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Juventud sin futuro
Miles, decepcionados con la feria de educación superior

Las opciones son planteles privados con colegiaturas de $20 mil, dicen

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Estudiantes rechazados de las instituciones de enseñanza superior muestran inconformidad ante las opciones que ofrece la SEP en la feria realizada en la Biblioteca José Vasconcelos, donde además debieron formarse durante cuatro horas para ser atendidosFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de agosto de 2012, p. 2

Con rostros en que se refleja el cansancio por la espera que se prolongó hasta cuatro horas para ingresar a la Biblioteca José Vasconcelos, y ante la escasa oferta de instituciones públicas que impartieran licenciaturas de su preferencia, cientos de jóvenes recorrieron la Feria de la Educación Superior más Opciones, convocada por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Una alternativa que, aseguraron, fue otra decepción.

La feria pretende crear un espacio de vinculación que brinde información y orientación a los jóvenes para que conozcan y valoren oportunidades de estudio en cada una de las instituciones, en la modalidad escolarizada y abierta, afirmó Migue Ángel Carreón, director del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), otro de los organizadores.

“Muchos creímos –explicaron– que aquí abrirían más lugares en las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM), Autónoma Metropolitana (UAM) o en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), por eso venimos. Lo escuchamos en radio y televisión, pero después de tenernos parados varias horas sólo ofrecen escuelas privadas o tecnológicas. Es un fraude”.

Provenientes de municipios del estado de México como Ecatepec, Chicoloapan, Tlalnepantla y Atizapán o de delegaciones como la Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac y Tlalpan, cientos de jóvenes, algunos acompañados por sus padres, esperaron en largas filas que rodeaban la estación del tren suburbano de Buenavista.

Quienes llegaron antes de las 7 de la mañana para ser de los primeros y ver si había algo que escoger, estuvieron formados hasta cuatro horas.

Alán Daniel, de 19 años, quien en dos ocasiones ha intentado ingresar al IPN y la UAM para estudiar ingeniería, fue de los primeros.

Mi sueño es ser ingeniero y desde que me rechazaron trabajo de obrero. Me pagan 800 pesos a la semana máximo y luego te echan sin nada, sin seguro, sin pensión. Por eso quiero estudiar, he visto que muchos ingenieros han venido desde abajo, sí se puede, pero no nos dejan estudiar.

Las becas parciales en universidades privadas, afirmó, no son una opción, porque con esos salarios y la poca chamba que hay, no sale. A su lado, Jimena, de 18 años, se trasladó desde Iztapalapa porque ya es la tercera vez que trato de entrar a la UAM en sicología y no lo logro. Siento mucha frustración, pero sigo intentando.

Tras enterarse de una oferta educativa, que incluyó desde institutos tecnológicos con aulas prefabricadas hasta universidades privadas con colegiaturas de más de 20 mil pesos mensuales, Sua, de 17 años, consideró ridículo que nos hayan tenido cuatro horas formados para mostrarnos lo que ya habíamos visto en nuestras escuelas. Te sientes muy decepcionado.

Daniel, también de 17 años y quien desea ser politólogo, agregó: nos ponen gastos que no vamos a poder cubrir. Me parece injusto que el gobierno no invierta más en educación. Jessica, de 18 años, vive con su abuela pensionada y no logró ingresar a la Facultad de Sicología de la UNAM. Nos vamos con mal sabor de boca, esperábamos más.

Dicen que ofrecen becas, pero todas son máximo de 20 por ciento, en universidades privadas y las colegiaturas mensuales son de 10 mil pesos, afirmó Yolanda, madre de familia.

No se vale que generen expectativas, porque entras y te das cuenta que lo única opción pública es la universidad en línea o los tecnológicos. En las privadas piden 9 mil pesos de inscripción, mensualidades de 4 mil a 5 mil pesos, son precios fuera de la realidad, no es una ayuda.

Jessica, de 18 años, intentó entrar a la UNAM para estudiar medicina: no me quedé, pero como también me gusta la nutrición, por eso sigo buscando una opción.

Karla desea estudiar pedagogía y lo ha intentado dos veces en la UNAM y la UAM: lo más difícil fue llegar y darte cuenta de que hay carreras muy interesantes, pero cuestan 25 mil pesos mensuales y las más baratas son de 2 mil 700 pesos. Con esos precios entrar en una universidad pública no es un capricho, es una necesidad.