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Lidia Papaleo denuncia a Héctor Magnetto por el robo de su empresa en la dictadura argentina

Bajo amenazas del gerente del diario Clarín fue obligada a vender Papel Prensa, acusa ex dueña
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de mayo de 2012, p. 34

Buenos Aires, 29 de mayo. Lidia Papaleo de Graiver relató ante la justicia las amenazas de muerte que le hizo el gerente del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, en el edificio del diario La Nación para que vendiera la empresa Papel Prensa.

El testimonio se conoció durante un juicio en el Tribunal Oral Federal de La Plata 1, donde se juzga a los responsables de crímenes cometidos por la pasada dictadura militar (1976-1983) en el centro de detención Puesto Vasco.

Fue en noviembre de 1976, cuando ella se vio obligada a vender el paquete accionario al Grupo Clarín, al diario La Nación y al periódico La Razón, después que su esposo David Graiver, dueño de Papel Prensa y conocido banquero, murió en México en un accidente no aclarado en agosto de ese año.

David Graiver fue acusado entonces como banquero de la organización armada Montoneros.

En 1977, Papaleo fue secuestrada y llevada al centro clandestino de detención Puerto Vasco, que integraba con otros similares el llamado circuito Camps.

Desde el primer día que llegué me torturaron y maltrataron más que a nadie, relató la mujer.

Esta causa no investiga la forma cómo le fue arrebatada la empresa Papel Prensa a la familia Graiver, pero su paso por aquel centro del terror tenía que ver con todo ese entramado.

Puesto Vasco funcionó en una comisaría en el municipio de Quilmes, provincia de Buenos Aires, al sur de esta capital, y allí estuvo Papaleo desde el 14 de marzo al 4 de abril de 1977, junto a su hermano Osvaldo Papaleo.

También fueron llevados allí Rafael Ianover, ex vicepresidente de Papel Prensa, y su cuñado Isidoro Graiver.

Recordó Papaleo en su relato que el 7 de agosto de 1976 su esposo murió en un accidente provocado cuando ella y su hija estaban en México. A partir de su regreso a la ciudad de Buenos Aires, en septiembre de ese año, comenzó a recibir amenazas para que aceptara vender la empresa.

Nos decían que teníamos que vender las empresas a argentinos que no fueran judíos, dijo, y relató que en junio de 1976, antes de morir su esposo, un amigo mexicano, Gabriel Alarcón, le aconsejó: David, debes vender Papel Prensa porque te va a costar la vida.

El 2 de noviembre de 1976 en la noche fue citada a las oficinas de La Nación, junto con los padres y el hermano de su esposo, donde también estaba Isidoro Graiver, y a continuación fueron separados.

Unos estaban reunidos con Bartolomé Mitre (diario La Nación) y ella estuvo con Magnetto (Clarín), cuya mirada terrible todavía dijo recordar.

Fue en ese momento en que el actual gerente del diario Clarín la amenazó a ella y a su pequeña hija, y le dijo que si no vendían la empresa ambas podían morir.

También sostuvo ante el juez, que después de firmar el traspaso, bajo esas amenazas y presiones, un abogado de Clarín le dijo que la empresa había pasado a manos de la señora Ernestina (Herrera) de Noble, y me aconsejó que me fuera del país ese mismo día.

Más aún, le habían dicho que se fuera directamente al exterior sin volver a su casa. Papel Prensa fue vendida por un precio irrisorio fijado por los compradores,

En marzo de 1977 continuaría la tragedia cuando primero fue detenido Juan Graiver, el padre de su esposo, y luego ella. “Me torturaron más que a nadie (…) me pegaban, escupían, torturaban y eyaculaban encima”, indicó, pero dijo que prefería no dar más detalles de las torturas de su paso por Puesto Vasco, evidentemente impactada.

En 2010, Lidia Papaleo dio una entrevista al semanario Miradas al Sur y contó los horrores vividos. El juez le solicitó ampliar su declaración sin prensa y sin público.

Dijo también que una vez fue sacada de Puesto Vasco para que vendiera las acciones del diario La Opinión, guardadas en la casa de una familia amiga, que los militares saquearon.

Luego de Puesto Vasco recorrió otros centros de detención hasta que la pusieron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, fue juzgada por un Consejo de Guerra y sólo recuperó la libertad el 24 de julio de 1982. Me robaron seis años de mi vida a mí y a mi hija, y mucho más, dijo Papaleo.

En el mismo juicio declaró Ianover, quien también estuvo secuestrado en Puesto Vasco, y relató que el 2 noviembre de 1977 lo obligaron a ceder sus acciones en una oficina del diario La Nación, “y que negoció con el ex director de La Razón Patricio Peralta Ramos, quien le juró que a cambio no le harían nada ni a él ni a su familia”.

Estuvo preso 16 meses y recordó que cuando el dictador Jorge Rafael Videla con los dueños de La Nación y Clarín inauguraron la nueva empresa Papel Prensa, la familia Graiver y yo estábamos en la cárcel, de manera que nadie pudo oponerse a la inauguración o hacer una objeción sobre la transferencia del paquete accionario.