Opinión
Ver día anteriorMartes 7 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La dama X
V

isité este domingo la exposición titulada Body Worlds Vital, que se presenta en Universum, el Museo de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México. En ella se muestra la anatomía humana de forma singular. En su mayoría se trata de cadáveres humanos preservados mediante una técnica denominada plastinación, creada en 1977 por el controvertido médico alemán Gunther von Hagens. La exhibición se convierte así en una experiencia que inevitablemente coloca al espectador frente a la muerte.

La forma en la que estos cuerpos han sido y son exhibidos, no sólo en México, sino en distintos museos del mundo, ha estado inmersa todo el tiempo en una interesante polémica. Es importante distinguir en ella dos aspectos: por un lado, su valor para la popularización del conocimiento anatómico y, por otra parte, los aspectos éticos en torno a la exhibición de cadáveres.

Las vitrinas reúnen piezas de varios tipos. Algunas muestran la anatomía normal: huesos, articulaciones y ligamentos, paquetes nerviosos, vasos sanguíneos, etcétera. También órganos completos como el corazón, el cerebro, los ovarios, los pulmones o el hígado. Quizás una de las aportaciones más importantes de esta técnica son las rebanadas de cuerpos enteros o de regiones específicas de los mismos, lo que permite mostrar con todo detalle nuestra conformación anatómica. No faltan en la muestra las enfermedades, como cerebros con Alzheimer, arterias obstruidas por la ateroesclerosis y algunos tipos de tumores.

Me extiendo en estos detalles, pues la técnica creada por Von Hagens ha mostrado gran utilidad en la enseñanza de la medicina, en áreas como la anatomía y la patología (y en otros campos como el veterinario), y es empleada además en la investigación científica. En una revisión realizada a vuelo de pájaro ese mismo día encontré por lo menos 100 trabajos publicados en los que se emplea esa técnica en diferentes proyectos científicos en el área médica… pero también otros que critican fuertemente algunos de los usos extramédicos que se dan a la misma.

Varios de los cuerpos que se exhiben tienen una pretensión artística, algo que en cierta forma se consigue. Por ejemplo, la pieza titulada La dama X fue la que me provocó el mayor asombro. Se muestran en ella detalles increíbles de la anatomía femenina. La disposición de las piernas, la separación de la piel, los músculos y las ventanas que permiten observar el cerebro, nervios, arterias y los órganos internos, la convierten en una especie de Picasso tridimensional, que provoca en el espectador una combinación entre horror y fascinación.

También hay cuerpos en una modalidad denominada funcionalidad fija, en la que se disponen realizando actividades físicas de gran complejidad. Por ejemplo, hay cadáveres que emulan jugadores de futbol, clavadistas o gimnastas; restos de personas que vivas quizá nunca imaginaron que practicarían esos deportes. También una pareja en plena cópula: dos cuerpos que en vida jamás se conocieron y que terminan haciendo el amor en los museos a la vista de miles de personas.

Es importante aclarar que la exhibición se realiza con cuerpos que fueron donados voluntariamente, con el conocimiento de que luego de la muerte serían utilizados en las exposiciones del profesor Von Hagens. No pude encontrar los términos de este consentimiento informado, el cual supongo contiene los detalles de las diversas modalidades que uno puede apreciar en los museos en los que son presentados.

Aun así, autores como Lawrence Burns (2007) han señalado en The American Journal of Bioethics que las metas educativas de estas muestras son ambiguas y que algunos aspectos de las exhibiciones son violatorios de la dignidad humana. En un sentido semejante se han expresado Chantal y Mickaël Bouffard (2012) en las páginas de la prestigiada revista médica The Lancet.

En mi opinión, la exposición tiene un enorme valor desde el punto de vista de la divulgación del conocimiento anatómico. Las voces que han clamado por la prohibición en algunos países me parece que son excesivas y muchas esconden prejuicios conservadores. En suma, se trata de una exposición que, si bien es polémica, merece ser visitada para que el espectador pueda formarse su propio juicio.