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Utiliza tácticas de autoritarismo y corrupción ligadas a dicho partido, señalan

Confirma historial de Peña Nieto que es un personaje del viejo PRI, afirma Cmdpdh

Seguirá la guerra de Calderón, que no es contra las drogas sino para controlar mercados, dicen

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Manifestación anti Peña y contra el fraude electoral en México, realizada este sábado en ChicagoFoto Jorge Mujica
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de julio de 2012, p. 12

Aunque Enrique Peña Nieto afirma representar al nuevo PRI, la realidad es que ha utilizado las tácticas de siempre de dicho partido, ligadas al autoritarismo y la corrupción, y seguirá aplicando la misma estrategia de seguridad pública de Felipe Calderón, al anunciar que el Ejército seguirá en las calles.

Así lo advirtieron Juan Carlos Gutiérrez, presidente de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (Cmdpdh), y Silvia Vázquez, abogada del mismo colectivo, durante el debate organizado el miércoles anterior en Londres, Inglaterra, por las organizaciones The Bar Human Rights Committee y Alliance for Lawyers at Risk.

En dicho foro, donde también participaron Rupert Knox, investigador de Amnistía Internacional México; Ed Vulliamy, periodista del diario The Guardian, y Peter Watt, académico de la Universidad de Sheffield especializado en América Latina, se analizaron las condiciones actuales del país en materia de derechos humanos, y los retos que deberá enfrentar el próximo presidente de la República.

Ante la pregunta de si Peña Nieto representa o no al nuevo PRI, Gutiérrez puso en duda que exista de verdad una versión renovada de dicha formación política, y sostuvo que el mexiquense es un candidato de telenovela, creado por Televisa, quien usa las mismas tácticas del viejo tricolor, incluida la compra y coacción de votos, como lo demuestran las imágenes de las personas que abarrotaron los supermercados para cambiar los vales de despensa recibidos a cambio de su voto.

Además, subrayó el activista, Peña Nieto ya ha anunciado que el Ejército seguirá en las calles, lo cual anticipa una continuación de la estrategia de guerra contra el crimen organizado impuesta por Calderón, así como de la estigmatización contra los defensores de derechos humanos y los periodistas críticos.

Silvia Vázquez indicó que quien sea designado nuevo presidente de México no podrá reducir la violencia con los militares cumpliendo tareas de seguridad pública, sin proteger a los defensores de las garantías individuales, y sin combatir la pobreza.

La abogada –beneficiaria de medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, debido a las amenazas en su contra– denunció que el actual gobierno sólo ha simulado luchar contra el narco, sin tocar los orígenes del financiamiento de los criminales, y al mismo tiempo ha utilizado contra la gente algunas herramientas legales que violan las garantías básicas, como el arraigo y la figura de los testigos protegidos.

Vulliamy, autor del libro Amexica: una guerra en la frontera, enfatizó que la violencia en México no sólo es un tema local, sino que está relacionado con factores económicos globales, como el insaciable consumo de drogas de Estados Unidos, la migración indocumentada, el tráfico de armas y la dinámica misma del capitalismo a escala mundial.

Finalmente, Peter Watt consideró que el historial de Peña Nieto, marcado por la represión en San Salvador Atenco, las relaciones con Televisa y la compra de votos, confirma que se trata de un personaje del viejo PRI, y estimó que la guerra de Calderón –posiblemente continuada por el priísta– no es en realidad contra las drogas, sino para garantizar inversiones y controlar mercados.