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El caso, muestra del sometimiento que el mundo mestizo impone al indígena, acusa experto

Pese a abusos, permanece intocable el fuero eclesiástico en México, critica la SNAP

El grupo exige que se le inicie proceso judicial al cura presunto pederasta Gerardo Silvestre

 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de junio de 2012, p. 20

Los abusos sexuales presuntamente cometidos por el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández contra 45 niños indígenas en el municipio de Villa Alta, Oaxaca, demuestran que el poder de la Iglesia para encubrir a los curas pederastas no ha sido tocado, a pesar del escándalo mediático que este fenómeno provocó en algún momento.

Así lo afirmó Joaquín Aguilar, director en México de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), quien lamentó la existencia de un fuero eclesiástico para juzgar internamente a los religiosos involucrados, cuando lo procedente en estos casos es que la justicia civil ordinaria los investigue como probables delincuentes.

Tengo entendido que (al sacerdote acusado) ya se le empezó un proceso eclesiástico, pero lo que se debe hacer es un proceso judicial, en donde todos aquellos que se han visto involucrados se hagan responsables de sus actos. Hay un daño que tienen que reparar, y abogamos porque la autoridad finque responsabilidades a los sacerdotes, pero también al obispo (de Antequera, José Luis Chávez Botello) por encubrimiento, subrayó el activista.

La aparición de nuevas demandas contra religiosos por supuestos abusos sexuales, lamentó Aguilar, nos habla de que esto sigue sucediendo en México con total impunidad. Nada ha cambiado, a pesar de los escándalos internacionales y las supuestas políticas del Vaticano para frenar los ataques.

Además, el hecho de que Gerardo Silvestre esté siendo aparentemente juzgado por un tribunal religioso, manteniéndolo protegido de la justicia civil, demuestra que en el país sigue operando el llamado fuero eclesiástico, mediante el cual los sacerdotes que agreden sexualmente a mujeres y niños son prácticamente absueltos. No son pecados, son delitos; y no es gente enferma, son delincuentes, y como tal deben ser tratados, aseveró.

Cuestión de inditos

Por su parte, Felipe Ruiz, investigador especialista en pueblos originarios, consideró que la persistencia de abusos sexuales de este tipo pone en evidencia las condiciones de dominación, sometimiento y discriminación que el mundo mestizo le sigue imponiendo a los indígenas del país.

Estoy lejos de saber cuál es la reacción de ellos (las víctimas), pero supongo que es de profundo dolor. Los indígenas en general son hombres que resisten todas estas cosas, y creo que preferirían seguir resistiendo que enfrentar un conflicto que no les traería nada más que las luces de los medios, consideró.

A pesar de la gravedad de los ataques, deploró Ruiz, es muy probable que el caso termine en el olvido por el sólo hecho de que los agraviados son indígenas. “Por ser una cuestión de ‘inditos’, le van a dar poca importancia. Se destapa la cloaca, pero no pasa nada”.