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El Teatro Real monta Ainadamar, del argentino Osvaldo Golijov

El grito ¡Viva la muerte! retumba en nueva ópera antibélica en Madrid

El libreto, original del dramaturgo David Henry Hwang y retocado por Peter Sellars, incluye poemas de Federico García Lorca

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Escena del montaje que aborda el drama de la Guerra Civil española, con producción del Teatro Real, que se presenta en la capital española, con Gerard Mortier en la dirección artística. También participa la compañía de danza Antonio GadesFoto Javier del Real
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 26 de julio de 2012, p. 3

Madrid, 25 de julio. A un costado del vergel de Ainadamar, la fuente de las lágrimas que inspiró a Góngora y a los poetas árabes, también fusilaron a Federico García Lorca el 18 de agosto de 1936, junto al profesor rural Dióscoro Galindo y a los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.

Fue una ejecución más de las huestes de Francisco Franco, en el inicio de la Guerra Civil española, pero con los años se convirtió en uno de los crímenes que mejor simbolizan la atracción por la muerte en el fascismo español y europeo, que alzaban el brazo y el fusil al grito de ¡Viva la muerte!

Ainadamar es también el nombre de la ópera escrita por el compositor argentino Osvaldo Golijov, que nunca se había escuchado en Madrid hasta la puesta en escena producida por el Teatro Real, que expone con crudeza un drama que sigue muy vivo en la sociedad española.

El montaje es posible gracias a Gerard Mortier, director artístico del Teatro Real, quien ha revolucionado el panorama operístico español al apostar por producciones vanguardistas, al tiempo que incursiona en las composiciones contemporáneas, pero siempre cuidando la calidad musical, narrativa y escénica.

Ainadamar es un drama histórico, personal, poético, social y antropológico; en él se entremezclan el amor profundo y total, con la traición, la sangre y la violencia. Todo esto con la música de Golijov, que combina los ritmos y sonoridades más contemporáneos de las operísticas del siglo XX, con sonidos y canciones populares.

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Escena del montaje que aborda el drama de la Guerra Civil española, con producción del Teatro RealFoto Javier del Real

García Lorca y su muerte fue también la ejecución de una parte del alma popular, del genio que le cantó al amor, a Granada y a la lucha de clases.

Émulo de Mahler

El libreto original del dramaturgo asiático-estadunidense David Henry Hwang fue retocado por el genio del teatro estadunidense Peter Sellars, quien incluyó algunos poemas de García Lorca, concretamente la colección Diván del Tamarit.

En la obra hay un eje narrativo, pero siempre con el trasfondo de la muerte, la traición y el drama del poeta.

El peso de la historia recae en la relación de la actriz e íntima amiga de García Lorca, Margarita Xirgu, quien mantuvo vivo el legado del poeta hasta su muerte, en 1969, durante su largo exilio en Uruguay.

El musicólogo Joshua Ellison analizó la música de Golijov, y subrayó que “quizá más que ningún otro compositor, persigue el sueño de una paleta infinita, un lenguaje musical sin fronteras.

Golijov es ese artista, tan poco frecuente, de alcance casi universal. No tiene miedo a enfrentarse a nuevos estilos, influencias y novedosas e imaginativas formas de enfocar lo convencional. Igual que Mahler, su música aspira a la unidad y a la totalidad.

La actriz Nuria Espert lleva el peso de la narración poética de la obra, en la que participan la soprano estadunidense Kelley O’Connor y la española Jessica Rivera. En Ainadamar, la compañía de danza Antonio Gades tiene un papel crucial.