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Primeros comicios nacionales en 60 años para dejar atrás el legado de Muammar Kadafi

Entre júbilo, sabotajes y un tiroteo, las históricas elecciones en Libia

Más de 2.5 millones de ciudadanos eligen a los 200 miembros del Congreso Nacional General

Los resultados se darán a conocer a partir del lunes o martes, informa la comisión electoral

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En Bengasi, militantes autonomistas robaron y quemaron boletas electoralesFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de julio de 2012, p. 24

Trípoli, 7 de julio. Miles de libios acudieron a votar hoy en las primeras elecciones nacionales en 60 años para dejar atrás el legado de Muammar Kadafi, derrocado y asesinado en 2011 tras una revuelta popular y la intervención de Occidente, jornada histórica que fue marcada por un ataque mortífero y operaciones de sabotaje de militantes autonomistas del este del país.

Ocho meses después del final del conflicto armado y de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, lo que provocó la caída de Kadafi, unos 2.7 millones de electores fueron convocados para elegir 200 miembros del Congreso Nacional General, asamblea de transición en la que los islamitas esperan tener buenos resultados, como sus vecinos de Túnez y Egipto.

Mientras había un ambiente de júbilo en Trípoli, en el este de Libia se reportaron problemas. Allí, manifestantes que se oponían a los comicios y buscan mayor autonomía para una región donde se ubica la mayor parte de los vastos recursos petroleros del país intentaron infructuosamente interrumpir la votación. Obligaron a detener la actividad de varios pozos petroleros de la zona.

Así, esta jornada histórica quedó marcada por diversos hechos de violencia. Un hombre murió a tiros a manos de un guardia de seguridad cuando intentaba robar una urna en la ciudad oriental de Ajdabiya, donde el jueves fue incendiado un almacén con boletas, urnas y otros materiales.

Frente al entusiasmo de muchos ciudadanos que expresaban su alegría por votar libremente por vez primera, en Bengasi –cuna del levantamiento del año pasado– hubo enfrentamientos, pues manifestantes invadieron varios locales de votación.

No obstante, la tasa de participación fue de 60 por ciento del padrón, según resultados preliminares dados a conocer por la comisión electoral, lo cual significa 1.6 millones de ciudadanos. Hacia las 20 horas los centros de votación comenzaron a cerrar en Trípoli y en Bengasi.

Al final de la tarde se indicó que 98 por ciento de colegios electorales funcionaban normalmente. Poco antes se había anunciado que un centenar, de un total de mil 554, no pudieron abrir por actos de sabotaje, sobre todo en el este del país.

Los resultados preliminares deberán anunciarse a partir del lunes o martes, dijo la comisión.

Algunos electores llevaban banderas negras, rojas y verdes –del alzamiento de 2011–, y las mezquitas de Trípoli lanzaban mensajes a todo volumen diciendo Alá akbar (Dios es el más grande). En las calles se oían las bocinas de los coches.

La alegría también era palpable en Bengasi, a pesar de los llamados de los partidarios de más autonomía a sabotear los comicios.

Mustafá Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), organismo que ejerce el poder y tendrá que disolverse en cuanto haya una nueva asamblea, votó en la ciudad de Baida, este de Libia, y dijo que la situación era excelente.

Con 3 mil 702 candidatos y más de 100 partidos en liza, es difícil hacer un pronóstico, pero destacan tres formaciones políticas.

Dos son islamitas: el Partido de la Justicia y de la Construcción (PJC, rama de los Hermanos Musulmanes), y el Al Watan, del polémico ex jefe militar de Trípoli Abdelhakim Belhaj.

El tercer grupo es de los liberales, reunidos en una coalición lanzada por Mahmud Jibril, ex primer ministro del CNT durante la revuelta contra Kadafi.

Los partidarios de la autonomía rechazan la repartición de los escaños de la asamblea de transición, que otorgará 100 diputados al oeste, 60 al este y 40 al sur.

Para intentar calmar a los militantes del este, el CNT decidió que la futura asamblea no podrá designar a los miembros del comité encargado de redactar la futura Constitución.