Capital
Ver día anteriorDomingo 19 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Entorno convierte a la Central de Abasto en bomba de tiempo

Obsoleto cableado eléctrico, inundaciones y comercio ambulante, entre los riesgos

Reducción en el número de policías que la vigilan causa crecimiento de asaltos

Foto
Toneladas de basura se acumulan en las naves de la Central de Abasto en un día normal de actividadesFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de agosto de 2012, p. 31

La Central de Abasto (Ceda) es una bomba de tiempo. La construcción de gasolineras en áreas verdes, por donde cruzan ductos de Pemex, el obsoleto cableado eléctrico, las constantes inundaciones y la falta de mantenimiento son problemas que enfrentan todos los días locatarios y bodegueros.

A ello se suma el incremento exponencial de ambulantes, del peaje en 66 por ciento, a 5 pesos, y del estacionamiento, en 40 por ciento, a 7 pesos la hora; la gran cantidad de basura; y el arrastre de vehículos por grúas de la central a un corralón que funciona de manera irregular en la zona de subastas.

Las amenazas, clausuras, golpes y hasta secuestros de que han sido objeto algunos de los comerciantes que trabajan ahí por denunciar esta situación y exigir al director de la Ceda, Raymundo Collins, actúe, han impedido manifestarnos y darlo a conocer a la opinión pública.

La problemática sin embargo se ha agravado y nuestro patrimonio se está yendo al caño por las condiciones en que laboramos, mientras las ventas han caído hasta 60 por ciento, porque la inseguridad adentro está fuerte, lo que ahuyenta a la gente, y provoca el cierre de locales y bodegas, señalaron.

Durante un recorrido por el mercado mayorista más grande del mundo, que comercializa diariamente 30 mil toneladas de productos, que representan 80 por ciento de los alimentos consumidos por los habitantes de la ciudad de México y de la zona conurbada, se observó el deterioro de sus instalaciones.

A los daños que presentan sus escaleras, se suman la presencia de agujeros que semejan coladeras, donde se ubica el cableado eléctrico; cúmulos de basura; y un gran número de puestos ambulantes semifijos e itinerantes, que obligan a los diableros a buscar la forma de librarlos.

Los reclamos de bodegueros y locatarios para que sean retirados no han tenido eco, pues representan para la administración de la central una entrada importante de dinero. Cada uno paga 50 pesos y puede instalarse sin problemas frente a nuestros locales sin pagar luz, mantenimiento, seguridad ni cuotas de agua, aunque ésta dejamos de recibirla hace tres años, comentaron.

Los denunciantes, quienes pidieron el anonimato, explicaron que toda el agua que recibían se fue a la Plaza Central, construida sobre los campos de futbol de la central, lo cual nos obliga a acarrearla desde nuestros hogares. Algunos han solicitado ya la cancelación de la toma.

Los costos para trabajar en este lugar son muy altos: los recibos de la luz van desde tres mil pesos para arriba, mientras el mantenimiento oscila entre 500 y 15 mil pesos, pues considera limpieza, pintura y seguridad, cuando el número de policías, por ejemplo, se redujo de 600 a 100, agregaron.

Dicha reducción, indicaron, ha provocado que el número de asaltos aumente y no sólo los clientes, sino los propios locatarios y bodegueros estemos a la buena de Dios, pues el sistema de videovigilancia sólo sirve para controlarnos a nosotros, no a los delincuentes.

Exigieron al jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, su intervención y el inicio de una auditoría que determine a dónde se ha ido el dinero recaudado por sus cuotas, aumente el personal de seguridad, se mejoren las instalaciones y acabe con el ambulantaje.