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La izquierda en México dejó atrás el discurso apocalíptico

Debemos trabajar por el cambio abajo, pues todos estamos ahí

Aunque Morena es el movimiento cívico más grande que se ha construido en este país, no alcanza; no vas a ganar una elección nada más con él, necesitas todo lo demás

 
Periódico La Jornada
Martes 26 de junio de 2012, p. 8

Las izquierdas mexicanas han dejado atrás los discursos apocalípticos para avanzar en la construcción de soluciones realistas y transitables, afirma Armando Bartra, coordinador del foro Los grandes problemas nacionales, diálogos por la regeneración de México, espacio en el cual se analizaron los problemas del país durante 120 horas, en sesiones semanales que comenzaron el pasado marzo.

En la voz del filósofo Bartra, los promotores de los diálogos se declaran satisfechos, porque el ejercicio no se limitó a repasar la realidad tenebrosa del país, sino destacó que hay vías para resolver los problemas. No fue la izquierda apocalíptica, sino la izquierda propositiva. Tampoco fueron las propuestas utópicas, también presentes en una parte de la izquierda, es decir, las visiones remotas de paraísos ilusorios.

Las exposiciones, en cambio, fueron bastante posibilistas; la gente estaba pensando en términos de qué se puede hacer aquí y ahora, con una visión de mediano plazo, con una utopía de futuro, pero muy realista. La segunda característica destacable es que fueron propuestas de escala nacional, no soluciones de probeta.

Las propuestas transitables, con visión de futuro, se dieron en la forma de conferencias magistrales y mesas redondas. En el primer caso, los expositores fueron Lorenzo Meyer, Víctor Toledo, Rosario Ibarra, Enrique Semo, Porfirio Muñoz Ledo, Rodolfo Stavenhagen, Marta Lamas, Enrique Dussel, Enrique González Pedrero, Javier Sicilia y Paco Ignacio Taibo II. En el segundo, un abanico de 15 decenas de expertos en los más diversos asuntos de la realidad mexicana.

Uno de los resultados, un volumen de más de 400 páginas que sintetiza las ideas aportadas por intelectuales, académicos, creadores y activistas, será entregado este martes, en el Club de Periodistas, a un representante del candidato Andrés Manuel López Obrador.

Las diferencias, para después

Más allá de las coincidencias anotadas, Bartra refiere que el ejercicio no fue una feria de consensos unánimes ni una sumatoria de propuestas, pues alrededor de varios temas se dieron algunas polémicas. Un ejemplo, la propuesta de crear una secretaría de cultura, rechazada por buena parte de la gente del medio, que sostiene que no debe separarse la cultura de la educación.

En el rubro más árido de la economía reapareció el viejo debate en torno a los impuestos. Bartra lo glosa así: Andrés Manuel López Obrador ha dicho que se puede financiar el gasto público con la fuerza estratégica que demandan los nuevos proyectos simplemente con ahorro, cobrando los impuestos a la gente que no paga, etcétera, y hay una buena parte de economistas que dicen que debe revisarse la política impositiva, que debe haber mayor recaudación y debe ser progresiva.

Otro tema polémico en ese rubro fue la cuestión del déficit. El planteamiento de López Obrador y de sus asesores es mantener muy bajo el déficit, que es, digamos, la recomendación ortodoxa del Banco de México y del Fondo Monetario Internacional, y muchos economistas progresistas piensan que hay que utilizar el déficit para favorecer el crecimiento de la economía.

La agenda de los derechos de las mujeres y de la diversidad fue también polémica. Como se sabe, López Obrador ha dicho reiteradamente que se pondrán a consulta asuntos polémicos como el aborto y el matrimonio homosexual.

El asunto apareció en el foro y Bartra narra: “Los compañeros que están en la lucha desde hace mucho tiempo dicen: ‘Señor, los derechos no se ponen a consulta, los derechos se reconocen, y éstos son derechos nuestros’”.

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Armando Bartra, coordinador del foro Los grandes problemas nacionales, diálogos por la regeneración de México Foto María Luisa Severiano

Pintada esa raya, sigue el también experto en desarrollo rural: “me pareció de una generosidad notable el compañero que venía en representación de la diversidad sexual, porque estaban ahí las feministas, que dijo: ‘Bueno, creemos que no es asunto de consulta, pero de todos modos creemos que hay que votar por López Obrador, porque es la alternativa de la izquierda, y estas diferencias luego las vemos”.

En este y otros temas fueron planteadas las discrepancias, pero en la adhesión a un proyecto en lo sustancial aceptable, afirma Bartra.

Los organizadores de los diálogos estuvieron especialmente interesados en que entre los ponentes hubiera representantes de la izquierda que postula luchar desde abajo y a la izquierda, así como los que abiertamente plantean votar por López Obrador.

En las dos posturas hay una convergencia: que debe trabajarse por el cambio, que no podemos seguir en esta situación. El diagnóstico es compartido, debemos trabajar por el cambio abajo, porque todos estamos abajo, en sindicatos y colonias. Para algunos, sin embargo, un cambio de gobierno puede favorecer nuestra lucha, y otros decían que es irrelevante, porque cualquier cambio de gobierno va a ser reabsorbido, porque López Obrador va a estar atrapado por el Tratado de Libre Comercio, por cámaras controladas por la derecha, por un Banco de México con visión neoliberal.

El debate se dio, dice Bartra, pero no hubo una confrontación, porque la resistencia pasa también por resistirse a Peña Nieto votando por López Obrador; es un modo de la resistencia.

Aunque exista consenso en parar a Peña Nieto, dice Bartra, parece que no puedes pronunciar las palabras López Obrador; se ha vuelto el innombrable en ciertos contextos, y es entendible, porque de otro modo pareciera que estás haciendo política partidista, o que estás afiliado a Morena (Movimiento Regeneración Nacional) o eres perredista, lo que es ofensivo para una parte de la gente de izquierda y combativa.

Aunque Morena es el movimiento cívico más grande que se ha construido en este país, no alcanza; no vas a ganar una elección nada más con él; necesitas todo lo demás. Sin embargo, para algunos sectores de las izquierdas, el tufo que despiden los partidos y los gobiernos de izquierda –con excepción del Gobierno del Distrito Federal– hace que “mucha gente diga que debemos votar por López Obrador, pero no en voz alta; lo dicen de manera sibilina: ‘Hay que parar a Peña Nieto, hay que impedir que siga el PAN’”.

Se trataba, abunda Bartra, de contar con la participación de la gente descontenta con el orden y el sistema que representa un candidato (Enrique Peña Nieto), que es mucho más numerosa. Creo que es muy bueno que haya un movimiento que no sea ni obradorista ni morenista, porque si no, no alcanza.

Este esfuerzo, al lado de otros que también han tomado forma en libros, indican que las izquierdas dicen muchos qués y muchos cómos, aquí además con muchas voces, cosa que los analistas, y sobre todo los opinadores, dicen que no existe. “Tienen pereza mental, porque es más fácil decir: ‘ya oí el debate y no dicen cómo’. Bueno, probablemente sea así si no escucharon más que los 20 minutos de la televisión, y algo en Internet. Les diría a estos señores analistas que lean libros, y que se asomen a este volumen”.