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Chucho Benítez salió abucheado luego de desperdiciar tres claras opciones de gol

Pachuca gana, pero no le alcanzó para eliminar a un opaco América

Herrera exigió a los aficionados que apoyaran al ecuatoriano

Sorpresivo tanto del defensa Vidrio dio la victoria a los Tuzos en el Azteca; el global fue de 3-2 favorable a las Águilas

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El portero Moisés Muñoz, del América, gana el balón a Félix Borja, de TuzosFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de mayo de 2012, p. a17

De manera deslucida, sin brillo, con su goleador Christian Benítez apagado, el América se instaló en las semifinales del torneo, pese a la derrota de 0-1 sufrida ante los Tuzos del Pachuca. El marcador global fue 3-2 favorable a las Águilas.

Los Tuzos tardaron más de media hora en adaptarse a la cancha mojada del coloso de Santa Úrsula. Se veían inseguros, descordinados y sin argumentos que los llevaran siquiera a rebasar tres cuartos de cancha.

El América estuvo más cómodo. A pesar de la lluvia, comenzó a insinuar un poco de ambición con esporádicas acciones de peligro, aunque tampoco fue capaz de levantarse del colchón que significó haber ganado 3-1 en el partido de ida.

La afición local, que pobló casi la mitad del graderío, arengó con el cántico de Vaaamos, vaaamos América, esta tarde tenemos que ganar. Pero los que empezaron a despertar fueron los Tuzos, que al minuto 23 tejieron varios pases en el área; sin embargo, el portero Moisés Muñoz resolvió sin gran esfuerzo.

Tras lo que parecía una falta sobre Rolfi Montenegro, la cual no señaló el silbante Marco Antonio Rodríguez, el estadio entero salió de la ensoñación ante el golazo sorpresivo de Néstor Vidrio.

Los hidalguenses hilvanaron otra aproximación, parecía igual que las anteriores: timorata, floja e intrascendente, pero esta vez Héctor Herrera dejó el esférico a modo para el defensa Vidrio, quien desde fuera del área mandó un poderoso derechazo que no logró atajar Moisés Muñoz.

El tanto tuvo el efecto de un cubetazo de agua helada. Resurgió con más fuerza el vaaamos, vamos América... y en su área técnica Miguel Herrera, estratega local, enloquecido y dio gritos a sus dirigidos.

Los amarillos se desperezaron; Hobbit Bermúdez dio excelente servicio al ecuatoriano Christian Benítez, quien estaba frente al portero Rodolfo Cota, pero de manera inverosímil echó la pelota a un costado.

Para el complemento, ya sin lluvia, los Tuzos confirmaron que por fin habían aterrizado en la liguilla con un mejor accionar.

Al ataque hidalguense el timonel Efraín Flores agregó a Jaimen Ayoví, quien remplazó a Carlos Rodríguez; no obstante, el América estuvo atento en la retaguardia y Bermúdez dio otro buen servicio a un Benítez que seguía sin tino y remató muy elevado.

El Hobbit dejó ir otra oportunidad antes de irse entre abucheos: salió de cambio para el ingreso de Raúl Jiménez.

Chucho Benítez, el romperredes del certamen, corroboró su pleito con el gol, pues falló su tercera opción, tan clara como las anteriores. El ecuatoriano limpió el camino y definió de manera infame: el esférico se escurrió a un lado ante el alarido generalizado de frustración.

El grito de Vuoso, Vuoso retumbó exigente y desesperado, pero El Piojo Herrera sólo platicó con su auxiliar Santiago Baños, mientras en el campo los Tuzos se volcaron al ataque.

Herrera finalmente hizo caso a la vox populi y al minuto 84 sacó al extraviado Chucho Benítez para meter al solicitado Vuoso. Al salir la gente abucheó a Benítez y El Piojo, enfurecido, hizo cortes de manga al público y con ademanes reclamó aplausos para el delantero.

En la agonía del partido, cuando el médico de los visitantes se afanaba en parar una hemorragia en la cabeza de Leobardo López y los Tuzos jugaban momentáneamente con 10 hombres, Raúl Jiménez hizo un peligroso disparo que Cota resolvió con exactitud.