Madrid, 9 de mayo. El arquitecto español Rafael Moneo fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por su obra serena y pulcra que enriquece los espacios urbanos al conjugar estética con funcionalidad.

El prestigioso galardón recae en uno de los arquitectos más valorados y de mayor proyección internacional del panorama español. En las votaciones se evaluaron otras candidaturas que sonaban con fuerza, pero que finalmente no lograron la mayoría del jurado, como la de la cantante Chavela Vargas y la de la bailarina cubana Alicia Alonso.

El nombre de Rafael Moneo está asociado a creaciones arquitectónicas urbanas, con espacios que respiran y evocan serenidad, pulcritud y recogimiento. Entre las creaciones más relevantes del arquitecto de 75 años, originario de Tudela, Navarra, destacan la mítica estación de Atocha de Madrid, la reciente ampliación del Museo del Prado, la catedral de Los Ángeles y el Kursaal de San Sebastián.

Tras recibir la noticia del galardón –que el año pasado premió al director de orquesta italiano Riccardo Muti–, Moneo se mostró exultante. Es una profesión hermosa, pero difícil también, que se pregunta continuamente por la razón de la forma. En este caso, no tenía la más remota idea de que era candidato; lo había sido en otras ocasiones. Pero pasada la fiebre de aquellos años, había entendido.

El reconocimiento se le otorgó además coincidiendo con su cumpleaños, con lo que la noticia la recibió como un regalo del destino. Respecto de la descripción de su obra por el jurado, que la calificó de pulcra y serena, el galardonado manifestó: Son adjetivos que me gustaría que se correspondieran de verdad con mi trabajo. Prefiero las arquitecturas que no son imperiosas, que no se imponen inevitablemente a quien las usa y que, por el contrario, tienen esa condición discreta de forma que tan solo quien busca encuentra la consistencia arquitectónica.

Rafael Moneo ha recibido los premios más prestigiosos de arquitectura, entre ellos el Pritzker (que logró en 1996), el Mies van der Rohe (2001) y el Nacional de Arquitectura (1961).