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Ver día anteriorDomingo 5 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en paz?

Tlaxcala, otro importante encuentro internacional

La luz legada por Jesús El Ciego Muñoz

E

ncarrerada con sus claroscuros taurinos –un coloquio internacional cuyas reflexiones no han sido aprovechadas, una mediocre feria anual y el reconocimiento de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial del estado–, Tlaxcala, a través de la Universidad Autónoma de la entidad, se dispone a celebrar el magno simposio internacional Los novohispanos en las Cortes de Cádiz y su impacto en el México nacional, que se llevará a cabo en esta ciudad los días 15, 16 y 17 de agosto, en el Auditorio Luis Carvajal Espino, anexo a la rectoría.

Este ejemplar evento rebasa lo meramente conmemorativo y adquiere significados clave por dos razones: la primera, que este 2012 se cumplen 200 años de la primera Constitución de Cádiz, en cuya elaboración participaron más de 15 diputados novohispanos, uno de ellos de origen tlaxcalteca, José Miguel Guridi y Alcocer (San Felipe Ixtacuixtla, Tlaxcala, 23 de diciembre de 1763-ciudad de México, 4 de octubre de 1828).

Y la segunda, que la aportación de estos diputados novohispanos –entre otros Lucas Alamán, Servando Teresa de Mier, Miguel Ramos Arizpe y José Miguel Gordoa– resultó de crucial importancia para la prime- ra Constitución Mexicana de 1824, en la que se asentaron con claridad conceptos como el ejercicio de absoluta soberanía, de autodeterminación nacional, el derecho a establecer las propias leyes y la igualdad de todos los habitantes, entre otros.

Así, la Universidad Autónoma de Tlaxcala y algunos patrocinadores no han escatimado esfuerzos ni recursos para reunir a 16 investigadores de primer nivel provenientes de universidades de España, Estados Unidos y México, expertos sobre un tema de vital importancia para comprender en buena medida la identidad del México nacio- nal y la realidad de la sociedad mexicana actual, con una trayectoria de pensamiento y unos antecedentes legislativos que recuerdan el abismo enorme entre las intenciones y los logros.

El objetivo del simposio es llevar a cabo mesas de discusión sobre la presencia novohispana en las Cortes de Cádiz, su importancia sociohistórica y su relevancia política para la nación mexicana, con expertos de reconocida autoridad en la materia. Asimismo, los propósitos del simposio son: por un lado, ponderar la trascendencia del rol que jugaron los representantes de la Nueva España durante los procesos de restructuración política, mismos que derivaron en la redacción de la Constitución hispánica de 1812, y por otro, abonar en la comprensión de nuestro pasado, potenciar el entendimiento del presente y fortalecer el compromiso que universidad y sociedad tienen con el futuro.

Con ese propósito y en ese contexto, la Universidad Autónoma de Tlaxcala hace una cordial invitación a todos los interesados en asistir a este magno simposio durante los días 15, 16 y 17 de agosto del año en curso. Por cierto, el coordinador de organización de dicho evento es el doctor Manuel Camacho Higareda, académico de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, ya con bastante rodaje en este tipo de responsabilidades.

A reserva de ocuparnos en la próxima entrega de la aciaga relación de toreros y artistas taurinos muertos en el mes de agosto, unos en el ruedo de la vida y otros en el redondel, alegoría de aquélla, es obligada la evocación de un hombre que inundó con su talante y su talento la fiesta de toros de México y expandió con su audacia, sensibilidad y bohemia la bondad de este mundo: Jesús El Ciego Muñoz, quien falleciera el 2 de agosto de 2001.

Originario, al igual que su inolvidable hermano José El Negro, de Salamanca, Guanajuato, donde nació el 29 de junio de 1916, supo de la gloria y el infortunio vestido de luces, de los espejismos y las mezquindades, de la inspiración y la desilusión, reflejos de un México que aún creía en sí mismo y en su gente. Alternó, entre otros, con Cañitas, Fermín Rivera y Juan Estrada, y la afición de Guadalajara lo sacó seis tardes consecutivas en hombros. Fue además empresario, apoderado, poeta, declamador, editor, periodista y personaje de novelas y memorias como Más cornadas da el hambre, de Luis Spota, o El zopilote mojado, de Jorge López Antúnez.

Autor del grito de guerra: ¡Mi luz! o, si se prefiere, mi lana por la información de primera mano que distribuyo en las secciones taurinas de los periódicos, El Ciego fue precursor de las agencias de información taurina en el país, actividad que continúa con profesionalismo y éxito su hija Bernarda, a quien con mi emocionado recuerdo de su padre envío un cariñoso saludo. ¡Salud, torero guapo!