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Penultimátum

Costa Rica: el asunto Bolaños

M

iles de internautas lo califican de tierno, natural, bello. También prueba de la poca experiencia de su autora en videos eróticos. Sin embargo, ocasionó el cese fulminantemente de Karina Bolaños, viceministra de Cultura de Costa Rica. Le quitó la chamba la presidenta Laura Chinchilla al conocer el video en el que Karina aparece en ropa interior sobre una cama y le dice a su amante (al que llama Pequis) que no está acostumbrada a hacer ese tipo de cosas, pero lo hace porque le quiere. Aquí estoy sola, deseándote, esperando verte el martes. Te juro que si esta almohada fueras tú, qué no le haría, dice Bolaños en un momento de la grabación.

El video inundó las redes sociales mientras del cese se ocupaban numerosos diarios latinoamericanos y europeos. Y es que muchos se preguntan si grabar un video íntimo, posteriormente distribuido en la red por manos ajenas, es causal suficiente de despido. Bolaños es esposa de un diputado y fue la primera en cuestionar la decisión de la mandataria. “El trabajo –dijo– no debe medirse por cuestiones que son de la vida íntima y personal”.

La señora Bolaños es extorsionada desde hace un año por esas imágenes, grabadas en 2007 cuando estaba separada de su marido. Las robó un ingeniero informático contratado para instalar cámaras de vigilancia en su residencia y dar mantenimiento a las computadoras.

Desafortunado el cese, al igual que la explicación del mismo: no la separan de su cargo por el video, sino para que ella pueda enfrentar la extorsión desde el ámbito privado. Las críticas llovieron. Por ejemplo, que la presidenta Chinchilla destituya a una empleada de su gabinete por una situación estrictamente personal y sin relación alguna con sus labores, mientras tolera a funcionarios mucho más importantes que la viceministra acusados de cometer faltas graves en el ejercicio de sus funciones, entre ellas, corrupción.

Los grupos feministas afirman que el caso Bolaños está impregnado de un injustificado machismo que desfavorece la posición de la mujer, el respeto a vivir su sexualidad, además de violar derechos fundamentales, como el de la intimidad. La defensora de los habitantes de ese país, Ofelia Taitelbaum, calificó de absolutamente reprochable que un acto delictivo (robo y difusión de un video privado) haya sido tomado en cuenta por la presidenta para separar de su cargo a una buena funcionaria.

El asunto Bolaños se sumó a los verdaderos problemas que afectan al país centroamericano: corrupción, desempleo, inseguridad, pobreza; y cuando el gobierno sufre una considerable caída en su nivel de aprobación. Setenta y cinco por ciento de los costarricenses considera que es corrupto. La presidenta es una ferviente católica, enemiga del aborto y el matrimonio entre personas de un mismo sexo.