Una vez recuperada la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) debe repensarse y sobre todo asumir que esta nueva oportunidad de gobernar a México no debe significar la utilización del gobierno por el PRI ni la suplantación del partido por quien gobierna, advierte la Fundación Colosio, órgano ideológico de este organismo político.

Si bien un presidente democrático no es ideológicamente neutro y reivindica su militancia, este organismo acota: debe ser también imparcial por mandato de ley y convicción personal.

Mientras a él corresponde que sus hechos se traduzcan en bienestar generalizado, el partido es responsable de vigilar que no haya desviaciones en la marcha; que se cumpla el precepto: democracia y justicia social.

La Fundación Colosio es dirigida actualmente por César Camacho Quiroz, ex gobernador del estado de México, quien es responsable de la carta editorial de la revista Plataforma, en cuyo número de próxima aparición también subraya la necesidad de reformar y de hacer transformaciones de forma y fondo en el PRI.

El texto presenta una visión partidista y pormenorizada del desempeño del tricolor al frente del Poder Ejecutivo y resalta: abundan hechos, más que juicios, de que los gobiernos emanados del PRI tuvieron talento no sólo para crear “una solución propia a las opciones excluyentes y polarizantes de la guerra fría y, en el balance general, crearon una forma de gobernar que resultó una exitosa alternativa de contraste con las dictaduras militares que abundaron en América Latina”, sino también porque dieron origen y consolidaron nuestro estado social de derecho.

En su exposición editorial la revista Examen –cuya presentación será el próximo jueves– realiza una amplia reproducción de los compromisos de Peña Nieto durante su campaña, pero también se detiene en que, habiendo conquistado nuevamente el poder, pareciera abrirse la oportunidad de iniciar un nuevo proceso de modo que el PRI esté preparado para acompañar al próximo presidente.