Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Lágrimas verdes en Chapultepec
S

e convirtió en piedra.
Una más
en el jardín de las estatuas
poco concurrido
a esas horas de la media mañana
cuando ya se fueron al trabajo
los espartanos del ritmo cardiaco
y no han llegado los dionisíacos
que se pierden de dos en dos
en la espesura rala
de los setos y la arboleda.

Más tarde, testigo inexpresivo y mudo
no parpadea cuando los ajedrecistas repentinos
se inspiran o yerran,
ni con el paso atronador
de las púberes parvadas
que echando relajo se desarreglan el peinado,
la ropa, la garganta
y la escasa reputación.

Pero qué tal ante el impudor del deseo
de aquellos que se hunden en los helechos
y despedazan cinturones y pantaletas
y jadean de felicidad y miran distraídos
a la estatua que los mira con envidia
de haber sido y haber estado.

Los dionisíacos se entretienen
en sí mismos
y no reparan en que la estatua parpadea
en su honor y por encanto y llora
una bendición que el musgo bebe
y vuelve verde.