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Ayer se inauguró el Pabellón Mexicano, cuya sede permanente es el antiguo inmueble

La iglesia de San Lorenzo, gran protagonista de la Bienal de Venecia

Es de las más representativas de la ciudad por su historia: ahí se hallaron vestigios de los siglos III y IV, y se ha abierto pocas veces, explicó Gastón Ramírez, comisionado del INBA

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Pese a que aún no se puede ingresar al inmueble, recibe a los visitantes una gran lona multicolor, detrás de la cual se expone Cultura en construcciónFoto Ericka Montaño Garfias
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El Pabellón Mexicano ha causado gran expectación entre los vecinos de la zona
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 28 de agosto de 2012, p. 4

Venecia, 27 de agosto. La expectativa que ha causado la apertura del Pabellón de México en la 13 Bienal de Venecia no ha sido sólo entre los especialistas y turistas. Los vecinos de la zona se acercan a la antigua iglesia de San Lorenzo para ver el recinto abierto por primera vez en décadas.

La iglesia se encuentra fuera de la zona turística, a unos 15 o 20 minutos a pie de la Plaza de San Marcos, y el acceso puede ser por una calle lateral, o bien atravesando un puente. Nada más llegar al campo de San Lorenzo salta una explosión de colores: la lona de 18 metros de largo por seis de altura que anuncia al Pabellón de México, que desde ahora y en los próximos nueve años, prorrogables, será la sede permanente de la participación mexicana en las bienales que se realizan en esta ciudad. En los tres meses de esta bienal, la muestra Cultura en construcción podría recibir unos 20 mil visitantes, de acuerdo con las primeras estimaciones de Gastón Ramírez, comisionado del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para la realización del pabellón.

El campo de San Lorenzo es un amplio espacio cuadrado con edificios en tres de sus lados; la iglesia se encuentra justo al fondo. Ahí, en el campo habita además una colonia de gatos cuidados por los vecinos. El cuarto lado, con la iglesia a la espalda, es uno de los canales venecianos.

El recinto podría estar abierto ya en año y medio, previo un intenso trabajo de restauración y adecuación, para garantizar la seguridad de los visitantes, de acuerdo con Dino Verlato, responsable del proyecto arquitectónico.

La ceremonia oficial de inauguración se realizó este lunes por la tarde (hora local) con la presencia de Teresa Vicencio, titular del INBA; el curador Miquel Adriá; Dino Verlato, además de autoridades del gobierno de Venecia, de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México y algunos de los arquitectos responsables de los 13 proyectos que conforman la muestra del Pabellón Mexicano, entre ellos Fernanda Canales, José Castillo Olea, Alejandro Sánchez García, Gerardo Salinas y Felipe Leal.

Gastón Ramírez, en entrevista previa con La Jornada, destacó: El gran protagonista de esta bienal, más allá de la idea curatorial de presentar proyectos que eran muy coherentes con toda la operación que realizó el INBA y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con la SRE para obtener el comodato de uso de la iglesia de San Lorenzo, es precisamente la iglesia, porque es un lugar emblemático, muy importante.

El inmueble es de las iglesias más representativas de Venecia, no sólo por su morfología y distribución de espacios, sino por su historia; es un edificio donde se encontraron vestigios de los siglos III y IV, entonces tiene más de mil años de historia y se ha abierto pocas veces. Creo que se utilizó unos años, a principios del XX, se cerró, y se abrió; después no sabían qué hacer: la querían demoler, no pudieron; la quisieron transformar en gimnasio; querían desmontar los altares, de hecho dos se desmontaron, y ahora están en el Museo Correr. Quisieron desmontar el altar central, pero no tuvieron los recursos para hacerlo.

En los años 80 se estrenó la obra Prometeo, de Luigi Nono, y escenario de Renzo Piano, con lo cual el edificio ganó nuevamente visibilidad e incluso se realizó un plan de restauración, comenzando por querer saber qué había dentro. Esto implicó toda una serie de excavaciones arqueológicas, para poder reconstruir el proceso arquitectónico del edificio a lo largo de los siglos; desgraciadamente, en algún momento se terminaron los fondos, no había más dinero, las excavaciones se quedaron abiertas, cerraron las puertas y así lo encontramos.

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Vista interior de la iglesia de San Lorenzo

La idea de convertir a la iglesia de San Lorenzo en sede del Pabellón Mexicano surgió en 2008. Esto hay que destacarlo: desde que México participa con un pabellón nacional, en 2007, la tarea fue abrir espacios abandonados o cerrados al público. Esto ocurrió, por ejemplo, en 2009, cuando el pabellón tuvo como sede el palazzo Rota Ivancich, o el Van Axel, en 2007, y se ha dado este tipo de expectativa por parte de los vecinos, a quienes asombra no sólo la participación mexicana, sino también poder entrar a estos inmuebles.

Ahora, después de cuatro años de negociaciones, que culminaron hace casi dos meses, México abre este espacio al público, que sólo podrá dar unos cuantos pasos dentro de la iglesia, debido a que no cuenta con las condiciones de seguridad necesarias para que el público ingrese.

Lo que vemos en el Pabellón Mexicano, añade Ramírez, “es que el curador de alguna manera ‘pintó’ el campo de San Lorenzo con este banner de 18 metros de largo por seis de alto, con los colores representativos mexicanos. Es una explosión de color que nunca se había visto en esta escala en Venecia.

Justo atrás de esa lona se encuentran las 13 obras elegidas por Miquel Adriá para representar la arquitectura mexicana. Un espacio de 60 metros cuadrados donse se colocaron monitores para ver las obras, y la explicación de cada una, algunas en proceso.

La estructura es la de un andamio, láminas, todo como si fuera una obra negra para representar la misma operación que México quiere hacer con San Lorenzo: recuperar la iglesia, como lo ha hecho con proyectos arquitectónicos como La Tallera, la Cineteca Nacional o la Ciudad de los Libros.

México en San Lorenzo no es un proyecto vinculado únicamente a las bienales, subraya el comisionado, sino que abre la posibilidad de traer a Venecia otras actividades culturales, como teatro o música.

El arquitecto Verlato, a su vez, precisó que ahora se iniciará el trabajo de restauración de la iglesia, además de realizar un estudio profundo de la historia del lugar, porque necesitamos recuperar todas las referencias del pasado. Después continuaremos con el proyecto real, que es básicamente el desarrollo de un centro cultural que respete el espacio.

En lo social, destacó, “se trata de cambiar la cara de esta zona de Venecia y hacerla cultural. El trabajo esencial de los arquitectos es elaborar un proyecto para la sociedad.

El programa tiene previsto un año o año y medio de trabajo muy intenso para que esté disponible lo más pronto posible, al mismo tiempo podría abrirse parcialmente como hoy, para otros actos.