Morelia, Mich., 24 de agosto. Los padres de familia laicos de Nueva Jerusalén, municipio de Turicato, propusieron al gobierno del estado instalar aulas provisionales y poste- riormente construir el centro que albergue las escuelas de prescolar, primaria y telesecundaria, a unos 500 metros de la comunidad.

También demandan la presencia permanente de autoridades civiles que garanticen la no agresión de los fanáticos religiosos. Por ahora sólo hay un convenio verbal de no hacer uso de la violencia, lo que no significa gran cosa, señaló Emiliano Juárez Damián, dirigente del grupo laico.

No se ha firmado pacto alguno entre los dos grupos, sólo es un compromiso de palabra, dijo el representante de los padres de familia, quien comentó que hace semanas dijeron al subsecretario de Gobernación del estado, Fernando Cano, que un vecino de Puruarán vendía un predio cercano a Nueva Jerusalén donde se podrían construir las escuelas, pero no hubo respuesta.

El pasado 6 de julio, el grupo religioso que encabeza el sacerdote Martín de Tour destruyó la escuela primaria Vicente Guerrero –que albergaba los tres niveles educativos–, asegurando que era por mandato de la virgen del Rosario. Lo que pasa es que no quiere que la gente que controla abra los ojos, comentó Juárez Damián.

Durante casi todo el ciclo escolar anterior, los niños Nueva Jerusalén no tuvieron clases en la escuela oficial porque las instala- ciones estuvieron tomadas por el grupo que controla 75 por ciento de los 3 mil 200 habitantes, por lo que las clases se impartieron en domicilios particulares.

En abril pasado, el grupo laico llevó a cabo movilizaciones en Morelia para pedir la intervención del gobierno estatal en el conflicto. Fue así como recuperaron la escuela durante casi dos meses. Se espera que este mismo fin de semana se reúnan los representantes de los padres de familia con el secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, para llegar a un acuerdo que permita solucionar el conflicto.

En tanto, el dirigente estatal de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Jorge Cázares, consideró un error que el grupo disidente finalmente aceptara que los niños reciban clases afuera de Nueva Jerusalén, porque junto con el gobierno del estado están cediendo a las pretensiones del grupo fanático religioso.

El gobierno estatal –advirtió– debe propiciar la solución del conflicto y no dar alternativas que favorezcan al grupo religioso para que siga haciendo lo que quiere en la comunidad; recordó que no ha habido castigo por la destrucción de la escuela.