Opinión
Ver día anteriorViernes 31 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tenextitla

E

n México, la cal ha tenido varios usos desde la antigüedad, por ejemplo, para preparar morteros y mezclas en la construcción, así como para pintar los edificios que luego se decorarían con diferentes motivos y colores; otro uso bien conocido, es su función en la elaboración del nixtamal.

Por esa razón las minas de piedra caliza fueron importantes para las culturas originarias. En la región de Tepoztlán, Morelos, también era básico contar con una fuente de abastecimiento de cal. Como sabemos hay una diferencia entre la piedra caliza y la cal.

San Andrés Tenextitla es una población en la que desde la época de las grandes culturas mesoamericanas se ha producido cal. Existen antiguos vestigios ahí, de cuando menos nueve hornos para transformar la piedra caliza en cal; al proceso se le conoce como calcinación. El nombre mismo de la población lo testifica, pues Tenextitla por sus raíces en náhuatl significa lugar de la cal (te=piedra, nextli=ceniza o calcinada y el locativo tlan o lugar de, o donde).

Marcela Tostado, directora del Ex Convento de Tepoztlán, INAH, organizó en días pasados la presentación del libro Relatos, conocimientos y aprendizaje en torno al cultivo del maíz, en Tepoztlán, Morelos.

El libro, cuya coordinadora fue Norma Georgina Gutiérrez Serrano, es el resultado escrito de cuatro años de trabajo en San Andrés de la Cal o Tenextitla, por su nombre original. Editan el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Juan Pablos Editor.

El grupo interdisciplinario fue amplio; hay aportes de pedagogos, sicólogos, antropólogos, ingenieros agrícolas y sociólogos. Se hicieron entrevistas a integrantes de la comunidad, pero los alumnos y docentes de la escuela primaria fueron los principales actores en este trabajo.

Uno de los propósitos del estudio era caracterizar a las poblaciones agrícolas como comunidades de conocimiento y valorar los saberes para la producción y tradición que detentan y generan los integrantes de la comunidad.

Esta experiencia ha tenido múltiples resultados, entre otros, evidenciar la distancia que hay entre lo que se enseña en la escuela y lo que se aprende en la comunidad día con día. Al hacer conciencia de esto, pueden sumarse ambos conocimientos, así la vida escolar se enriquece y cobra mayor sentido.

Esto se hace patente en el libro editado en paralelo, con dibujos y textos de los niños y niñas de San Andrés Tenextitla.