional forma parte de los actos conmemorativos por el 30 aniversario del IBT, que comenzó labores en 1982 bajo el nombre de Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología en la ciudad de México, y después de tres años se mudó a Cuernavaca, Morelos, donde se transformó en el Instituto de Biotecnología.

Carlos Arias Ortiz, director del IBT, hizo un recuento de la trayectoria personal y académica de Bolívar Zapata. Dijo que a lo largo de cuatro décadas el científico ha participado en numerosos órganos colegiados, como estudiante, profesor, investigador y autoridad universitaria, incluyendo la Junta de Gobierno de la UNAM.

Destacó la actuación de Bolívar Zapata en las tareas de descentralización y consolidación de la educación superior y de investigación en Morelos, así como los numerosos reconocimientos y premios que ha recibido por sus contribuciones, como los premios Universidad Nacional, Príncipe de Asturias y Nacional de Ciencias y Artes, y sus nombramientos como miembro de El Colegio Nacional y de investigador emérito.

Xavier Soberón Mainero habló de las contribuciones Bolívar Zapata y de su papel como líder en el quehacer científico e institucional.

Soy, con gran orgullo, su discípulo; lo he sido por mucho tiempo y aprendo de él hasta la fecha. En la Facultad de Química de la UNAM combinó su formación, ya orientada a la bioquímica, con sus primeras actividades de participación institucional. Desde entonces Bolívar Zapata mostró lo que siempre lo ha distinguido: una excepcional intuición de lo que es verdaderamente importante y una enorme perseverancia para contribuir en los temas que identificó relevantes.

Sostuvo que en apenas dos años de trabajo en la Universidad de California, hizo aportaciones de gran trascendencia, tanto para el desarrollo de las herramientas moleculares como para su aplicación. Entonces su nombre quedó asociado a la creación del vehículo de clonación más importante de la historia: el plásmido PBR322, y también el primer producto útil del ARN recombinante: la insulina humana.

Soberón Mainero recordó que debido a los trabajos que realizó Bolívar Zapata en su laboratorio, tras regresar de Estados Unidos, se hizo realidad el uso de la ingeniería genética en México, y con sus actuales líneas de investigación está incursionando en la biología sintética, lo más reciente y nuevo de la biología experimental.

“Quiero mencionar –añadió Soberón– una labor que constituye una aportación sustantiva de Bolívar Zapata a la sociedad mexicana: su trabajo de difusión para la comprensión social de la ingeniería genética”. Esa actividad la realiza por medio del Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias, El Colegio Nacional y su relación con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que analizan los temas de su especialidad en los ámbitos más trascendentes y de mayor impacto entre los encargados de tomar decisiones.