Opinión
Ver día anteriorDomingo 29 de julio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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No sólo de pan...

No todo lo ingerible es comida

E

n tiempos de Olimpiadas, cuando muchos mexicanos incluso a costa de sacrificios viajan a la sede del evento internacional, conviene recordar cómo no sólo de pan… vivimos.

Durante el Mundial de Futbol organizado por Francia en 1998, trabajábamos con devoción antropológica el restaurante A la Mexicaine, en París. Contiguo al Centro Georges Pompidou y cercano al Hotel de Ville, en cuyas extensas plazas pusieron grandes pantallas para quienes no pudieron acudir a los estadios. Nuestra ubicación atrajo muchos clientes hambrientos y esperanzados por encontrar algo de su gusto entre una oferta exhaustiva de restaurantes, siendo una mayoría de mexicanos quienes entraban al leer nuestra carta, que estaba por decreto municipal expuesta a la vista del transeúnte.

Los estadunidenses, que sólo habían reparado en el nombre de nuestro establecimiento, pedían chili con carne y se iban frustrados, pero nuestros compatriotas devoraban tacos de carnitas o barbacoa, guacamole, cazuela de tamal de elote y mole negro de Oaxaca, ensalada de nopalitos, chalupitas como en Puebla, enchiladas rojas o verdes, enfrijoladas a la manera del Café Tacuba… en fin; y cuando se iban satisfechos solían decir esta frase sorprendente: ”¡Vaya, tantos días y al fin comimos comida!”, para responder, cuando se les preguntaba ¿pues qué han comido hasta ahora? ¡Quién sabe porque no hablamos francés y no encontrábamos (sic) lo que nos servían..!

Y es que, tanto quienes escogían a señas comida rápida expuesta en una vitrina como quienes indicaban sobre una carta un platillo, al probarlos no les resultaba identificable, aún si el bocado no era necesariamente ingrato, dejándoles una sensación de insatisfacción. Estas experiencias nos llevaron a concluir que la palabra comida, aplicada al ser humano, no es un término que designa cualquier cosa ingerible más o menos nutritiva, sino que es un concepto cuya definición podría ser: el conjunto de elementos ingeribles y digeribles preparados según una tradición particular.

Por esta razón, cuando finalmente y tras diecisiete años de lucha de integrantes del FIAN (Food First Information and Action Network) organización internacional de derechos humanos, fundada en 1986, que promueve el derecho a la alimentación, apoyado por el equipo del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, dependiente del pleno de la Cámara de Diputados, la LXI Legislatura votó la adición al Artículo 4 Constitucional de un tercer párrafo que reza: Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará (publicado el 13 de octubre de 2011); comenzamos a denunciar la manera incompleta en que quedó expresado este derecho, pues lo que le falta puede llegar a tener consecuencias graves para la salud física y mental de los mexicanos.

En efecto, falta la frase y de acuerdo a sus tradiciones. Ya que un gobierno insensible o ignorante, que privilegie las relaciones económicas internacionales, podría querer aplicar este derecho comprando los insumos (leche, trigo, entre otros) en el extranjero para rellenar los estómagos nacionales como se llenan los de los animales: sin tomar en cuenta el factor cultural que es propio de la alimentación humana.