El ex candidato presidencial del PRI Francisco Labastida Ochoa dijo que es prematuro hablar de un posible periodo extraordinario de sesiones en el Congreso para sacar las reformas estructurales pendientes, además de que se debe valorar la conveniencia de llevarlo a cabo en estos momentos en que podría complicar el ambiente electoral.

El también senador priísta hizo notar que nadie puede decir que esas reformas pudieran aprobarse en menos de los dos meses que restan a la actual legislatura, además de que el presunto presidente electo, Enrique Peña Nieto, no ha visto en detalle ese punto, ya que estuvo dedicado al proceso electoral.

Tampoco, agregó, es posible definir qué tan profundas serían las reformas. No sé si dé tiempo, dijo, e insistió en que existe el riesgo de que se tense con ello la situación actual.

Si le quieren echar leña al fuego, allá ellos, comentó a su vez la senadora perredista Yeidckol Polevnsky. Dijo que si el PRI y el PAN se alían nuevamente para aprobar el proyecto de reforma a la Ley Federal del Trabajo, en beneficio de los patrones y los cambios para acabar de privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), habrá respuesta de la ciudadanía.

Hizo notar que la apuesta de mayoritear a las fuerzas de izquierda en ambas cámaras es arriesgada, porque llamarían a las movilizaciones.

Por separado, el senador del PRI Francisco Arroyo resaltó que si se logran los consensos entre las fuerzas políticas para convocar a un periodo extraordinario de sesiones este mes o el próximo, sería no para obsequiar a Peña Nieto, sino para beneficiar al país.

Además, aseguró, en el PRI tenemos muy claro que deben ser reformas apegadas a los documentos básicos del partido y, por tanto, no vamos a ir a una reforma laboral que sólo afecta a los trabajadores; aprobaremos cambios que permitan crear empleos para los jóvenes, pero sin vulnerar conquistas sindicales.

Agregó que en caso de que se impulsara una reforma energética de segunda generación, en forma alguna sería para privatizar Pemex.

En entrevista aparte, Polevnsky recalcó que ni siquiera dentro del PRI hay unanimidad, y aunque se los pida Peña Nieto no van a aprobar una modificación a la Ley Federal del Trabajo que afecte a los integrantes de sindicatos afiliados a ese partido.

De todas formas, dijo, en el movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador estarán atentos a cualquier intento de albazo de priístas y panistas, que al final permitieron comprobar que son la misma cosa.