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En 2006 un entrenador alemán usó una terapia experimental

Posible, el dopaje genético; aún no puede demostrarse: científicos

La AMA trabaja en un método para detectarlo dentro de unos años

 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de julio de 2012, p. a15

París, 14 de junio. Al mismo tiempo que los atletas se preparan para romper récords en Londres, los científicos disputan una contrarreloj para desarrollar un método fiable para detectar a deportistas que se hayan sometido a modificaciones genéticas en una carrera desesperada por alcanzar el oro.

Los expertos señalan, no obstante, que la ciencia no llegará a tiempo para los Juegos Olímpicos que comenzarán el 27 de julio en la capital británica.

Si bien nadie puede garantizar que ya exista el dopaje genético, la posibilidad teórica de que pueda modificarse el ADN de un atleta para incrementar su potencia y su resistencia asusta a los responsables del deporte mundial.

Hoy día no puede probarse. No sabremos si un atleta genéticamente modificado gana los 100 metros en los Juegos de Londres, al menos de manera inmediata, reconoce el bioético Andy Miah.

Sin embargo, aseguró que dentro de unos años, una prueba podrá demostrar si ha habido dopaje genético y se tendrá la posibilidad de retirar medallas.

En teoría, gracias al dopaje genético un atleta puede inyectar en su cuerpo ADN fabricado en un laboratorio por vía de un portador, como un virus, para estimular la producción de hormonas de musculación o de glóbulos rojos, que llevan el oxígeno a los músculos.

Un virus introduce su propio ADN en la célula humana, que después replica éste que contiene instrucciones biológicas.

Se puede escoger a un atleta hecho y derecho, a un atleta desarrollado y hacerlo más fuerte y mejor modificando sus genes, explica Don Catlin, un médico que ayudó a la creación del primer laboratorio que investigó esta droga en Estados Unidos.

Aceptó que, hasta el momento, no tienen información de que algo esté sucediendo. Nada hasta donde yo sé, pero una vez más, nadie me va a llamar y contármelo. Estamos preocupados porque teóricamente es posible. Conocemos gente que lo intentará y probablemente lo esté intentando ya, reconoce Catlin.

En 2006, el mundo del deporte se vio obligado replantearse su lucha contra el dopaje cuando se acusó a un entrenador alemán de tratar de usar una terapia genética experimental, llamada Repoxygen, antes de los Juegos de Invierno.

Considerado un posible tratamiento para la anemia, el Repoxygen contiene un virus sintético que transporta el gen de la eritroproyetina (Epo), hormona que insta al cuerpo humano a aumentar la producción de glóbulos rojos. Es la sustancia favorita de los ciclistas y de los atletas.

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) añadió la Epo a la lista de sustancias prohibidas en 2003 y ha invertido millones de dólares en métodos para detectarla.

Hemos contratado a especialistas de terapias genéticas de todo el mundo y trabajan con nosotros desde 2002, dijo el director general de la AMA, David Howman, quien asegura que no hay evidencias, por ahora, de deportistas que hayan sido sometidos a manipulaciones genéticas.

Miah, Catlin o el experto en genómica del deporte Alun Williams coinciden en que en Londres no existirán métodos de detección precisos para este tipo de dopaje.